El club de los fracasados malditos

Neutro y la Cita II. Se viene una serie de sucesos.

Neutro y la Cita II. Se viene una serie de sucesos.

Minerva llama la atención de tal forma que los dioses vienen por ella.

Es terrible. Todo el mundo vino aquí de inmediato como si fuera un evento de famosos.

  • Es mine
  • Es mimi.
  • ¡¡Es ella..una de las colsplayer más famosas de las redes!!
  • ¿Sera posible?

Las personas no tardaron en darse cuenta de ello. La belleza y ternura que irradiaba Minerva era el punto de inflexión para atraer a todo aquel que fuera partidario de oficio de la interpretación.

  • ¡Es increíble que sea tan reconocida ella! – Argumentó Pandora
  • ¡Si..supongo que es bonita! – Iris la veía como una dama imponente. Aunque por alguna razón siendo ambas compañeras le desagradaba la idea de verla de esa forma. Tan esplendida. Por envidia, no. Celos. Pues estaba junto a mí que me sentía totalmente perdido.

Los flashes comenzaron a menguar luego de una ininterrumpida cesión.

  • Es ahora o nunca. ¡Salgamos de aquí! – Pagué los trajes de alquiler entre las personas que intentaban acercarse.
  • Espere señor me dio dinero de más.
  • Guarde el cambio- grité y tomé de la mano a Minerva que se había sonrojado. – ¡¡Larguémonos!!
  • Ante la euforia del público salimos de allí de inmediato. Ambos vestidos como para llamar la atención.
  • - Vamos Gaspar esto es muy divertido
  • - ¿Primero explícame como puede ser que tengas el busto más grande de lo que parece?
  • - Estoy vestida de bruja, así que puedo hacer magia ¡Je! ¡Je! - Y se quitó el gorro y lo colocó en mi cabeza -
  • - ¡¡Eso no es una explicación lógica!!
  • - ¿Ah ya te vas poner en rol de celoso?
  • - Para nada haz lo que quieras. Solo no quiero ser un centro de atención de miradas masculinas
  • - ¡¡Wow!! Mira esa belleza.
  • - Si y esta con ese idiota
  • - ¡¡Ey!! Cállense ustedes - Grité a unos tontos - ¡Lo vez! - Le dije a Minerva
  • - ¡Ja! ¡Ja! - Es muy divertido - Se lanzó en carcajadas -
  • - ¡No es gracioso! - Me ofusqué y ella me miró.
  • - ¡Gracias! Quizás sea una de las últimas veces en la que pueda ser yo misma. No lo hubiera realizado sin ti.
  • - Bueno.yo...- Me mantuve sin saber que expresar.
  • - Esta princesa se tiene que casar y por hoy será bruja. ¿Serías mi compañero?
  • - mmm - pensé una y otra vez y ella colocó rostro de peluche - Bueno.. bueno..tu ganas - No puedo decirle no...- Y bajé la mirada
  • - ¿A qué? Si te refieres a ya sabes..eres un pervertido ...¡Ja! ¡Ja! - Y por cierto por qué estas más alto?
  • - zapatos de plataforma y fue idea tuya - Expresé.

Dimos vueltas por un monte de sitios para evitar la plebe. -

Salimos por otra puerta de la cual parecía de emergencias. Un hombre parado allí nos miraba.

  • Disculpe ¿Adónde lleva esta puerta?
  • Va directo al otro lado del parque
  • ¡¡Mimi!! ..¡¡Regresa!! – Oyen gritos
  • Perfecto – Por aquí – y al abrirla se veía los carruseles en un conjunto. Pocas personas – Apresúrate – Seguía llevándola de la mano a las afueras hasta un descampado tranquilo con el único sonido de unos pájaros revoloteando.
  • Uff – Eso fue intrépido de ti - ¡Ja! ¡Ja! – Se ríe ella
  • Para nada. Teníamos que salir de ese infierno – seguimos caminando. Pocas eran las personas que venían.
  • Ya puedes soltarme la mano si quieres – Dijo ella con cierto apego y avergonzada y eso hizo que me sonrojara
  • ¡¡A…Disculpa!! – Y la solté

Fue todo tan de repente - me dije. ¿Y Anna? ¿Dónde estará?

Recapitulé todo el evento en imágenes paganas.

Caminamos a otra de tantas salidas de los carruseles. Un laberinto. Y a medida que iban viéndonos las personas, estas se vislumbraban. No por mí, sino por el efecto afrodita de Minerva que podría decirse que emanaba una feromona que producía hipnosis de atracción en todo tipo de público. Era como sentirse popular.

  • Hay demasiadas personas – Confeso, luego de que le tomaran fotos y videos de todos los sitios posibles.
  • Si quieres tranquilidad olvídalo
  • Siempre tan positivo. – Dijo y un chico se acercó a ella a pedirle un autógrafo
  • Podría - le acercó un pañuelo.
  • Eh…si – Se moría de vergüenza el solo pensar en ello.
  • Vaya..realmente es famosa – Me dije sin reparo alguno.
  • Es demasiado..!!ya sé!! Vayamos por aquel corredor. Minerva me transportaba por una suerte de calle techada de paraguas de colores. No había nadie en absoluto.
  • ¿Acaso es un lugar?
  • ¡¡Tu sígueme!!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.