El Círculo De Marsias

Capítulo 7

Marsias se encontraba ayudando a Josh sacando a unas cajas llenas de botellas vacías afuera del Becky's.

— ¿Esta es la última? —le preguntó Josh a Marsias

—Si —le dijo este mientras colocaba la caja en el suelo

—Vamos a beber un poco de agua del pozo —le dijo Josh y ambos se dirigieron a este. Josh era un chico bastante alto pero no tanto como Marsias, su cabello era castaño oscuro, piel blanca y ojos azules. Este sacó una cubeta del pozo y bebió de ella, luego se la pasó a Marsias y este hizo lo mismo.

—Erling... ¿Aun no puedes recordar nada? —le preguntó Josh mientras se apoyaba en el pozo

—Cuando dijiste "Marqués de Sussex", a mí mente llegaron una serie de imágenes borrosas que me provocaron un dolor de cabeza insoportable.

—Existe la posibilidad que estés relacionado con él

—No lo sé. Aunque tampoco he hecho un esfuerzo por saber sobre mi pasado

—Quizás yo te puedo ayudar. Conozco todos los rincones de Bristol

—Gracias Josh. Pero lo que no me deja dormir por las noches es el hecho que me dispararon —Marsias miró a Josh —considero varias opciones por la cual me hayan disparado. Primero: me asaltaron. Pero puesto que Becky me encontró con un jamelgo. Supongo que no llevaba nada de valor. —Josh asintió —y la segunda: alguien quiere verme muerto

Josh lo miró seriamente—si alguien quiere verte muerto es porque hiciste algo o le robaste la mujer a algunos de esos aristócratas estirados

Marsias miró la calle. El cielo no estaba estrellado y la luna estaba en menguante.

Este suspiró- me preguntaste la razón por la cual no podía estar con Becky. Y es el enterarme de estar casado. No quiero lastimarla

Josh le sonrió — ¿En serio no te importa que sea una prostituta?

—Si decide cambiar su estilo de vida, no veo porque no. Todos merecemos una segunda oportunidad y es obvio que Becky nunca...

En ese instante se abrió la puerta de golpe y dos hombres aparecieron. Ambos salieron del Becky's a darse golpes, eran dos borrachos peleando por Lilian. Esta tenía una sonrisa en los labios. Marsias miró a Josh y suspiró. Ambos se dirigieron a los hombres y los separaron. Uno de ellos le asestó un puño a Marsias y este se lo devolvió. Josh le asestó un gancho de derecha al otro. Marsias de una patada lo envió fuera de allí.

— ¡Largo de aquí! —exclamó Josh y los hombres se fueron desorientados. Este miró a Marsias —Esto es el pan de cada día. Tendrás que acostumbrarte

Marsias se tocó el golpe en la mejilla que amenazaba con hincharse —Supongo que será divertido

—Los dos estuvieron fantásticos —les dijo Lilian con una sonrisa—esos dos eran unos animales

—Lilian —le dijo Josh —A Becky no le gustara nada que hagas que dos clientes se peleen por ti

— ¿Es mi culpa tener esta cara y este cuerpo?

—No, no tienes la culpa —le dijo Marsias —aunque ayudarías si tuvieras un poco de cerebro —y al decir esto entró.

Josh le siguió los pasos sin poder ocultar su risa. Lilian carraspeó.

***

Al día siguiente Becky se encontraba en el mercado. Se había llevado con ella una de las criadas para hacer las compras. Becky iba ataviada con un vestido lila sin escote con mangas largas, su cabello estaba amarrado en una trenza. Le gustaba vestirse como cualquier ama de casa normal que hace las compras para su hogar. Tener un hogar siempre había sido su sueño; tener un hombre que la protegiera y muchos hijos. Pero sabía perfectamente que eso era una ilusión creada por su imaginación.

Todavía le daba vueltas en la cabeza lo que le había dicho Marsias.

— ¿Una casa de juego? —le dijo esta. Se encontraban en la habitación de Becky junto a la ventana.

—Josh me habló de ellas —le explicó él-incluso fuimos a una. A los hombres les apasiona el juego, sienten la adrenalina de ganarlo o perderlo todo.

—Pero Erling...

—Escúchame antes. Sé que tienes poco presupuesto para esto, pero con lo que tenemos basta y sobra. Josh y yo cotizamos dados, cartas y demás cosas de segunda mano. Sólo adaptaríamos las habitaciones a salas de póker y Josh se encargará de los dados, es bueno en ellos.

Becky tomó la lista de cotizaciones — ¿Crees que pueda funcionar?

—Confía en mí. Funcionará. Deja todo en mis manos

Becky le entregó la lista y asintió —Muy bien

— ¿Dejarás todo en mis manos?

Becky asintió —Sí, confío en ti.

Erling le dio un besamanos —Gracias por la confianza

—Erling con respecto a...

—Becky, no recuerdo nada de mi pasado, por ende no sé si soy soltero o casado. No quiero que iniciemos una relación. Sin embargo... lo deseo. Pero tengo condiciones y aquí va la primera:

A partir de hoy no quiero que te acuestes con nadie ¿de acuerdo?

*** Becky miro los tomates y suspiro. No quería entregarle su corazón a Erling, porque él tenía razón y podría estar casado. Esto le arranco un suspiro, tenía que aceptar su lamentable y despreciable destino.



#3681 en Novela romántica
#1397 en Otros
#275 en Novela histórica

En el texto hay: amor puro, nobleza, prostitutas

Editado: 07.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.