El club de los raros

Capitulo VIII — Un concierto

 

 

Se van a casar, no sé qué pensar. Es una pésima idea, ella está saltando de la emoción y mi padre me está mirando fijamente, esperando una reacción. Al analizar su expresión está esperando lo peor, las cosas con esto cambian en un 200%... Ya no seremos el "dúo dinámico", y definitivamente no me gustan los números impares, por lo tanto, un trio no me convence.

 

Finalmente reacciono. —Sí. —Digo con una falsa sonrisa. —¿Cuándo es la boda?

 

—En un mes... —La mirada penetrante, cual cuchillo, de mi padre no se aparta ni un instante de mí.

 

—Todo será muy simple, invitaremos a nuestras familias. Y quiero que me ayudes Amelia. —Habla ella rebosante de alegría.

 

—Sí. —Finjo un tono de celebración. —Eso nunca pasará, pero cuando vayan a elegir el pastel me apunto...

 

—Seremos una familia... Y no quiero que me veas como tú madre, sino como una amiga. —Continúa Mandy más calmada.

 

—Independiente que se casen o no, y dado que ya es un hecho, siempre hemos sido una familia... Felicitaciones. —Se me escapa una risa nerviosa.

 

Tiempo después ella se va, muy convencida de mi aceptación. —Tú hipocresía se notaba a metros. —Reprocha mi padre desde la cocina.

 

—¿Eso es lo que quieres? —Pregunto tras servir un vaso con agua.

 

—Sí, ella me hace muy feliz, además es muy linda... —Es inconfundible ilusión y el anhelo en sus ojos.

 

—Tendré que aceptarlo. —Me resigno ante la inevitable situación. —Pero si no funciona estaré allí para decirte "Te lo dije". —Río.

 

—Me encantaría... —Después de cenar cereal, por qué sí, no tenía ganas de comer algo más, me voy directo a la cama, luego de cepillarme los dientes.

 

Se va a casar...

Así parece...

Te prohíbo hacer algo para arruinarlo…

No lo arruinaré, solo investigaré a Mandy y si no encuentro nada...

Los dejarás, así no te agrade ¿Ok?...

Es un trato...

 

...

 

Llego un poco retrasada a la reunión del club por culpa del maestro de química, estaba convencido que había hecho trampa en el examen, pues nunca nadie había tenido una calificación tan alta. Al levantar la vista, noto que todos están concentrados en sus teléfonos. Se supone que la tecnología no debe idiotizarnos.

 

—¿Chicos? —Ninguno voltea a ver qué sucede, me desesperan... —Necesito que me ayuden a esconder un cuerpo. —Bromeo, pero parece que no toman demasiado en serio, porque dirigen toda su atención a mí y parecen anonadados.

 

—¿Qué? —Pregunta Lauren con los ojos como platos.

 

Me rio. —Necesito que me ayuden con una investigación... No hay ningún cadáver. —Aclaro la situación para calmarlos un poco.

 

—Me apunto. —Interviene Felipe emocionado.

 

Los demás se quedan en silencio. —Tú me debes una Lauren... Así que me vas a ayudar. —Prácticamente no es una orden, pero si uso un tono mandón.

 

—¿Qué vamos a "Investigar"? —Cuestiona Manuel haciendo comillas aéreas.

 

—Mi padre planea casarse y yo tengo que impedirlo... Perdón, debo asegurarme que sea una buena decisión... —Sonrío, esperando un “si" de ellos.

 

—En vista de que no tengo nada mejor que hacer... ¿Por qué no?

 

—Lo tomaré como un sí... Después les doy los pasos a seguir, los necesito comprometidos y tenemos un mes, es algo apresurado, pero la cuestión es de vida o muerte.

 

—¿Ahora quién es la egoísta? —El tono engreído de Julián me irrita.

 

—No es egoísmo, es querer que las cosas salgan bien... Además, no solicité tu ayuda y menos tu opinión. —Parte con las manos hechas puños.

 

—¿Vamos a una fiesta el sábado? ¿Sí? —Dice de la nada Lauren, apaciguando un poco la tensión del momento.

 

—Deseo un fin de semana tranquilo y, por otro lado, no me gusta y debo planear todo, debe ser el crimen perfecto, pero sin el crimen. —Saco cualquier excusa a relucir con tal de no asistir.

 

—Sí, por favor... Todos están invitados... ¿Sí? —Debo admitirlo, es muy insistente.

 

—¿Ustedes irán si yo voy? —Me dirijo a los únicos seres en el salón aparte de nosotras dos.

 

—Pues creo que sí iré. —Acepta Felipe no muy convencido.

 

—No tengo nada más interesante qué hacer. —Al parecer es lo único que dirá hoy Manuel.

 

—Iremos... —Accedo en nombre de los presentes.

 

...

 

—Llegas antes de las dos... —Avisa mi padre.

 

—Sí, señor. —Ha dicho lo mismo como unas diez veces.

 

—Me alegra que vuelvas a salir... Te esperaré despierto. —No es necesario, pero no argumento que lo convenza de lo contrario.

 

—Es más difícil de lo que crees.

 

—Estamos juntos... —Realmente no lo estamos, ya ni me pone atención por estar con esa.

 

Me voy a vestir y elijo lo primero que encuentro. Un pantalón ancho de color pálido, un body azul oscuro, una chaqueta negra y unos zapatos blancos... El outfit perfecto.

 

Con el pasar de las horas pasan a recogerme y sin desviarnos por el camino, llegamos a la fiesta. Lauren de la nada se desaparece, digno des mismísimo Judini. Estaba allí sola, abandonada, no debí venir. Visualizo a los chicos a lo lejos y me acerco a ellos, son los únicos que conozco.

 

—Hola... —Saluda Manuel.

 

—Hola... ¿Ustedes ya se aburrieron? Porque yo ya me quiero ir... —Ubico en ese mismo instante la ruta de evacuación más cercana.

 

—Sí, esto no es como lo esperaba. —Felipe se queja.

 

—¿Y si nos vamos? —Pregunto con mi plan B en mente. —Digo, cobramos aquí.

 

—¿A dónde? —Indaga Felipe.

 

—En el centro de la ciudad hay un concierto al aire libre, ¿Vamos?... Digan que sí. —Insisto.

 

—Esto es muy aburrido, por mi parte vamos. —Concluye Manuel.



#7334 en Joven Adulto
#20348 en Otros
#3047 en Humor

En el texto hay: diversion, locuras, raros

Editado: 21.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.