Prólogo | El comienzo del fin

Budapest, Rumanía 1969

El reloj en la pared marca la medianoche y en la oscuridad de mi habitación, trato de ocultar mis manos temblorosas y frías por el miedo. Siento que las sombras susurran mi nombre. Puede que mis manos temblorosas se deban a la cantidad excesiva de café que he tomado estos últimos días, pero es lo único que calma la ansiedad constante que me invade.

Luego del fracaso de Kieran para obtener más poder, los días se han tornado más oscuros en el clan. Una especie de cacería se ha iniciado contra todo aquel que haya tenido que ver con el escape de las niñas, temo que descubran mi participación. Toda mi vida en el clan he tenido una venda en los ojos, venda que no dejaba que viera la perversión que ha sufrido el clan tras la toma del poder de Los Malvaux.

En los últimos años, los sacrificios humanos se han convertido en una tradición más, el derramamiento de sangre se convirtió en una actividad rutinaria y festejada por muchos, lo hacen llamar "Ritualul Tradarii" el cual castiga a los que han traicionado, no puedo negar que al principio no estaba en desacuerdo, se me hacía justo que los que han traicionado al clan paguen por sus actos, pero luego de presenciar uno de los rituales, mi mentalidad cambió. Es una especie de humillación pública, te despojan de toda humanidad que alguna vez poseíste, es como si se dejara de ser persona, no puedo creer los actos que se han cometido en nombre de "La Espada y la Orquídea".

No sé si la decisión que tomé va a traer más paz o tormento a mi vida, pero acepto toda la responsabilidad de mis actos. Por eso estoy aquí, tratando de escribir en las últimas páginas de mi diario el por qué hice lo que hice, sé que no fue lo que yo hubiera querido para mi vida, pero fue la decisión correcta. Comencé a escribir desde la desolación, desde la impotencia de no poder sacar a mi familia de este lugar tan perverso. Pero cuando descubrí que hay algo más detrás de la familia Malvaux, escribo para dejar algún tipo de recuerdo o evidencia a mi familia, necesito intentar dejar algo que explique lo que está ocurriendo, lo que veo, lo que temo y lo que espero.

En mi vida, siempre he tomado decisiones con determinación, siempre en silencio, sin dejar rastro de lo que realmente ocurre en mi corazón. Pero hoy, la verdad ya no puede permanecer oculta. Si pudiera retroceder el tiempo, si pudiera deshacer todo lo que ha sucedido, lo haría pero no puedo, ahora debo pagar el precio. No solo por mi vida, sino por la vida de mi hijo, no puedo permitir que se convierta en una pieza más en este tablero de ajedrez. No puedo ser parte de la oscuridad que lo rodea, aunque ya lo sea.

Sé que Kieran no perdona. Y sé que sospecha de mí, lo he visto, he notado la oscuridad de sus ojos al verme, la manera única de sonreír hace que entienda que ya lo sabe. Ahora no hay marcha atrás. Los gritos de los que ya se han ido resuenan en mis oídos, y las sombras del futuro que nos acechan son más oscuras que nunca.

En la mañana, según un amigo de confianza, el líder vendrá a verme. Pero sé que no me queda mucho tiempo quizás esta sea mi última oportunidad para dejar algo escrito, algo que podría ser la clave para lo que vendrá. Algo que, si tiene suerte, se convertirá en un faro para aquellos que sigan el camino, cuando ya no estemos.

Este diario será la única memoria que guardo de lo que he hecho y lo que he visto. Aquí, no hay promesas de redención, solo la necesidad de no ser olvidada. Solo el intento de dejar una marca en un mundo que está perdiendo la batalla contra sí mismo.

Mañana será otro día más de mentiras, de sacrificios, y de máscaras que nadie puede quitarse. Pero por ahora, por esta noche, me permito escribir, y en este momento, eso es todo lo que tengo. Si alguna vez alguien lee esto... que sepan que hice lo que pude, lo que mi alma me permitió. Y que, si el sacrificio es lo único que puedo ofrecer, que así sea.

- A. M.