El chico que por amor vendió su alma al diablo

Yo soy el gato de Schrödinger

Es raro ¿Sabes?, primero lo tienes todo y te sientes en la cima del mundo, luego eres un don nadie en una ciudad llena de más "don nadie" y después las cosas se alinean de la manera correcta y nuevamente te encuentras en la cima. Me imagino que te interesa saber a qué me refiero, por eso es que estás leyendo esto, si no es así quedan dos opciones posibles: Eres un entrometido o ni si quiera tú sabes qué haces aquí o qué estás buscando. Primeras opciones sean cordialmente erradicadas y exiliadas, Segundas opciones pasen y tomen asiento, sírvanse un café, una copa, una cerveza, un refresco de limón; lo que sean gustosos, son bienvenidos a averiguar conmigo qué hago aquí... Tal vez en el camino ustedes se encuentren con su propósito, con una nueva idea, con un nuevo pensamiento o hayan perdido su tiempo. Todo puede suceder, me gusta pensar en los universos paralelos pensados por personas como Stephen Hawking (ahora en paz descanse), teorías e ideas basadas en, por ejemplo, teoremas y paradojas como “el gato de Schrödinger”. Si sabes de que estoy hablando, tranquilamente puedes saltar el resto de este párrafo. Si no sabes qué estoy diciendo te ilustro: La idea del gato de Schrödinger es que nuestro querido amigo en cuestión tiene una caja, un gato, un poco de veneno y un poco de material radioactivo que acciona el mecanismo que suelta el veneno. Ahora imaginemos que mete todo eso en la caja y la cierra, no podemos ver qué ocurre dentro de la caja, el gato puede estar muerto por juguetear con los mecanismos y artefactos que hay dentro de la caja, o puede estar vivo por que es normalmente listo y sabe que no debe de tocar algo que le puede hacer daño. Técnicamente el gato está en ambos estados (vivo y muerto) hasta que se abra la caja y se descubra el verdadero resultado; es de ese modo en el que se crean dos universos paralelos, uno en el que el gato vive y otro en el que el gato muere. Ambos al mismo tiempo. Así tú, como el gato, cada decisión que tomas en tu vida, crea diferentes universos paralelos: Uno en el que te levantaste 5 minutos más temprano, uno en el que yo no estoy escribiendo esto a mitad de la madrugada, uno en el que apretaste fuertemente tus testículos y le dijiste a “esa chica” que la amabas, etcétera, etcétera, etcétera... Así como todo le puede suceder tanto a ti, como al gato y como a mí, tú o yo podemos descubrir que hacemos aquí. ¿Redundante? Un poco, sí, quizás. ¿No te gusta? Es tu problema.  

Volviendo al propósito, quiero pensar, que son solo las pobres aspiraciones de la gente promedio: Casarse, tener hijos, ser abuelos, morir cuando su pequeño y arrugado corazón deje de latir, por ejemplo. Sin embargo, mi visión del propósito es más bien: Qué tienes que dejarle tu a la gente que nada tiene que ver contigo, una pintura, una canción, una obra de arte, una investigación inclusive o una paradoja que se te ocurrió mientras estabas en el baño. Con este tipo de cosas me gusta pensar, que ni siquiera el cielo es el límite, el limite va de la mano con lo estrecha o amplia, abierta o cerrada, cuadrada o variable que sea la persona que se imagina su futuro. Por ejemplo: El individuo, nieto de abogado, hijo de abogado y que también va a ser abogado simple y llanamente porque a su padre se le salió de sus pequeños y marchitos testículos (huevos, si prefieres) que su hijo también iba a ser abogado como su padre y como el padre de su padre y así hasta que se acabe el mundo por culpa del calentamiento global. Ese no es propósito, ya que el carbón no está haciendo lo que quiere, hace lo que el padre quiere que haga (claro esto puede dar lugar a más paradojas y variables: Por ejemplo, que el hijo quiere hacer lo que quiera el papá; es peor el resultado, ya que no tiene criterio ni para definir qué quiere hacer.), en cambio si tú haces lo que tú quieres hacer; ser baterista, bailarín, ingeniero, maestro, jugador de baseball, etc. Y lo haces, ese es tu propósito, siempre y cuando lo hagas tú y no te cuelgues del propósito de alguien más. Sin embargo, en mi país, el estado y el mundo en el que vivo hay muy pocas personas con propósito y poco criterio para elegirlo... Qué se le va a hacer, anteriormente ya declaré que vivo entre muchos Don Nadie. 

También quiero imaginar que tú que lees esto tienes un propósito, si tienes suerte o eres igual de interesante que yo puedes ser escritor, músico o graduarte de algo, lo que TÚ quieras. Sea lo que sea que quieras hacer con tu vida, tienes que trabajar por ello, aquí en donde vivo a nadie le gusta trabajar; los negocios abren tarde y cierran temprano, y si es feriado se toman tres días libres. A mí me han enseñado a trabajar por lo que quieres y ciertamente me siento bastante superior a los demás en esta ciudad (excepto mi círculo de allegados, a ellos los amo y están en mi círculo porque son igual de adaptados y aptos como yo (luego te los presentaré)). Te pongo un ejemplo, tienes una tienda de postres; y hoy es primero de mayo (día del trabajo) o cualquier maldito día de asueto, vas a abrir toda esa semana porque a todos se les va a antojar un postre el día del trabajo. ¿Por qué? Porque es día del trabajo y ni los grandes ni los niños trabajan, tendrás una proyección de ingresos mayor si trabajas los días en los que nadie lo hace y todos quieren de lo que tienes. ¿Difícil de entender? No lo creo. Y si lo es, puedes regresar en la lectura. 




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