Anteayer fue que escribí todo lo anterior, hoy ha pasado algo que no sé cómo calificar, y me gustaría que lo hicieras tú; puede que me odies o que sientas lo que te de tu gana... Después de la cita con María salimos peleados por una nimiedad y desde ese momento que no me habla, la chica X me pregunta si podemos hablar, lo hacemos y quedamos para que en un par de horas nos veamos en un parque, finalmente en el parque, seguimos hablando, pero esta vez con un aire más carnal, pareciera que cada frase que suelta uno de los dos tiene un trasfondo caliente y un doble sentido interesante pues no roza para nada lo obsceno... Lo que pasó fue que nos dejamos llevar por esas insinuaciones. Terminé en su casa, tomando un café mientras seguíamos hablando como antes... Llegó un punto en que sin pensarlo nos besamos, la chica del pacto comenzó a despotricar a causa de esto, me dijo insultos que ni siquiera yo conocía y combinaciones que parecían imposibles. Yo seguí.
En un momento dado, nos encontrábamos en su habitación, estábamos frente a frente respirando agitadamente, ella me despoja de mi camisa y yo hago lo mismo, su sujetador negro y la forma en la que se amolda a su cuerpo terminan de quitarme el aire, ella toma mis manos y las dirige al broche del sujetador, comienzo a hacer maniobras, logro quitarlo sin mucho esfuerzo; a decir verdad, quitar sujetadores nunca ha representado mucha dificultad para mí y en realidad no entiendo por qué una gran parte de los hombres lo encuentran como un desafío o como si se tratara de encontrar la combinación de una caja fuerte. Ella lo deja caer al suelo, su sonido fue bastante pesado; como si hubiesen catorce kilos en cada copa. Terminamos de quitarnos la ropa mutuamente y contemplamos nuestros cuerpos, así como nos trajo Dios al mundo. Ella me mira con una sugerente sonrisa y comenzamos a hacerlo. Hasta el momento pienso que ella estaba pensando que eso iba a suceder, ella tenía condones en su casa, y estaba tan bien rasurada que parecía que se había esmerado medio día para llegar a eso.
Terminamos de tener sexo y empiezo a sentir como si me estiraran los intestinos hacia abajo, yo le echo la culpa a que hacía muchísimo tiempo que no hacía algo así... Trataba de pensar que no era la chica del pacto metiéndose en mi vida, lo que acaba de pasar es malo, lo sé y todo mundo lo sabe y si te soy sincero; creo que no podía evitarse...
De cualquier modo, ahora que me he puesto a pensar, considero que no fue un error ir a la hipnosis, no fue un error pensar románticamente en María, después de todo son cosas que pasan. Tampoco fue un error pensar en los dos cuando nos hipnotizaban, siento que tengo el atrevimiento suficiente para pensar que lo que le ocurrió a David no fue un error, de cualquier forma, María parece ya no acordarse de eso, aunque pasara hace relativamente poco tiempo... Lo que hice con la chica X fue un error. Soy culpable
SOYCULPABLE
pienso en Madre y en todo lo que sufrió cuando ocurrió el primer incidente con la chica X, pienso en María que seguramente odia a la chica X, ya he hablado de ella con María, básicamente explicándole mis pedos mentales y una vez en que particularmente estaba atravesando problemas y ella se “ofreció” a ayudar. Pienso en que no deben enterarse y que al mismo tiempo van a saberlo tarde o temprano. Estoy terriblemente triste y aterrado, tengo al diablo en la espalda y sé que quiere cobrarse mi error. Los ángeles negros me observan cuando duermo y cuando camino, los pájaros que antes me saludaban durante el vuelo o mientras pasaba por debajo de ellos ahora huyen de mí. Recuerdo a mi gato, yo soy un gato en una caja con veneno y material radioactivo, estoy muerto y al mismo tiempo no lo estoy. Sálvenme o mátenme. Por favor abre la caja y dime en qué universo estoy...
Acabo de ir a una fiesta con María, si hay algo bueno en este pueblo de mierda son las fiestas, alcohol por todas partes y con gran variedad, puedes encontrarte desde Whisky y tequila hasta alcohol de 96° con refresco, música, ambiente, y gente que no le importa si bebes o no, si bailas o no... Aunque eso sí; todos bailan aquí, norteño, banda, sinaloense, zapateado, huapangos, es lo que se escucha y lo que se baila...
María sabe bailar muy bien, y yo me defiendo más o menos, en la fiesta empezamos a beber, dieron de comer y antes de que toda la gente estuviera de alcohol hasta las tetas nos levantamos a bailar. Fue lindo estar cerca de ella, no molestó la mujer del pacto ni el recuerdo de la chica X, solo estábamos ella y yo con la banda y las demás parejas que giraban como trompos a nuestro alrededor.
Recuerdo que dijo que me amaba y la culpa regreso como cólicos menstruales en el corazón, como si hubiese comido clavos y tachuelas de desayuno y estuviera a punto de cagarlas. Contesté con naturalidad, pero no pude evitar sentirme mareado, quería vomitar, pero lo contuve pensando en la música y el baile, no es la primera vez que la música me salva la vida...
No nos besamos en esa fiesta, ella no hizo el intento y yo no quería, me siento como un ser impuro y manchado. Y si la beso toda esa mierda se la voy a traspasar a ella, la amo y aun así le hice daño... Soy la mierda con piernas. El aborto fallido de los árboles frutales.