El Chico Menos Probable

El pastel siempre arregla todo

 

Estamos en el restaurante: los chicos del club, Mel, Rossy y Lila.

Nosotros reíamos de cualquier cosa, comíamos y la pasábamos bien. Hannah llegó después de un rato y se sentó a un lado de Jason, ellos se veían y sonreían.

Eso me hizo sonreír.

—Para ti —Luke coloca una rebanada de pastel—. Este es mi regalo, proviene de las propinas del día.

Le doy una palmada en su brazo. —Gracias, cuñado.

Luke abre los ojos. —Karlie, ¿Lo sabes?

Señalo mi cabezo. —Luke, mi buen y querido, Luke. Karlie con K lo sabe todo, ¿recuerdas?

Rueda los ojos y sonríe. —Como digas niña, espero te guste.

—Gracias, me gustará —afirmo, es pastel. Siempre me gusta el pastel.

Veo que Luke se reúne al fondo con Allie, quien sonríe como nunca antes lo había hecho antes. Realmente espero que las cosas funcionen con Luke, él es agradable y a mis padres le caen bien. Pero si no funciona, estaremos ahí con ella.

Sé que sí.

Aunque Luke se ve como un tipo bueno, es amable con todas las personas y trabaja duro. Puntos a su favor por siempre darme papas fritas y pasteles, ya tiene mi bendición.

Mamá me hace una seña para que me levante y me acerque a ella. Lo hago mientras los chicos hablan sobre algo de una película.

Llego con ella. — ¿Qué pasa?

—Karlie, hay unas personas que quieren verte —avisa, acomodándose la blusa.

Señala al frente, volteo y son Trevor y Brad, están de pie con un rostro nervioso.

Yo sonrío y camino hacia la puerta. — ¿Qué hay?

Brad muerde su labio. —Es tu cumpleaños, solo… queríamos desearte feliz cumpleaños.

Trevor tiene una expresión triste. —No te hemos visto, es solitario sin ti.

Brad asiente. —Perdón por el idiota de mi hermano, espero que… aun te agrademos.

Yo también los extraño, a todos. A los señores Brien, a Brad y sus comentarios egocéntricos, a Trevor y su personalidad divertida. Incluso, quizás…

No.

Él y yo ya no somos nada, fue nuestro final y está bien decirnos adiós para siempre.

Yo los abrazo, juntándolos con mis brazos. —Claro que sí —los veo sonriendo—. ¿Quieren comer? Aún no hemos partido el pastel.

Brad abre los ojos. —Pero tus amigos…

Niego. —Ustedes son como mis hermanos y no me hicieron nada malo.

Trevor asiente. —Yo si quiero, ¿puedo pasar?

Les doy espacio y ambos entran. Cuando lo hacen los chicos permanecen en silencio, Melanie y Rossy se miran entre ellas. Tomo con una mano a Brad y con la otra a Trevor, los llevo hasta el borde de la mesa.

—Chicos, estos son Brad y Trevor —anuncio—. Son básicamente como mis hermanos, vienen a comer con todos, ¿sí?

—Genial —dice Mel—. Hola chicos.

Trevor la saluda, Brad voltea a Hannah. —Hola.

Hannah se mueve con su silla dejando un espacio entre ella y Bobby quien estaba a su lado —Siéntate aquí, Brad.

Jason se levanta y busca una silla para él, Brad le agradece y Trevor corre para sentarse cerca de Mel y Rossy. Regreso a mi asiento, a un lado de Mason y a un lado de Lila.

La comida sigue y media hora después, llega mi padre con un pastel de fresas con crema.

Normalmente siempre sobraba la mitad pues aunque éramos varias personas, no las suficientes para que el pastel se acabara. Sin embargo sé que esta vez, no quedará ni una sola miga.

Y eso me agrada.

Veo a mí alrededor y pienso en la locura que he vivido. Perdí un amigo, alguien que creía amar pero gané a todas estas personas. Gané recuerdos, memorias, experiencias y sueños.

No solo encontré el amor en Mason, encontré el amor frente al espejo. Ya no pienso que debo quitarme las gafas para ser mejor, que debo usar vestidos o no, uso maquillaje porque me encanta no porque quiero verme como otra persona.

Finalmente, estoy bien siendo yo. La chica con el nombre mal escrito. La chica que tiene un futuro brillante por delante.

La chica menos probable en rendirse.

Aun si es difícil, sea lo que sea que esté en mi futuro, no me rendiré jamás.

—Lo siento —dice Mason después de terminarse el pastel—. Prometí a Miranda ayudarla con algo de la escuela, te veré mañana.

Yo sonrío. —Está bien, dile que me gustó su regalo.

Miranda hizo una escultura para mí, es una tortuga hecha con una lata y la pinto de un verde metalizado. No sé cómo lo hizo, realmente parece una obra de arte. Esa familia es tan talentosa.

Mason se levanta. — ¿Te vas con Erick o vienes conmigo? —le pregunta a Lila.

Lila mira a Erick. —Con Erick.

Asiente —Bien chicos, nos vemos mañana —levanta la mano hacia todos—. Cuiden a mi novia.

—Sí, claro —es lo que la mayoría dicen entre risas y gritos.

Aun no nos creen.

Mason me mira y levanta la mano —Nos vemos, Karlie —se inclina, toma mis mejillas con sus manos y me besa en los labios frente a todos—. Feliz cumpleaños.

Cuando él se separa, todos nos miran con la boca abierta.

— ¿Qué? —ríe—. Les dijimos que nos habíamos besado.

Erick abre la boca. —No…

—Adiós —Mason ríe y pasa su mano por su cabello, camina como siempre, con la frente en alto y al estilo de un súper modelo.

Sale del restaurante y todos automáticamente me miran. — ¿Qué? —pregunto, como si no fuera obvio.

Melanie me señala. — ¿Por qué no nos dijiste?

— ¡Eso hice durante todo el día! —me quejo.

Rossy suelta un grito — ¡Que lindos! Al final están juntos, me encantan.

Lila sonríe. —Es asombroso, mi hermano está muy enamorado de ti.

—Ay, no —Guido empuja a Bobby—. Perdiste a Karlie.

Yo me río.

Chase suspira. —Que mal, quería salir con ella.

Ruedo los ojos. Brad aclara su garganta y volteo para verlo, él sonríe. —Estoy feliz por ti Karl, al fin besaste a alguien.

Lo fulmino con la mirada. —Cállate Braddy.




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