El chico que salvó mi vida

Capítulo 19

—¿Aida Carson? —llamó la doctora.

Agarré mi bolso con algo de nerviosismo y entré al consultorio. La sala estaba iluminada con una luz cálida.

—Hola… —dije con voz baja, casi tímida, mientras me dirigía hacia la silla frente a su escritorio. Me senté, procurando parecer tranquila, aunque por dentro sentía una creciente ansiedad.

La doctora me miró con una sonrisa amable, como intentando transmitirme calma.

—¿Qué te trae por aquí? —preguntó, con una actitud profesional, pero sin dejar de ser cercana.

Respiré hondo antes de responder, como si las palabras tuvieran que salir con cuidado.

—Vengo porque últimamente… bueno, en realidad ya hace un tiempo, vengo sintiendo mucho dolor de cabeza y me cuesta conciliar el sueño. Puedo estar una semana entera sin dormir por la noche y sólo dormir unas tres o cuatro horas por la tarde, pero también hay días en los que puedo dormir demasiado, y cuando digo demasiado, me refiero a mucho —comencé—. También me siento muy débil, pero lo que más me preocupa es que estoy ganando peso con facilidad, aunque no coma tanto…

La doctora frunció el ceño ligeramente, prestando atención a cada palabra que decía.

—¿No comes? —preguntó, levantando una ceja, sorprendida.

—Sí, bueno… como lo justo y necesario, no tengo mucha hambre —respondí, evitando su mirada. No sabía por qué me resultaba tan difícil hablar de esto.

La doctora asintió con comprensión y comenzó a escribir algo en su laptop, mientras seguía observándome con atención.

—Bueno, a ver… —murmuró, y luego levantó la vista—. Primero necesito que te realices un examen de sangre.

Me tensé un poco al escucharla, pero rápidamente respondí.

—Ya me lo he hecho.

—Oh, perfecto entonces —respondió con una sonrisa—. Déjame ver esos resultados.

Asentí y, tras un breve momento de duda, saqué el papel con los resultados de mi bolso y se lo entregué.

La doctora comenzó a leer el examen con atención, y al poco tiempo, arrugó mucho más el ceño, como si algo en los resultados le causara inquietud. Su rostro, normalmente sereno, se transformó en una máscara de concentración, como si tratara de entender algo que no encajaba del todo.

Mi corazón comenzó a latir desbocado, de forma incontrolable. Una sensación fría y pesada se apoderó de mi pecho. Mi intuición no falla. Sé cuando algo no anda bien.

—Tus niveles de tiroxina son muy bajos… —dijo la doctora.

—¿Tiroxina? No entiendo… —respondí, confundida.

La doctora suspiró suavemente, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para explicarme.

—Por tus síntomas de aumento de peso, insomnio y los resultados del examen, parece claro que tienes hipotiroidismo —explicó, sin dejar de estudiar los resultados.

—¿Hipotiroidismo? —repetí, con la sensación de que no terminaba de comprender.

Vi cómo la doctora se tensó un poco. Su rostro, habitualmente tranquilo, se había oscurecido por una preocupación evidente.

—Eso no es todo, Aida… —dijo en voz baja, como si no quisiera alarmarme, pero sabía que debía ser honesta—. Tus leucocitos están elevados, y hay algunas anormalidades en las células sanguíneas.

Mi mente empezó a dar vueltas, intentando conectar las palabras.

—Sigo sin entender, doctora… —dije, soltando una risa nerviosa, tratando de disimular el nudo en el estómago que crecía.

La doctora se detuvo un momento, se inclinó hacia mí con seriedad y me miró a los ojos.

—Podría ser leucemia, Aida —dijo, con calma y precaución—. Pero quiero que sepas que aún es solo una sospecha. Puede ser otra cosa, pero necesitamos hacer más pruebas como hemogramas, análisis de médula ósea…

El sonido de sus palabras se fue desvaneciendo poco a poco.

Ya no podía concentrarme en lo que decía.

Todo se nubló a mi alrededor. Sus palabras resonaron en mi cabeza como un eco imparable. Lo que había comenzado como una simple consulta médica, ahora se había convertido en una pesadilla.

-----------------------------------------------------------

Rex Harrington.

Aida me había dicho que no pasaría la Navidad conmigo. No me molestó, simplemente la entendí. Además, no le di muchas vueltas cuando lo dijo. Mi familia es complicada, y no quiero que se sienta incómoda por su culpa… bueno, por la culpa de mi padre, porque mi madre es una santa.

Estaba a punto de iniciar un stream en mi antigua habitación. Ya sé que había dicho que me tomaría unos días, pero no pude, tenía que seguir cumpliendo con las horas que me faltaban. Aproveché el espacio y armé un pequeño setup, tal como lo tenía antes de mudarme de aquí. Pero antes de comenzar, necesitaba hablar con ella. No es que sospeche de nada raro, es que simplemente lo sé, lo afirmo, la conozco demasiado bien.

—¿Qué? —responde mi llamada de manera brusca.

—¿Qué le has dicho a Aida?

Sonia se ríe al otro lado de la línea, con una risa que me irrita aún más.

—Ya no mientas, Rex —dice, adoptando un tono más serio pero con ese dejo de burla que tanto la caracteriza—. Admite que me estás llamando solo porque me extrañas...

—¡¿Qué cosas le dijiste?! —exclamo, ya perdiendo el control.

—¡Cálmate! —responde, riendo entre dientes—. No sabía que también podías ser un bravucón.

—Deja los rodeos, Sonia... —murmuro, apretando la mandíbula, cada vez más impaciente.

Ella suspira con desgana, como si esto fuera una conversación trivial para ella.

—Me dejaste plantada, imbécil —dice, su tono comenzó a endurecerse—. Todo por su culpa.

—No, ha sido por tu maldita culpa —replico, tratando de calmar mi enojo—. Te conozco, y sé perfectamente que eres capaz de herir con tus palabras cuando te lo propones. Y no te equivoques, eso no es un halago.

—¿En serio vas a echar todo por la borda por culpa de ella? —dice, incrédula.

—¿Echar por la borda qué, exactamente? —digo, con una sonrisa sarcástica—. Entre tú y yo no hay nada, Sonia. Deja de intentar inventar un romance entre nosotros. Pareces esquizofrénica, sin ofender.



#192 en Joven Adulto
#3756 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, streamers

Editado: 04.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.