Desperté a los dos días, con dolor de cabeza y las piernas entumecidas bajo las sabanas del hospital. Mi madre me repetía que estaría bien, por encima de las marcas que fuera a tener en el cuerpo, cuando ella fue a realizar la firma de los papeles para mi alta me había avisado que mi mejor amiga y un compañero de mi clase querían venís a verme, supuse que sería en compañía de Crishtian.
Mi celular había quedado nadando con las paces, descubriendo la escasa memoria de recordar el número de Noe, tuve que descartar la idea de sacarme mis dudas. De igual manera decidí, como mínimo, arreglar mi aspecto de enferma psiquiátrica, trenzando mi cabello y lavando con lagañas.
Unos golpecitos fuera de la habitación me hicieron saber que habían llegado.
-Pasen. – Les dije. -Hola, chicos. -
Cuando Noe y Crish se plantaron un momento observándome con tristeza. Supe que Crish me había devuelto el saludo, pero había sido suprimido por mi amiga.
-Jaz, dios mío. – Habiendo entrado con calma, se abalanzo con un abrazo y lágrimas. -Perdón. – Disculpándose por el abrupto descontrol de emociones.
-Estoy bien. – La tranquilice, mientras deshacía el abrazo con delicadeza inspeccionando mi cuerpo, devolviendo el abrazo.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, Crish parecía apenado, agachando la cabeza a sus pies con las manos en los bolcillos. No me hubiera extrañado que sintiera cierta culpa por el accidente, él nos había invitado y todo había terminado con varios heridos, una internada y la destrucción de su propiedad. No supe que decirle, pues solo le dediqué mi mejor aspecto para que se sintiera mejor, aliviada de que me cubriera la campera de hilo el brazo izquierdo de magullones y moretones, con el resto de ese lado de mi cuerpo como por el hematoma debajo de mi cadera por el camisón de hospital y las sabanas.
-Como estas? ¿Qué te han dicho los doctores? – Quiso saber Noe.
-Bien, saldré de alta mañana. Y ¿ustedes? –
-Si bien…- Me contesto mi amiga, mirando sobre su hombro a Crish con un poco de pena.
Mientras que el procuraba mirando al suelo y alrededor de la habitación, con cuidado de no dar conmigo. Tal vez se sentía culpable del accidente, lamentaba el haberme invitado, o porque no pudo haber impedido, tal vez. Pero no lo culpaba, no era culpa de nadie. Solo una desgracia que paso, y ya.
-No sabes el susto que nos has dado a todos, Jaz. – Noe apretaba mi mano, con la expresión de querer reprimir las ganas de llorar, prefiriendo optar por distraerla.
-Si yo igual… - Recordando el miedo que me había paralizado en aquel momento.
Medite como seguir la conversación, cuando ya ninguno de los dos parecía querer retomar. Odiaba los silencios, en particular los que incomodaban, eran los más desagradables. Especialmente por que traían malos recuerdos que aún no sanaban del todo.
Hasta que eso hizo traerme a la memoria la pregunta que quería saber, y el silencio de mis amigos no me tranquilizaría a menos de que me lo confirmaran.
-Y alguien más salió lastimado? –
-No… bueno uno que otros resultaron con golpes, pero nada grave. Algunos inclusive puede que no se acerquen a un puente en su vida. – Me tranquilizo con una media sonrisa que no pase desapercibida que no daba a más.
-Y cuéntenme… que paso luego? - Quise saber.
Esta se encogió de hombros, girándose a Cris como pidiendo ayuda. Cuando alterne entre ellos a ver quién comenzaría a hablar, mi amiga abrió la boca, pero Cris se acercó a ella, tocándole el hombro quiso seguir el.
-El jefe de mi hermano fue el que te salvo. –
¿Yo quede desorientada, quiso decir que el jefe de su hermano? ¿Qué clase de jefe va a fiestas de adolescentes? ¿Cómo había sido un desconocido y no Crish como mínimo?
-Como… ¿qué? no entiendo, ¿cómo? –
-Nadie pudo encontrarte cuando caíste. – Hablo Noe, cuando dirigí mi mirada ahora a ella, y continuo. -Hasta después de un rato, él salió del agua contigo. Te realizaron el RCP, entre el hermano de Crish y su jefe, no preocupamos cuando no reaccionaba. Habías ingerido demasiada agua inconsciente. -A su ver me miro con ternura, y alegría. – Creímos que estarías bien cuando reaccionaste, pero repararon en los golpes de tu cabeza y el cuerpo.
Realmente me había llevado la peor parte, cuando desperté un rotundo dolor de cabeza me asalto, y otro después de ese, con continuos vómitos hasta que ya no hube seguido más que los jugos gástricos donde fue que mi cuerpo decía que no tenía nada que devolver.
Si… fue una mierda. Que no volvería a querer pasa.
Pero seguía sin entender una cosa.
-Porque el jefe de tu hermano…- No puedo terminar. Hay sigue relatando Crish.
-Bueno, Ian y el eran los que traerían al DJ… -Lo mire al tiempo que esquivaba mi mirada, y masajearse la nuca, incomodo. –
-Fue genial. – Pareciendo fascinada, yo levante mis cejas. Crish aclaro su garganta.
La verdad, no le veía lo “genial”, estaba agradecida, pero no hacia menos el tener fuera de recuerdos el hecho de ser besada, aunque para revivirme, por un desconocido posiblemente anciano.
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Editado: 24.10.2019