El chico que no creía en la navidad

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Hacía ya media hora desde que la fiesta había culminado y Chloe estaba decidida en encerrarse en el hotel y ver maratones de películas en Netflix. No obstante, sus planes se vieron afectados cuando su hermano le invitó a ver los villancicos en el parque y así conocer a su novia Sally que estaría allí. Aún no podía dejar de pensar en todo lo que le había dicho Belmont. Sí es cierto que siempre ha sido de alto estatus social, pero no tan inhumano. Era totalmente escéptico y arrogante. Desvaneció todo lo que era negativo para ella y decidió admirar todo el recorrido, sin importar que él estuviese en una divertidísima charla con su hermano, ¿a ella la odia o qué? Siquiera la mira. Al llegar al parque, había una despampanante pista de patinaje llena de personas agarradas de la mano y a la distancia el grupo de villancicos. Chloe bufó al estar congelándose y miró sobre su hombro las personas en la pista. Pero al dirigir su mirada al frente se topó con la de Belmont quien la apartó rápidamente.

Había una muchedumbre que sostenía una vela por encima de sus cabezas alumbrando al grupo de villancicos y cantaban al unísono. Chloe se paró al lado de su hermano, que sonreía al ver cantar a su novia, poco después al último villancico, él se le acercó para estamparle un beso y presentársela a Chloe. Decidió que debían estar solos por un rato, por lo que se sentó en una banca, y mientras, se entretuvo jugando con sus botas hasta que sintió el peso del lado vacío.

- Es una buena noche, ¿no? – Ni siquiera se dignó en prestarle atención.

-Sí-Contestó ella, cortante.

-Tu hermano me contó mucho sobre tus viajes y lo que estabas logrando. Es algo sorprendente poder superarse por sobre todas las cosas, es admirable ver personas así. Jamás tuve esa oportunidad de crecer por mi cuenta, siempre fui dependiente-Ahora ella le dedicó una mirada fugaz- En fechas como éstas, mis padres derrochaban dinero en sus bienes, por lo que nunca tuve la dicha de celebrar eso que ustedes aman, como los regalos o decorar árboles-Silencio incómodo. No sabía qué decirle, pero él volvió a romperlo- Y, sí es una disculpa por lo de hace rato. Soy medio parlanchín.

Con eso último, ella rio. Ahora ya sabía el porqué de su escepticismo y se sintió mal por él y como si las ideas le llegaran al instante, sin pensarlo, le tomó de la mano y lo guío hasta la zona de luces del parque. Era un lugar mágico. A todos lados, incluso en los diminutos locales, se estaba decorado con luces que hacían centellear todo el lugar. Recorrieron entre las personas, hasta llegar a lo que todos siempre admiran del parque y era una réplica de un mini polo norte resplandeciente de luces.

-Este es mi lugar favorito. -Mencionó Chloe. Sintió un leve cosquilleo en su mano y cuando bajó la vista se dio cuenta que aún sujetaba la mano de Belmont y la retiró de inmediato. Todo fue extraño, porque prontamente Belmont volvió a unirlas. Y he ahí algo completamente insólito de toda la noche. Primero, el muérdago y el roce-no-beso, su crítica, su disculpa y ahora entrelazar las manos voluntariamente. Decidió no comentar nada al respecto-Podemos ir rodeando la zona, si así gustas.

Y eso hicieron. A medida que iban recorriendo la zona, iban charlando de todo lo que hacían. Resultó que Belmont era amante empedernido de los viajes y a eso ha dedicado su vida, trabajando en la mejor aerolínea de Francia, Chloe también destacó su amor por los viajes y le comentó su trabajo como blogger a tiempo completo. Estuvo tan absorta en la conversación y era que todo esto era una primera vez, jamás supo que Belmont sería tan interesante como ya lo era. Toda la burbuja se esfumó cuando su teléfono comenzó a retumbar en su bolso y era una llamada entrante de su hermano. ¡Era pasada de medianoche!

-Deberíamos volver, Roger está llamando como enloquecido y son casi las una de la mañana.

Belmont encogió los hombros-Es temprano, hagámosle esperar un poco- y así se sentó en una banca donde con su mano le indicó a Chloe que tomara asiento-Solo cinco minutos, debe de estar contentísimo con Sally justo ahora.

Por aquel comentario, soltó una pequeña risa y tomó asiento.  Por la pasada de hora, estaba temblando del frío cada vez más, pero Belmont rodeó sus hombros con su brazo, atrayéndola a él. Esta acción hizo que Chloe le mirara y pudiera ver a través de los ojos azules de Belmont, un brillo que hasta ahora no estaba.

-Chloe… Tu hermano iba a matarme para ese entonces, pero…-Se detuvo y casi sin darle vueltas al asunto la besó. No fue como bajo el muérdago, fue mucho más significativo. Entonces, él iba a confesarse, pensó ella. Belmont la abrazó más y ahí permanecieron hasta que el teléfono volvió a resonar.

-Creo que ahora sí debemos volver- Murmuró ella

-Sí, creo que sí, o va a enloquecer-Rieron juntos por ello.

En el recorrido de regreso, todo el ambiente entre ellos estaba distinto, pero agradable. Sin embargo, Chloe pudo notar una leve mueca de tristeza por parte de Belmont mientras observaba su celular.



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En el texto hay: navidad, romance, muerdago

Editado: 29.11.2019

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