El club de los fracasados malditos

Neutro. El parque maldito. La universidad. Tres damas desconocidas. -

Neutro. El parque maldito. La universidad. Tres damas desconocidas. -

 

   En el parque es donde comienza las almas a recibir su castigo. Creo que esta maldito. -

 

Lo más cómico de un neutro en la vida, es que solo es espectador de un mundo que tal vez no lo aceptó pero lo deja participar como un simple oyente. Esa fue mi vida desde siempre, y aunque llegué a este punto, vine aquí como salvador de esa maldición que acecha a las solteras, que se rehúsan a dejar de creer en el amor. Aunque es una tarea difícil.

La mañana será como siempre hasta que la casualidad se haga presente. Es un dicho interesante, me dije con un sorbo de café con leche, en cuanto reviso los mensajes de la catedra a la cual asistiré. Algún barullo se oye en una mesa aledaña de aquel sitio de comidas rápidas. -  

- ¿Pero me lo decís en serio? – Respondió ella

- ¡Fui claro!..Ya te lo dije, y bien claro. Vamos a darnos un tiempo.

 - Per..pero..

 - ¿No tenes clase ahora?

 - Si  -Dijo con la cabeza gacha.

- Se da o no se da..son así las relaciones

No supo que decir, sin más pretéritos.

  • Bueno, me voy a trabajar. Hasta Luego
  • Octa..
  • No..Olvidate..luego hablaremos..déjame pensar – Y se retiró…

No quería ser partícipe de aquella rotura amorosa, pero fue la casualidad de encontrarlos allí en la cafetería. Al salir de aquel lugar. La muchacha con cabello azul, y chaqueta blanca con voz de niña chillona, aún continuaba sentada y pidió la cuenta. Caminé unas cuadras. Tenía tiempo de sobra, y paré un momento en una vidriera en la cual venden discos de Cd. Unos especiales de los The Clash, aunque, tenía toda la colección, aún guardaba un sentimiento punk en mi temprana adultez.

  • Vos sos un mentiroso – Se escucha una voz tenebrosa – Siempre lo mismo – ¡¿Salís conmigo para pasarla bien? !

Era una dama discutiendo con quien fuera tal vez su novio. Cabello violeta, lentes, vestido.

  • ¿Cómo que vas a terminar?!No..espera… ¡tub! ¡tub!   - ¡¡GRRR GRR!! Se iba refunfuñando con alguna lágrima suelta
  •  Bueno supongo que nos es el día del amor - Expresé por mis adentros cavilando la situación.

Continúe mi recorrido, y un dama estilo antiguo prepotente, cabello naranja, vestido y blusa, que parecía tener el rostro de una tímida angelical escribía mensajes constantemente en su móvil como si fuera a redactar un libro. Mientras lo hacia su rostro estaba pálido. Tuve la suerte, no que digo la bendición de pasar a su lado y ver como enviaba un emoji de un corazón partido en dos, y una respuesta vacía y sin escrúpulos. “Solo preciso verte para decirte algo”

Y la pequeña sostuvo el celular con fuerza con sus dos manos como si fuera a explotar.

  • Vaya dos rechazos en menos de una hora, y una reunión en todos estuve presente. ¿Será que soy un pájaro de mal augurio? No – Ladeé la cabeza – Existen innumerables rechazos, y uno puede que en su sapiencia de suerte, estuviera en el espacio y tiempo indicado.

No quise entrometerme, y me dirigí al parque cercano al recinto escolar. Pude entonces avistar a la primera dama que fuera rechazada.

Al recordar aquel momento en que la vida sentada en un banco de la plaza frente al recinto observando el suelo con unas pocas lágrimas que adornaban el piso contemplando su movil, me dí por enterado de cuál sería mi trabajo ahora que soy un universitario.

Las hojas de aquel parque sobrevolaban en una dirección opuesta a su mirada. Eso quería decir que hasta el mismísimo clima estaba en su contra. Vaya que es una bella manera de comenzar el ciclo. Luego se incorporó, palpó su chaqueta para quitar un resquicio de polvo de tierra y recogió sus bolso de estudio, para caminar por la acera directo a la entrada de la universidad. Una dama cabello extenso azul sin mas no recuerdo, ojos café. Jeans blancos. Zapatos cortos.

No obstante solo fui un espectador inanimado de aquel instante. Lo curioso es que otra dama de cabello semi corto naranja, ojos amarillos, blusa, vestido, parecía tener el mismo semblante. Era la de cabello antiguo. Venía en la dirección opuesta meditando en la nada misma. Su tristeza se podía oler a leguas. Y cuando digo oler, me refiero al sentido literalmente narrado. Bueno un mal día es un mal día. Di la vuelta para dar unos pasos hacia la otra entrada en frente al parque y sin querer topé con una extraña dama vestida de sorprendente inquietud Cabello violeta, piel semi blanca, lentes  ojos redondos y negros. Una chaqueta, vestido rosa. Era la dama que mando al diablo a su novio. Su cabello estaba atado con una cola de caballo y un gran flequillo cubría su frente. Su mirada de pocos amigos era de temer. Me observó como si tuviera en frente una desgracia. No es que no lo parezca, pero prefiero que no se noté. Siguió su camino como toda estudiante. !Rayos! Creí que era casualidad, pero nó. ¿El qué? El toparme con almas a las cuales la vida sentimental les ha dado un golpe bajo. Pues en definitiva era la mejor razón para estar deprimida.




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