Recuerdos agridulces II

El estado de depresión y obsesión me hacen caer en un vacío, en un espiral de descenso que no para de hacerme dar vueltas como torbellino. Soy un insensible pensando en estas cosas, pienso en María, pienso en todo el daño que le hago y el amor que me da ella, pienso en el daño (inexistente) que me hace ella al estar conmigo, y en el amor que le tengo que dar; a mi manera, pero de algún modo se lo entrego. Me gustaría no estar tan perdido ni dañado en ese aspecto para ser alguien mejor... Sin embargo, son cosas casi imposibles, siento como si tuviese el corazón taponeado, y no pudiese salir o entrar nada, el libro de “El principito” dice que uno debe amar y dejarse amar y que no es lo mismo querer y amar, siento dudas sobre María y sobre mí, me entra duda de si ella me ama o me quiere, yo estoy casi seguro de que la amo, siento que la estoy utilizando, siento que ella me utiliza a mí, y al mismo tiempo que ninguno de los dos busca nada del otro 

(eres un INSENSIBLE... eresuninsensible) 

pero de algún modo todo se vuelve agridulce cuando regreso al pasado tratando de buscar el origen de mis pensamientos, sé que en algún lado del universo está ella conmigo sin ninguna clase de pedos mentales, que los dos somos felices ya que jugamos a tener treinta años y estar casados y ser el señor y señora “perfección” ... Abrir los ojos sobre la vida y lo que tienes en frente es complicado, las cosas van de maravilla con ella, aunque sienta las entrañas amargas y creo que es por el trato. Hace mucho que no veo a la mujer del pacto, lo más probable es que sea por eso, siento que ella podría perdonarme casi cualquier cosa y eso me da miedo, pero al mismo tiempo me atrae y me mantiene interesado,  

(Eres inestable) 

no le he hecho un daño grave todavía, aunque cualquier daño sería mortal. Le hago daño al no estar dispuesto o en condiciones de salir con ella. Ya no platicamos como antes, tengo miedo de que sucedan las cosas como con la chica X, morir por dentro es terrible, los “Don nadie” están muertos por dentro, y morir así te convierte en uno, y es mejor morir que ser un don nadie. “...Recuerda que es mejor arder que apagarse...” es lo que dice la carta de suicidio de Kurt Cobain, y la frase esconde toneladas de verdad... 

Me encuentro en un presente donde estoy bien otra vez y me encuentro en la cima de la montaña, la mierda ha quedado atrás y aun así no me siento bien del todo, no me siento en condiciones de haber dejado todo atrás, si muriera ahora María y la chica X bailarían juntas y probablemente se atoren la una a la otra encima de mi tumba mientras yo me empiezo a pudrir y observo con los ojos muertos e impotentes, me transporto a un futuro en donde las bacterias han consumido mi carne y solamente quedan mis huesos, los cuales también desaparecerán algún día, y se harán parte del universo otra vez, todos nacemos en las estrellas en realidad y algún día regresamos a ellas...  

También existe el futuro en el que mi vida sigue perfecta y yo me siento bien de a ratos, exactamente como ahora, desgraciadamente solo escribo cuando estoy mal o no me siento cómodo conmigo mismo; es una catarsis adecuada. En este futuro estoy con María y la chica X se muerde la lengua y se arranca el cabello por la rabia y la impotencia de verme feliz con alguien. Pensando que ella podría ocupar ese lugar si todo hubiese empezado bien y (obviamente) no hubiese acabado. Pero las cosas pasan como la muerte o Dios o el diablo nos dicen como deben de pasar, y todo acaba por una razón y a su vez un final en realidad es un comienzo. ¿no crees? 

Ya entramos al otoño y los arboles donde se hospedaban los pájaros comenzaron a desvestirse sensualmente de sus hojas, dejando el piso que antes cubría la mierda, lleno de hojas que, como ya te podrás imaginar, quedarán cubiertas de mierda en un tiempo. El fresco y el calor por la época y por el sol golpeando la humedad del ambiente cambian intermitentemente y el cambio de horario está próximo, personalmente me desesperan esa clase de cambios, porque trastornan la rutina de todo el mundo, una época nos dormimos más tarde y a la otra nos levantamos más temprano, o como se suponga que esos perros asuntos se manejen.  

Me he encontrado con la chica X, ella ya me había hablado antes, cuando estaba terriblemente enfermo de gripe, y si no estaba confiado entonces, menos lo estoy ahora, la voz de la chica del pacto me guía a entablar una charla con la chica X, pero al mismo tiempo me amenaza diciendo que si lo hago no habrá vuelta atrás y las cosas con María se joderán, ella es el ángel y el demonio en mi hombro. O simplemente, el demonio, tratando de confundirme para que cometa un error y se aproveche de eso para anular el trato y obtener él su parte y yo no la mía.

La situación se dio mientras estaba sentado en un parque pensando en mis cosas, en cuál sería la próxima travesura (proyecto) que haría con mis amigos, algo para pasar el rato y quizás en el transcurso o conclusión, conseguir dinero, hoy en día los músicos no son para nada bien pagados, así que descarté ese plan. 

-Hola. Dijo ella sentándose a mi lado. 

-Mande. Contesté tajante.