El chico que por amor vendió su alma al diablo

El fin, cada fin es un inicio.

Soy un monstruo con caspa, la inmundicia y el producto del asco.  

 

"If you marry me, / Si te casaras conmigo,
would you bury me? / ¿Me sepultarías?
Would you carry me to the end? / ¿Me llevarías hasta el final?"

-My Chemical Romance, "To the end". 

 

Cuando María se enteró fue por decisión mía, por mi culpa y por mi lengua. Fue mejor así. 

Después de la fiesta pasó una semana de sentir una culpa tan intermitente como la depresión, todo estaba bien, no teníamos problemas y hasta parecía obra exacta y precisa de diablo, aunque sea demasiada casualidad la mujer del pacto ya no apareció.  

Y ahora sentí más culpa que antes, la presión en los hombros y las ganas de no haber nacido estaban más presentes que antes, ella quiso verme y yo no pude negarme. Nos vimos en un café, yo estaba perdido, ido, no estaba con ella. Ella se dio cuenta por mi aspecto y mi actitud. 

- ¿Te sientes bien? Es como si no estuvieras conmigo. 

-Estoy bien.  

Ella siguió platicándome de sus aventuras y de sus experiencias mientras yo sentía que las flemas en mis pulmones se convertían en carbones ardiendo. Llegó mi punto de quiebre después de que ella estaba tomando su café, su modo de moverse en su lugar activaba la culpa y me hacía morir de a poco.  

Le conté todo, que había estado con la chica X, qu había hablado con ella, que había tenido sexo con ella. Le dije que lo sentía muchísimo, que me sentía más que como una mierda. Y que cualquier maltrato o insulto que pudiera dirigirme yo ya lo estaba haciendo multiplicado por doscientos en ese momento. 

Sus ojos entristecieron terriblemente. No se llenaron de lágrimas, todo lo que ella pudiera llorar yo ya lo había hecho o lo estaba haciendo. Me sentía peor porque ella, ella tenía un problema con las traiciones, tiempo atrás se había incorporado al tipo de música que escuchaba yo, se identificó particularmente con la canción "Jeremías 17:5".  

"‘Cuídese de la envidia m'ijo’ mirándome a los ojos mi vieja, descanse en paz ya, una vez me dijo. Y qué razón tenía al advertirme de esta vida puerca, no críes cuervos, o arrancarán tus ojos de sus cuencas" dice la canción. Ella me miraba fijamente y al mismo tiempo no me veía, era como si viera detrás de mí. Apuró lo poco de café que le quedaba, se levantó y se fue. Pagué nuestra deuda y me retiré también luego de acabar mi bebida.  

Seguía sintiéndome culpable, fui con mi madre, con los ojos hinchados y le conté todo a ella también. No tardó nada en entender qué estaba sucediendo. María quizás estaba en shock y era cuestión de que lo procesara para empezar a sentir duelo. Pero mi madre no, en cuanto terminé de contar ella comenzó a despotricar en mi contra. Empezó a insultarme con su potente voz de Dios griego, una vez termino de decirme que era la peor cosa que había nacido en la tierra, dijo que hubiese preferido abortar a haber dado a luz a un inútil y estúpido coagulo de sangre con piernas, brazos y cabello, un inmundo teratoma y finalmente me echó de su casa. Fui a sentarme a un parque a llorar. 

Lo que pasó finalmente es mi modo de quedar en paz con lo ocurrido, después de haber decepcionado a todo mundo y a todos los que me importaban, he decidido, me he dado cuenta y he llegado a la conclusión de que yo soy el problema, yo soy el malo, el culpable, el villano, yo soy el único responsable de mi colapso, el de María y el de todo aquel que se hubiera interesado por mi desde un principio. Pedir perdón no es suficiente.

Voy a extrañar a mis amigos, no sé si ellos se sientan mal por lo que sucedió y por lo que va a suceder, quizás es algo que veían inevitable y sabían que tarde o temprano iba a pasar. Yo me inclino más por la segunda. "Yo me daré por bien servido si llego a los 27" les dije en una plática que tuvimos sobre la muerte y sobre a qué edades nos gustaría morir o llegar. Unos dijeron que a los 100. Otros que a los 60 y yo solté esa respuesta. Ellos soltaron una risa nerviosa y trataron de cambiar el tema. 

Hace ya un tiempo que te comenté que había soñado con mi suicidio, nunca pensé ni me imaginé que esa proyección de mi subconsciente me trajera ideas ni me inspirara ideas que cristalizar algún día. 

Estoy en la azotea de un edificio de unos once pisos, se me permitió el paso porque algunos aficionados vienen a tomar fotos aquí. Fotos del paisaje, de ellos mismos, del edificio o las fotos para la sesión de alguna chica que quiere llamar la atención. 

Calculo unos 23 metros de caída desde donde estoy, con mi masa de 60 kilos, y una aceleración constante de 9.81 metros por cada segundo (la gravedad, digo), la formula física de la caída libre, la fuerza, la energía cinética, potencial, etc. Dice que me voy a dar un súper putazo al caer. VOY A MORIR 




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