El chico que por amor vendió su alma al diablo

Hipnosis

Tenía una idea y una historia genial para escribir, la había pensado mitras me bañaba, ya la tenía lista para escribirla, recuerdo que era sobre un artista en estado terminal, que para despedirse de sus amores les escribía una obra de teatro a cada una, y antes de morir las metía en un teatro para representar sus obras frente a ellas. Había un drama, había un musical, había una comedia y más, y también recuerdo que las susodichas tenían que adivinar cuál era para ellas. Sin embargo, tuve unas ocupaciones que hacer y ya no pude escribir sobre eso, el tiempo lo ocupé en un curso de hipnosis, dicho "arte" consiste en sacarte de tu cuerpo por medio de la relajación, había otros tres crédulos en el salón, yo estaba un poco escéptico al principio, nos pusieron audífonos a todos, y también un audio de una mujer susurrando las instrucciones. Nos pedía que nos relajáramos, llegó un momento en el que nos vendaron los ojos, mientras sonaba la voz de la mujer y la música tranquilizadora podía ver en la oscuridad diferentes figuras, no me di cuenta de en qué momento me dormí, veía figuras de diferentes colores, algunos bonitos y otros que eran terribles. En determinado momento sentí que me levanté del sitio en el que estaba acostado, sin embargo, seguía en la misma posición, me puse a caminar alrededor de la sala y casi puedo jurar que me vi tirado en el suelo, nada más estaba yo en esa visión, los otros que estaban conmigo no los veía. Escuchaba mi respiración y los latidos de mi corazón. La voz se había detenido y ahora solo sonaba la música. Recordé a María, inmediatamente pensé en comentarle de esto, a ella le darían ganas de intentarlo y yo regresaría, pero entonces acompañado. Creo también haber escuchado la voz de la chica X, la mandé por un tubo como pude, recuerdo que tomó un gran esfuerzo quitarla de ahí por el simple hecho de que estaba en mi mente o algo así. Entonces me encontraba en un baño, un baño bastante limpio, había dos duchas juntas, y atrás de estas una serie de retretes y frente a estos había tres lavamanos (estos quedaban junto a las duchas separados por una pequeña pared). Entró una mujer con traje de baño de una pieza color negro, al parecer me conocía porque me saludo de una forma muy amigable, ella se metió en una de las duchas y me invito a que la acompañara, me coloqué detrás de ella y seguí su juego tratando de sacarle platica mientras me acomodaba en ese pequeño espacio, la tomé de la cintura y acerqué mi cuerpo al suyo, "Ni se te ocurra" dijo ella, abrió el agua que comenzó a caer sobre los dos. Entonces entró otra mujer, solo que ésta tenía la vestimenta de un trabajador de limpieza, traía un trapeador y una cubeta, comenzó a trapear cerca de uno de los cubículos que dentro resguardaban un retrete. La primera mujer terminó de remojarse y salió de ahí con su traje de baño negro empapado, el traje dejaba ver una parte de la espalda como si tuviese un escote, pero en la espalda, su cabello empapado se pegaba a su espalda escurriéndose, antes de irse atrajo mi atención de algún modo, me miró a los ojos y comenzó a bajar los tirantes negros que brincaban por las cordilleras de sus hombros preparándose para sacar sus senos mostrándomelos con un movimiento rápido, mandó un beso y se retiró así como había entrado. Yo, entonces, aparecí en una sala grande, parecía un salón y dentro estaban mis compañeros de secundaria, me dio sentimiento verlos, y los saludé a todos. Entonces una compañera me llevó a una puerta, salí de ese cuarto para regresar a la sala en la que estábamos los hipnotizados. Una de las mujeres ayudantes me despertó tranquilamente, me quitó los audífonos, me dio un refresco y unas galletas. Pregunté para qué era eso y ella me contestó que a algunas personas sensibles les bajaba la presión después de la sesión de relajación. Sentí hambre y debilidad, entonces comencé a comer. Las demás personas que estaban a mi alrededor estaban terriblemente pálidas, y me pregunté si yo también estaría igual. Había una mujer nueva en nuestro grupo; ahora éramos cuatro los que estábamos en ese curso, seguramente llegó a mitad del proceso, ella se veía particularmente enferma, nos vimos, tenía los ojos cafés, la piel un tanto tostada (y verdosa porque se veía que no estaba del todo bien), labios un poquito grandes (pero no tanto, lo justo para ser atractivos), cabello oscuro y muy lacio, era delgada, lo que remarcaba su figura de caderas anchas (pero al igual que los labios lo suficientemente grandes para ser atrayentes), senos medianos y dibujados correctamente y piernas un poco largas y bien contorneadas. Nos vimos y le sonreí, ella también me sonrió, entonces confirmé que era la mujer del traje de baño negro. ¿Será el poder de la mente? 

Siguiendo con lo que estaba contando antes de interrumpirme. Después de la hipnosis olvidé lo que tenía pensado escribir, luché con todas mis fuerzas para recordarlo, pero fue inútil. Me pregunto a dónde van esos pensamientos o ideas que tienes, que olvidas y no puedes recordar. ¿Mueren? ¿Irán a un cielo de ideas? ¿Tendrán la voluntad de regresar? No lo sé, ¿Qué opinas tú? 




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