El Chico Menos Probable

Lo hizo

 

Es martes por la tarde, Mason se ofreció a llevarme a mi casa porque dijo que tenía algo que darme.

Erick ahora está saliendo con Lila y ya tiene auto así que Mason ya no tiene que llevarlo y bueno, Miranda es su mal tercio ahora.

Miranda es de las mías.

Llegamos a mi casa y por suerte todos están en el restaurante, sé que Hannah saldrá con Jason pues lo esperó para cuando terminara la reunión del club. Jason es bueno con ella y ella es feliz. Eso me hace feliz.

—Vamos —le digo, cuando entramos a mi casa.

Es la primera vez que Mason está aquí, se siente raro pero emocionante también. Le pido que subamos mientras él sostiene una bolsa de color azul con su mano.

Llegamos a mi habitación y dejo que entre.

Mason mira a su alrededor mientras estudia mi habitación, se acerca a mi escritorio y toma una base de maquillaje. —Realmente te gusta, ¿no?

Asiento felizmente. —No sabía que el maquillaje fuera tan genial, es como arte, ¿sabes? Y después de pasar tanto tiempo con Brenda he aprendido mucho de ella, creo que quiero ser maquilladora.

Mason deja la base y me sonríe. —Creo que lo harás genial, haz aprendido rápido.

—Gracias —sonrío, doblando una punta de mi cabello entre mis dedos—. Entonces, ¿Qué querías darme?

Estoy ansiosa, esta sería la primera vez que recibo un regalo de Mason y bueno, mi abuela solía decir que puedes averiguar mucho de una persona por el tipo de regalos que da.

Levanta la bolsa y saca un rectángulo envuelto en papel de regalo brillante, me lo entrega. —Feliz cumpleaños adelantado.

Miro el regalo y lo tomo. — ¿Por qué me lo das hoy?

Se encoje de hombros. —Solo quiero que lo tengas hoy, así voy un paso delante de todos —toca un costado de su cabeza con su dedo índice—. Estoy más adelantado, hay que pensar en grande.

Sonrío y lo levanto. — ¿Puedo abrirlo?

Asiente. Yo me muevo a mi cama y me siento en la orilla, le hago una seña para que se siente también. Él junta sus manos y parece un poco nervioso, tal vez está impaciente por que abra su regalo.

Desgarro lentamente el papel con mucho cuidado y me encuentro con una pintura de unos treinta centímetros de largo.

Es un hermoso atardecer en la playa, el agua refleja un sol amarillo y el cielo tiene rojo, rosa y anaranjado. Es precioso.

— ¿Lo hiciste para mí? —Lo miro y él muerde su labio, asiente con timidez—. Mason, es hermoso, ¡Me encanta!

Mason desvía su mirada. — ¿Te gusta de verdad?

Me acerco y lo abrazo con cuidado de no soltar la pintura. —Es el mejor regalo de todos, gracias —me levanto de un salto y lo coloco en el espacio donde antes había una fotografía de Adam y yo enmarcada—. ¡Es hermosa!

Mason se levanta también y se coloca a mi lado. —No sabía si te gustaría, no sabía si sería suficiente.

Mi corazón se acelera de nuevo, volteo y lo veo. —Es más que suficiente, esto es lo mejor, cuando seas famoso diré que tengo un Mason Brooks original.

Mason estira su mano y la coloca sobre mi cabeza. —Te daré muchos más Mason Brooks originales si quieres.

Asiento mientras las chispas de electricidad me recorren todo el cuerpo —Por favor, así las vendo.

Mason baja su mano y la coloca en mi hombro. —Hay algo en ti Karlie, algo diferente.

Coloco mi mano sobre su hombro, imitándolo. — ¿Cómo qué? ¿Algo malo?

Mason observa mi rostro de la misma forma en que yo veo sus pinturas, como si intentáramos encontrar detalles escondidos. —No, algo muy hermoso.

Tengo que respirar profundo para calmarme. —Hermoso —miro sus ojos, ¿Por qué me ve de esta manera?—. Eres gracioso, Mason, ¿sabes? —río nerviosa—. Hay algo en ti… ¿recuerdas lo que te dije la última vez que nos vimos el año pasado?

—Me dijiste muchas cosas, que las montañas rusas te hacían vomitar por ejemplo —bromea.

Bueno, si le dije eso. —No, te dije que fue algo raro como todo se desarrolló entre tú y yo —regreso a mi cama y él se sienta a mi lado—. Te dije que siempre me pareciste el chico menos probable.

Resopla —Ah, sí —sonríe de lado—. Dijiste “Mason, tu siempre fuiste el chico menos probable que se enamorara de mí” —hace burla de mi voz.

Lo empujo riendo. — ¡Porque es cierto! Mira, tú siempre tan genial, con tu estilo de estrella de Rock y todo eso, luego me dijiste que estabas enamorado de mí y me preguntaba, ¿Por qué?

— ¿Por qué? —repite—. Sí, me has preguntado eso muchas veces.

—Pero no lo entiendo, ahora… sigo sin entenderlo —aclaro mi garganta—. Pero bueno, tal vez tú ya no te sientes así, tal vez te enamoraste de alguien durante las vacaciones y ahora piensas que Karlie, la chica de las trenzas solo fue una confusión y tú estabas únicamente atraído por mi gran sentido del humor.

Mason suspira —Olvidé darte algo más —mete la mano dentro de la bolsa y saca un sobre blanco—. Es para ti, no lo leas hasta que me vaya.

Intento tomarla pero la aparta de mi —Mason, dámela.

—Promete que lo leerás hasta que me vaya. —pide, entornando los ojos.

Chasqueo mi lengua. —Sí señor, dámela ahora, ¿Es un cheque?

—Sí Karlie, es un cheque —me lo entrega—. Ahora, ¿Quieres que hagamos algo o me voy?

Definitivamente no quiero que se vaya. —En realidad, ¿Puedes ayudarme con la tarea de química? No la entiendo.

Asiente, moviendo un pequeño mechón a un lado. —Claro, pero tienes que pagarme.

—Te daré un cupón para una dona gratis, ¿eso es suficiente? —pregunto.

Mason presiona mi mejilla con dos dedos, su tacto es suave y cuidadoso. —Claro.

 

Cuando mis padres llegaron, Mason seguía aquí. Él me ayudó con mi tarea de química y también con la de historia, tal vez fingí que necesitaba su ayuda solo para tenerlo un rato más conmigo.

Mis padres hablaron un momento con él, aunque papá no estaba tan feliz de encontrarlo en mi habitación, luego de conversar con Mason, ellos parecían amigables y lo felicitaron por su talento en el arte (lo obligué a que les enseñara sus pinturas en las fotos de su teléfono)




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