Es víspera de navidad y las frías calles de Londres comienzan a abarrotarse de personas intentando llegar pronto a sus casas por el clima helado que está comenzando a intensificarse. Cuando Chloe se percató que casi se lleva un ciclista por delante, frenó en seco haciendo que las galletas para la fiesta y su cappuccino se derramaran. Para su suerte, estaba a una sola calle de llegar al edificio donde celebraría junto a su familia. Se detuvo al doblar casi enfrente de éste y al salir de su auto sostuvo todas las bolsas con rapidez, trotando a la entrada. Quedó pasmada al ver las decoraciones y el enorme árbol que destellaba con los adornos que tenía. Dirigiéndose al salón de fiestas, se encontró con su prima Lola, quien siempre estaba llena de una u otra novedad.
- ¡Al fin, las galletas! El tráfico estaba terrible, dímelo a mí. Esperé media hora en el taxi-Comenzó a parlotear como siempre.
-Casi choco a un ciclista- dice apenada Chloe, mientras que con Lola dan paso al salón. No había ningún sitio sin adornar. Estaba todo perfecto y ello le alegraba internamente.
Tras saludar y agradecer a todos sus familiares, Lola nuevamente se le acercó diciéndole en susurro: -No creerás quién vino, ¡Belmont! Vino desde Francia-Al ver la cara de incredulidad de Chloe, prosiguió-El amigo de tu hermano. Es un bombón francés- Casi sin disimulo le señaló al chico. Estaba con una expresión neutral y podría decirse que aburrida. Le recordaba sí, porque antes de irse de Londres estaba prendada por él.
La fiesta transcurrió con tranquilidad y armonía. Todos se divertían y charlaban a risotadas. En el momento de desenvolver regalos todos se unieron junto al árbol, mientras cada uno recibía el intercambio. Cuando llegó el momento de Chloe tuvo que leer varias veces el nombre que estaba incrustado en la dedicatoria. Belmont. Su nombre se escuchó como un susurro y tuvo que buscarle para entregarle su obsequio. Ahí estaba, el chico castaño que le hizo babear hace tiempo. Le entregó con fuerza el objeto casi sin mirarle pero no fue hasta que Lola habló:
- ¡Chicos! Miren arriba en el árbol- Chloe lo hizo primero. Un muérdago. ¿Por qué tuvo que ponerlo visible? Miró a Belmont quien estaba con los ojos como platos casi confundido y parecía no recordarla por como la miraba- ¡Se tienen que besar! Es la tradición.
Belmont suspiró exasperado y casi enfadado, pero se acercó dudoso y Chloe, ella estaba asustada y no sabía como actuar, pero en el momento en que sintió un pequeño roce en las comisuras de sus labios, por un momento su corazón empezó a retumbarle en el pecho. Pero todo se esfumó, fue solo un roce no un beso. Pero aun así todos vitorearon y volvieron a las charlas.
Tras un rato, Chloe se dedicó a retocar la mesa de postres hasta escuchar una estruendosa voz que reconoce al instante.
- ¡¿Cómo está mi chica favorita!?- Es su hermano quien ahora le arropa entre sus brazos hasta asfixiarle. Cuando la libera, advierte que está Belmont detrás mirando con curiosidad. -Te extrañaba chispita tonta. Belmont, ¿recuerdas a mi hermana? Chloe estuvo de intercambio por España y por Francia, ¿puedes creerlo? Debí haberte informado- Belmont está tomando un trago de ponche con tranquilidad. Su mirada conecta con la de Chloe-Regreso en un momento- Y se va, y la deja ahí con el castaño.
- ¿Decoraste todo esto? -Es lo primero que escucha, tiene un acento marcado y una voz un tanto ronca, pero es algo que le queda bien-Las decoraciones navideñas suelen ser iguales cada año. En Francia, para mi familia era como una pérdida de dinero- ¿Le acababa de decir que todo es una estupidez? Le miró incrédula y él solo procede a beber el ponche-Tampoco creo en los muérdagos. No puedes ir besando a todos por ahí-Era como si se lo dijese a ella. Chloe se quedó en silencio, pero él siguió-Sin duda una tradición ridícula.
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Editado: 29.11.2019