Capítulo 7

—¡LA PUT...! —Rex gritó con furia a la pantalla de su computadora, donde jugaba un videojuego con evidente frustración.

No pude evitar reírme, aunque intenté disimularlo. Era una escena casi rutinaria. Rex siempre se volvía extremadamente ruidoso y se dejaba llevar por sus emociones cuando jugaba. Además, su temperamento se disparaba de inmediato cada vez que algo no salía como él esperaba.

—¡DIOOOOOS! —volvió a gritar, esta vez con más desesperación—. ¡No puede ser! ¡Déjenme respirar!

Rex comenzó a despotricar sobre algo relacionado con los stream snipers, un término que, por lo que pude entender, tenía un significado negativo para él y para todos los gamers en general.

—¡Saben dónde nos escondemos y todo! —exclamó, visiblemente exasperado—. No... ya me cansaron...

Finalmente, salió del juego, que creo que se llamaba Valorant, y se quedó hablando con sus amigos a través de Discord, todavía agitado por la frustración del momento.

—No, no... —dijo Rex, claramente frustrado—. Así no se puede jugar en paz.

—Son unos fracasados, no saben qué carajos hacer con sus vidas y vienen a molestar a los demás —se oyó la voz de Ian, con evidente irritación.

Al parecer, Discord servía para eso, para comunicarse con los demás a través de la computadora. Recién estaba comenzando a familiarizarme un poco con la plataforma, aunque no estaba del todo segura de si lo estaba aprendiendo correctamente.

—Después van a subir videos como "Le gané a Rex Harrington y Ian Graham en Valorant" —se quejó Rex, visiblemente molesto—. No soporto a la gente aprovechada que busca atención a costa de los demás.

Él tenía el ceño fruncido, y la irritación se reflejaba claramente en su rostro. Sin pensarlo, mis dedos volaron sobre el teclado de mi laptop, y, en un impulso, escribí: "Tranquilo, te van a salir arrugas."

Rex tardó un momento en leer mi mensaje, pero cuando lo hizo, una sonrisa apareció en su rostro, como si mis palabras lo hubieran sacado de su enojo, aunque solo fuera por un instante.

—¿Y por qué no me tranquilizas tú mejor? —me respondió, haciéndome sonrojar instantáneamente.

Me puse roja como un tomate. ¿Por qué dijo eso? Es un idiota...

—Sonia tiene una suerte. Qué envidia... —comentó otro chico que estaba jugando con él, con tono sarcástico.

—Cállate, Tucker —replicó Rex, visiblemente molesto—. No estoy interactuando con Sonia.

—¿No? ¿Tienes una nueva conquista y no nos hemos enterado? —bromeó Tucker.

—No es una conquista —rió Rex, ligeramente avergonzado—. Es una chica que conocí recientemente y que me cae bien.

Sonreí al escuchar eso.

—¿Te cae bien o solo...? —comenzó a decir Ian, pero Rex lo interrumpió de inmediato.

—Los límites, amigo, no los pases —le advirtió Rex, con tono serio, pero sin perder su estilo relajado.

—Jamás creí vivir para escuchar a Rex serio —dijo Tucker, con tono de incredulidad—. Se nota que la cosa es diferente.

Rex se sonrojó visiblemente y, como si quisiera evitar más comentarios, decidió no hablar más al respecto. Sin embargo, el chat de Rex se desbordaba de mensajes, y al leer algunos, me encontré con escenas llenas de celos e insultos hacia mí. Fue tanto que cerré la laptop rápidamente, sintiendo un nudo en el estómago.
Después de almorzar, le gané a mamá con los platos y decidí lavarlos yo misma. Luego, me puse a ordenar toda la casa, porque, aunque solo fuéramos dos, la casa se desordenaba rápidamente. Aproveché mi estado de ánimo, ya que siempre que me sentía mal o enojada, me ponía a limpiar como una forma de desahogarme. Sin embargo, me doy cuenta de que no me funciona, porque a pesar de todo, sigo pensando en las cosas que me suceden.

Mientras recogía las últimas cosas que había dejado tiradas en mi cuarto, mi celular vibró, indicándome que tenía una notificación de Instagram.

Rex Harrington✅ ha comenzado a seguirte.

¿En serio? ¿Cómo me encontró?

Antes de que pudiera pensar más al respecto, me envió un mensaje privado.

Rex: Desapareciste del stream, ¿qué sucedió?

Yo: Salí porque tenía que limpiar.

Rex: ¿Segura? Si algo te molestó debes decirmelo y veré que hacer. ¿Fueron mis amigos o los comentarios de la gente?

Yo: ¿Cómo me encontraste?

Rex tardó un buen rato en responder, lo que me hizo sentir algo nerviosa. Finalmente, llegó su mensaje:

«Un amigo mío, que a su vez es amigo de un amigo tuyo, me ayudó.»

¿Estará hablando de Alessandro? ¿Es posible que él haya sido quien le proporcionó mi información? Opté por no responderle en ese momento, ya que prefería terminar lo que había comenzado. Después de finalizar la limpieza, me di una ducha rápida para refrescarme y me preparé para salir al trabajo.

Los días habían pasado rápidamente, y ya era jueves nuevamente. El restaurante abría solo de jueves a domingo, lo que inicialmente me llevó a buscar otro empleo que, lamentablemente, aún no he encontrado. Sin embargo, no pierdo la esperanza. Estoy convencida de que cuando lo encuentre, mi tiempo se dividirá aún más, ya que tendría que gestionar dos trabajos al mismo tiempo.

—¿Ya te vas? —preguntó mi madre, con una sonrisa algo nerviosa—. Mañana tengo una entrevista de trabajo. Emily me ha ayudado a enviar un currículum a una empresa de costura.

¿Entrevista de trabajo? No sé por qué, pero tengo la sensación de que todo está sucediendo demasiado rápido. Mi madre parece estar subiendo hacia la cima, y aunque me alegra verla avanzar, no puedo evitar sentir que, si llega a caer, el golpe será mucho más fuerte.
Pero si eso llega a pasar, yo estaré allí para ayudarla a levantarse.

—¿Por qué traes esa cara? —se acercó y me acarició la mejilla—. ¿No te alegras por mi?

—Si, ma... —respondí—. Ya me tengo que ir, ¿si? Emily vendrá a hacerte compañía en media hora.