El chico que quería ser un ave

6. Abrir Una Puerta

Fueron los tres segundos de silencio más largos de mi vida, hasta que Dan pudo ver quién era y sonrió efusiva y ampliamente.

—¡Jims! —los chicos hicieron una especie de saludo secreto— ¡Oh Dios, lo olvidé por completo!

—Está bien, hoy ni siquiera planeaba venir —Jimmy se encogió de hombros y me di cuenta de que mi boca estaba abierta, la cerré en seguida—, veo que están algo ocupados, si quieres nos vemos después —le dijo a Dan e instantáneamente me sentí ofendida.

¿Acaso Jimmy creía que Dan y yo estábamos en algo...?

¡Oh! Pero por supuesto que lo creía, lo noté todo en su mirada, y en el aire de incomodidad que invadió el espacio. Y eso nunca pasaría, me refiero a que no tan pronto, sin importar lo mucho que me gustara Dan, yo no había ido a su casa con esa clase de intensiones, la verdad no había ido con ninguna intensión mayor a la de olvidarme de Jimmy. Y, ciertamente, el destino no me estaba ayudando mucho en eso.

—¿Ésto? —se refirió a su pecho— oh, no no no amigo, sólo tuvimos un accidente —explicó Dan, luego me miró y me hizo un guiño a la vez que se recostaba en el marco de la puerta.

Jimmy elevó una ceja y sonrió.

Dan se tragó esa falsa sonrisa, pero yo no.

—No, de verdad, está bien, volveré otro día, puedo...

—¿Bromeas? —lo interrumpió Dan—, entra hermano, hay pizza en el refrigerador.

—¡¿Hermano?! —susurré, pero no lo bastante bajo.

—Oh, sí, lo siento, no los he presentado. Tenesi, él es mi medio hermano Jimmy; Jimmy, ella es mi muy buena amiga Tenesi.

Me ofreció su mano y la estreché, al parece ninguno de los dos quería decirle a Dan que ya nos conocíamos.

Todo hizo click en mi cabeza, el hecho de que se parecieran tanto, la forma en que sus guiños eran semejantes y básicamente uno era la copia del otro, si estuviera ebria seguro no los diferenciaría.

Nos sentamos en la mesa, Jimmy justo en frente de mí con su cara de puño, Dan se puso una camisa limpia y sacó la pizza de la que hablaba, nos ofreció, pero ninguno de los dos quiso probarla, el apetito que pude haber sentido fue reprimido por un millón de emociones que me sacudía a la vez. Jimmy no dejaba de verme y por alguna razón yo me sentía mal, culpable, como si hubiera hecho algo malo, cuando lo cierto era que literalmente no había hecho nada más que derramar té en la camisa de alguien.

—Entonces... Hermanos.

—Medio hermanos —Jimmy me corrigió en seguida.

—Como sea —bufé dejando mis ojos en blanco.

—¿Todo está bien? —preguntó Dan mientras masticaba un pedazo de pizza, de repente ya no me parecía un tipo tan irresistible.

—Sí —dije.

—No —dijo Jimmy— está más que bien.

—... Bueno —dejó la pizza en el plato y tomó un trago de té— como ambos parecen tan tímidos que se rehúsan a hablar, creo que hablaré yo. Jims, dime, ¿cómo está tu viejo?

—Mi padre está muy bien, gracias por preguntar. ¿Y la señora Blackberry?

—En un Spa o algo así, no volverá hasta el próximo fin de semana.

—¿Tienes la casa para ti solo? —le preguntó.

—Bueno, hoy es para ambos —me dio una mirada rápida y una sonrisa pícara, me quería morir. Y no precisamente porque me gustara.

—Yo... yo ya tengo que volver a casa, ya saben, mi amiga Aris me espera y si no vuelvo ya, sólo Dios sabe si mi refrigerador resista sus ataques de hambre.

Traté de inventar la excusa más estúpida que se me vino a la cabeza.

—¿En serio? ¿Te vas tan rápido?, aún hay un par de temas que me gustaría... tocar —Dan sonrió malicioso y un frío pasó por mi espalda.

Me levanté torpemente de la silla y la acomodé en su lugar.

—De ninguna manera... —intenté explicar.

—Sí, Tenesi —Jimmy pronunció mi nombre con superioridad y un aire de hipocresía— quédate, me gustaría saber más, es decir, me gustaría conocerte más, pues nunca en mi vida te había visto y me pareces sumamente interesante.

—¿Lo ves? —Dan hizo ademán para que volviera a sentarme y lo hice, a la vez que fulminaba con la mirada a un Jimmy que sonreía de medio lado— ya le agradas a mi hermano.

Si Jimmy iba a jugar así, pues yo también lo haría.

—Entonces díganme —hablé—, quiero saber todo acerca del árbol familiar.

—Es complicado —dijo Jimmy seriamente y me incliné un poco a él, retándolo.

—Lo fácil es tan aburrido.

—Vamos, podemos contarle, ¿no? —sugirió Dan.

—Me da igual —se encogió de hombros, cruzándose de brazos.

—Mamá tuvo una aventura con un tipo... Ya ni recuerdo su nombre, lo importante es que ella estaba casada con mi padre, cuando él se enteró la obligó a darlo en adopción o su matrimonio se acababa, ella lo hizo —Jimmy pasó una de sus manos por su cabello, supongo que estaba tan incómodo como yo empezaba a estarlo—. Un año después del nacimiento de Jims, nací yo; dos años después mis padres se divorciaron oficialmente y cada uno tomó caminos diferentes. Me quedé con mamá y papá está ocupándose de su propia vida, supongo que está con alguna joven tomando vino o teniendo sexo, yo que sé, me alegro por él —tomó otro trago de limonada—. Así Jims terminó en un orfanato, luego lo adoptó un tipo rico con un lindo restaurante y aquí estamos.



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En el texto hay: adolescentes, historia corta, amor

Editado: 19.12.2018

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