El Chico Menos Probable

Epílogo

 

— ¡Lo hicieron asombroso! —celebra Melanie cuando los chicos bajan.

Erick ríe. —Es la última vez, teníamos que darlo todo en el escenario.

Es el baile de graduación y sí, será la última vez que todos los del club toquen juntos. Quizás, así como los amigos del profesor Rilley, en unos ocho años se vuelvan a juntar todos y recuerden su año último año escolar.

Lila lo abraza por la cintura y besa su mejilla. —Te veías genial, me encantó.

Erick la mira y besa su frente. — ¿Quieres bailar?

Lila y Erick se apartan, luciendo tan felices y sonrientes. Creo que su historia es muy linda, Erick estuvo enamorado de Lila desde siempre y ella no tiene ojos para otro chico.

Estoy muy felices por ellos.

Melanie y Rossy ríen cuando ellos se alejan de nosotras. —Quien lo diría, es como si el amor reinó este último año.

Yo tomo una mano de cada una y las uno. —Ahora las declaro, mujer y mujer.

Rossy se sonroja. — ¡Karlie!

Melanie rueda los ojos. —Karlie, ya te dijimos que no nos casaremos, al menos no ahora.

Rossy la abraza. — ¿Pero te quieres casar conmigo? Digo, algún día

Melanie asiente. —Claro que sí.

Ellas se dan un beso rápido y yo suspiro. —Cursis, ¿Por qué siempre actúan así frente a mí?

Melanie golpea mi brazo. —Cállate, tú y Mason son los más cursis de todos, siempre se están viendo como si fueran un par de niños tímidos.

Rossy suelta una carcajada. — ¿Dónde está tu chico, por cierto?

Me encojo de hombros. —No sé, terminamos esta mañana, ya no somos pareja —miento.

Mason me rodea con sus brazos por encima de mis hombros —No recuerdo esa parte, Karlie, ¿Cuándo terminamos?

—Hoy, ahora mismo —río, recostándome en su pecho—. ¿No? De todas formas la escuela ya terminó, solo queda la graduación y me iré a buscar otros chicos alrededor del mundo.

Rossy niega, toma de la mano a Melanie y se apartan riendo. Las veo alejarse y detenerse en medio del lugar, se toman de las cinturas y sonríen. Estoy feliz también por ellas, merecen ser felices.

Mason me da la vuelta y acerca su rostro al mío. — ¿Quién te crees que eres para robarme el corazón y terminar conmigo?

Le beso los labios rápidamente. —Soy una mujer libre de hombres, mi amor.

Levanta una ceja. — ¿Mi amor? —Acaricia mi mejilla—. Me gusta que me llames así.

—Por tu culpa vine a un tonto baile —le digo, abrazándolo—. Tengo que ser la buena novia que apoya a su novio el cantante guapo, además me tengo que asegurar que ninguna chica intente conquistarte.

—Eres la única para mí —dice, acercando su rostro al costado del mío—. Mi Karlie.

Levanto la mirada. —Lo hiciste bien, no es lo mejor que he visto en mi vida pero…

Me besa mientras ríe, cuando se separa me pregunta: —Entonces, ¿Quieres bailar?

Hago una mueca. — ¿Bailar?

Toma mi mano y sonríe de lado. —O podemos hacer algo más, algo que incluye unas papas fritas.

— ¿Y helado? —acaricio su mano.

Asiente. —Y helado.

Muevo mi cabeza para indicarle que estoy de acuerdo y que deberíamos salir. Antes de hacerlo, veo a mí alrededor y aunque no me gustan los bailes y no me importa perderme el baile de graduación, capturo una imagen mental que guardaré por siempre.

Mientras recorro el lugar, observo a mis amigos divirtiéndose y bailando. Incluso Hannah está aquí, por Jason. Chase está bailando con una chica más alta que él, Bobby y Arthur ríen mientras hablan sobre algo que obviamente no puedo escuchar, Henry está bailando con María, Nick, Guido y Henry bailan en grupo con tres chicas. Erick sigue con Lila y mis mejores amigas se están abrazando.

Todo parece perfecto.

Incluso cuando muevo mis ojos al fondo y se cruzan con los de Adam. Él está al lado de otra chica, ya no de Raquelle. Adam levanta el mentón y me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa.

Me giro hacia Mason y extiendo mi mano hacia él para que nos vayamos.

Atravesamos la puerta del gimnasio y Mason toma mi mano.

Comenzamos a caminar hasta la salida de la escuela y cuando llegamos, nos damos cuenta que está lloviendo.

Mason voltea a verme. —¿Lista?

Asiento riendo —Lista.

Él aprieta mi mano y ambos corremos hasta su auto. La lluvia es mucha, las risas sobran y no podría sentirme más viva. Atravesar este estacionamiento con ropa recién comprada, con el cabello pegado a mi rostro y con mi corazón latiendo más rápido que cualquier canción de amor jamás inventada.

Cuando estamos adentro ambos reímos y Mason se inclina para tomar mis gafas, les retira el agua con su camisa y vuelve a colocármelas. Justo como esa vez en la cafetería.

Yo lo tomo del cuello de la camisa y lo atraigo hacia mí, justo como nuestro primer beso.

 

Estamos comiendo papas fritas y helado, pero adentro del auto mientras una cortina de agua nos rodea y el sonido estático de la lluvia es nuestra banda sonora durante esta noche.

— ¿Tienes frio? —pregunta Mason y toma un saco de la parte de atrás, lo coloca sobre mis hombros.

Me inclino y recuesto mi cabeza en su hombro. —Te amo, Mason.

—No me digas, no lo sabía —besa mi frente—. Te amo, Karlie.

—No me digas —contesto, haciéndole burla.

Mason suelta una risita.

Cierro los ojos y suspiro. — ¿Ya sabes que harás después de la graduación? ¿Has pensado sobre la escuela de arte? Creo que tienes mucho talento, creo que puedes llegar muy lejos.

— ¿Sabes? —respira profundo—. No lo sé, podría intentarlo.

Me reincorporo. —Sea lo que sea que decidas hacer, te apoyaré.

—Lo sé —sonríe—. Y yo estaré contigo, cuando seas la maquillista de las celebridades.

Nos inclinamos para besarnos una vez más. No sé cuántas veces nos hemos besado pero lo único que sé es como nunca se siente suficiente. Creo que podría hacer esto el resto de mi vida, estar al lado del chico más lindo del mundo.




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