El chico que por amor vendió su alma al diablo

Estados

¿Cómo estas mi estimado amigo? 

Últimamente estoy pasando por cuatro estados de ánimo que se repiten casi en orden, me pregunto si estoy loco y es un "consuelo" saber que, no lo ha dicho un psicólogo, así que no lo estoy. Regreso con mis referencias musicales, puesto que dichos estados me recuerdan muchísimo a una canción con el mismo nombre. "Estados" del rapero español Porta. Dicha canción recorre desde una esperanza similar a la que da después de la negación y termina en una locura absorbente, que termina con uno mismo y con los que te rodea. Incluso esto puede ser la interpretación de un duelo mal procesado o sufrido de una forma incorrecta o que igual se prolongó demasiado. 

Esperanza. 

Quiero pensar que no es la chica X, ni María la que me hacen sentir así, este optimismo es raro, diferente y raro. Me siento bien, como si hubiese dejado todo lo malo atrás, sin embargo, todo regresa tarde o temprano, esta clase de esperanza es curiosa, estoy escribiendo esto con esa clásica inspiración que nos da a todos al salir de bañar, al mismo tiempo que veo como una araña está arreglando su telaraña en la esquina de la ventana. Quizás el baño fue lo que despertó esta cadena de estados, un poco de agua fresca, casi tibia, recorriendo mi esquelético cuerpo suele relajarme a tal grado que me imagino cualquier cosa, como los agujeros de humo, o los saunas de los antiguos indios. La mayoría de esas cosas son disparates similares a mis sueños. Me he llegado a imaginar de nuevo del lado de la chica X, me he imaginado que de nuevo ella es el motivo de mi alegría, ese rayo de luz que queda y que se cuela por en medio de las nubes. Y es que, si lo piensas aun nos quedaban muchas cosas que vivir, es entonces que empiezo a recordar cuando éramos felices, me hacía sentir como ese niño tonto que está en las nubes después de haberse comido su dulce favorito, o como ese niño anestesiado en el dentista que por las drogas apenas sabe reconocer su mano, ella era un dulce que terminó amargándome las entrañas, era dulce probarlo y comértelo y en cuanto cambió, dejó de ser dulce y se convirtió en vinagre con tierra y limón. Pensar en María y como me hace sentir me recuerda un poco a eso, solo que ahora es diferente en cierta medida, siento esperanza por el potencial que tiene y tengo con María. No sé qué sea, pero se siente bien. Me gusta y al mismo tiempo tengo miedo de salir lastimado, sin embargo, esa sensación de calor encima de las mariposas estomacales me hace olvidarme de eso, estoy seguro de que estamos tratando con un buen síntoma. 

Tristeza. 

La pérdida es algo difícil, la tristeza siempre es ese sentimiento que tienes en el pecho y que tienes dos opciones: Sacarlo o tragártelo. Lo primero quiero pensar que es lo que hacen los flanes, si no se siente bien, no tiene por qué ser bueno. Lo segundo es tóxico, no es sano quedarse con los sentimientos adentro. Dicen que puedes conseguirte un cáncer por eso, así que hagas lo que hagas te va a comer el león. La depresión puede ser momentánea o ser diferente, puedes sufrirla intermitentemente o sentirte una mierda todo el tiempo, lo peor es que en cualquiera de las dos te sientes como un gran y humeante montículo de mierda. 

Puedes sentirte mal por muchas cosas, hay quien se siente mal porque no le hacen caso, hay quienes nos sentimos mal porque perdimos algo, están los que se sienten así porque están solos, o los que simplemente no tienen bien la química en su cerebro, de ahí vienen los trastornos, me encantaría entrar en la mente de las personas y encontrarme con sus disturbios, ver como sus demonios los controlan en ciertos procesos, ver qué tiene dentro un esquizofrénico o un paranoico, ver a esa voz maligna que les susurra al oído palabras de odio y desconfianza, ver qué figuras proyecta el corazón de un depresivo, tentar desde dentro las figuras del cerebro de un asesino, encontrar su conciencia y ver que no tiene arrepentimiento alguno, y si lo tiene volvemos a la depresión, puede sentirse mal por lo que hizo, pero no puede cambiarlo. Me encantaría darme cuenta que no soy ninguno de esos trastornados, o que lo soy todos. Que tan enfermo y dañado tienes que estar para no saber si eres superior o anormal, o para ni siquiera darte cuenta de tus demonios 

La tristeza es peligrosa, más que la rabia y el odio. Cuando sientes que la depresión te está abrazando, sientes la avalancha de tus pensamientos aplastar tu cuerpo sin dejarte respirar, valoras todas las opciones, ¿Decírselo a alguien? Para qué, si siempre que comunicas algo queda en el medio del espacio, flotando en el vacío de la indiferencia de las personas, tus palabras se disecan para siempre y es complicado porque después de la esperanza llega la tristeza, puede ser al revés también, el orden de los factores no altera el producto. Siempre vuelves al mismo punto. La cabra tira al monte. Te preguntas el porqué de lo que jamás comprenderás. Dice la canción... 

Odio y Rabia. 

La rabia es una enfermedad infecciosa, es un virus que normalmente entra en los animales por medio de fluidos, a los humanos supongo que también, porque también somos animales, la rabia se caracteriza por un comportamiento extraño, fiebres altas y ya cuando tus días están contados el miedo al agua (hidrofobia). Recuerdo haber visto un par de videos y documentales acerca del tema, los pacientes tenían delirios que me recuerdan a mis visiones después de que la chica X se fuera, algunos tenían convulsiones bastante erráticas por las fiebres, y otros no podían ni siquiera tragar su propia saliva. La rabia es un sentimiento también, va muy de la mano con el odio, es la ira canalizada, es la furia que sientes por la impotencia, impotencia de no ser y no estar, impotencia porque no tienes ni idea de por qué acabó, impotencia que te dicta que mates o le hagas daño a alguien.  




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