El Círculo De Marsias

Capítulo 3

Pasaron tres semana y el doctor le había quitado el vendaje a Marsias, con la condición de tomar la medicina tres veces al día sin excepción, sólo hasta que la herida cicatrizara completamente.

Becky y él se habían vuelto muy cercanos y él no negaba que le gustaba y mucho. Pero antes de dar cualquier paso sobre una relación, tenía que recordar quien era. Sin embargo, no veía a Becky desde el desayuno y esta no se había enterado de que él ya estaba bien y que podía ayudarla en su negocio.

Miró el reloj y dieron las diez de la noche. Estaba impaciente porque ella no llegaba, necesitaba verla y salir de esas cuatro paredes. Marsias se puso de pie y abrochó la camisa que le había prestado Becky y se dispuso a salir.

Había un pasillo largo y vacío. Marsias cerró la puerta tras de sí. Al final de este se encontraba una puerta y se dirigió a esta. Al abrirla escuchó mucho ruido, voces femeninas y masculinas se mezclaban con el humo del tabaco que se encontraba en el aire. Marsias tosió un poco y se dispuso a caminar por el lugar, este estaba atestado de hombres bien vestidos y otros no tanto; y de mujeres con escotes pronunciados y plumas en la cabeza. Dos de ellas se acercaron a él.

—Eres sin duda el hombre más guapo del lugar—le susurró una mientras se bajaba el escote, ofreciéndole una buena vista de sus pechos.

—Eres un delicioso terrón de azúcar—le dijo la otra

Marsias dio un paso atrás y les sonrió—Disculpen... ¿Qué es este lugar?

Las dos mujeres rieron a carcajadas— ¿Qué clase de pregunta es esa, cariño?

—Estas en el mejor burdel de Bristol—añadió la otra— ¡estás en el Becky's!

Marsias las miró <<perfecto. Estoy en un burdel y no tengo ni un chelín>>

— ¿El Becky's? —preguntó y ellas asintieron—Entonces... Becky es...

—Madame Becky es nuestra jefa. Es la dueña del lugar

Marsias parpadeó dos veces tratando de asimilar la información. A lo lejos vislumbró a Becky. Llevaba un vestido verde marino brillante, el corsé amenazaba con dejar salir sus senos y su cabello estaba recogido en la coronilla; varios rizos escapaban del moño.

Sus miradas se encontraron y pudo ver la sorpresa de ella. Marsias le sonrió.

***

<<Ya lo sabe... Sabe que soy una puta>> pensó al ver a Erling.

Becky no pudo almorzar ni cenar con él como todos los días porque tuvo que solucionar cuentas con los acreedores. El Becky's estaba a punto de caer en la quiebra, así que decidió hacer un préstamo a su antiguo amante, el marqués de Sussex. Por supuesto tuvo que acostarse con él como garantía de que le pagaría.

Esas tres semanas que pasó con Erling habían sido las mejores, porque era la primera vez que conversaba con alguien de verdad. Usualmente sus conversaciones se limitaban a gemidos fingidos y a "chúpamela más rápido".

— ¿Becky? —el cliente con el que estaba la sacó se sus pensamientos

— ¿Sí cariño? —le dijo esta

— ¿Vamos arriba?

Becky miró a Erling y este le sonrió—Hoy no estoy atendiendo a nadie, querido. Pero hay muchas chicas esperando por ti

—Es que yo...

Becky le dio un beso en la mejilla—Te mandaré una, no me tardo—le dijo mientras se dirigía a Erling.

Al llegar encontró dos de sus "Damas de compañía" tratando de convencer a Erling que las llevara arriba.

— ¿Qué sucede aquí?-preguntó—el lugar está lleno ¿por qué no están atendiendo a los clientes?

—Estamos atendiendo a este cliente, Becky—le dijo Lilian señalando a Erling

—Él no es un cliente, desaparezcan de mi vista ¡Ahora! —exclamó Becky y ambas se fueron protestando. Becky tomó la mano de Erling y lo guio hacia fuera.

—Pero ¿Qué haces afuera de la cama, Erling? —le dijo esta—es peligroso. Tú herida fue de una bala ¿Recuerdas?

—el médico vino hoy. Me quitó el vendaje y me dijo que tomara una medicina tres veces al día, esta ayuda a la cicatrización. Me dijo que no forzara el abdomen, pero que si me podía levantar y hacer cosas—Becky lo miró. Se expresaba tan bien y su voz era como una caricia.

—Yo... no sabía.

—Estabas ocupada. Me imagino

Becky bajó la mirada. Era la primera vez que se avergonzaba de lo que era.

—Yo... este es mi negocio. Y soy una...

—Becky—la interrumpió él y ella lo miró-no tienes por qué darme explicaciones. No soy nadie para juzgarte, en realidad sucede todo lo contrario. Estoy tan agradecido contigo que no me importa. Tú me salvaste la vida y el hecho de que lleves tu vida de esa forma, no cambiará esto que siento. Por eso me pongo a tu servicio.

Becky lo miró. <No importa que no tenga ni idea de quien es... es un gran hombre>> ella sentía que así era. —Erling me di cuenta que no puedes trabajar aquí

— ¿Por qué?



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En el texto hay: amor puro, nobleza, prostitutas

Editado: 07.06.2020

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