El club de los raros

Capitulo XX - Trece

 

Y corrí como nunca lo había hecho, no me gustan las situaciones incómodas. Paro unos segundos para respirar y la adrenalina recorre todo mi cuerpo, hace mucho no tenía está sensación. Cuando sientes que estás vivo, eso que te recuerda que sigues aquí.

 

—¡Te encontré!— Veo como Julian me señala, está exaltado. Pero no tanto como yo, pues tiene mejor condición física

 

—¡Genial!— Alzo los brazos, como si celebrara— Ahora sigo yo, escondete— Intento caminar lejos de él

 

—Espera un segundo— Me ofrece la mirada más severa que puede— ¿Por qué?... ¿Por qué te hiciste esto?— Levanta mi brazo, para que vea

 

—No lo entenderías—Lo digo en un tono divertido, para que me deje de mirar mal

 

—Es en serio— Se cruza de brazos y se queda esperando a que yo hable

 

—Te responderé... Pero primero quiero que me contestes algo...

 

—Habla White— Añade desafiante

 

—¿Por qué hiciste que te echaran del equipo de fútbol?— Me mira incredulo— Te peleaste con todo el equipo, hasta con el entrenador... Eso no es normal...

 

—Tú no eres normal...— Sonrie con satisfaccción

 

—Entonces finjamos que nada sucedió y continuemos con nuestras vidas, tenemos que hacer un favor...

 

—Tenemos, me suena manada— Lo miro indignada y sonrie, es extraño. ¿Estará drogado? Me asustan ese tipo de comportamientos, algo me obliga a salir de allí, pero inevitablemente me alcanzará.

 

—La maestra de teatro nos pidió que asistieramos hoy a la clase, como público... Fue tan insistente que no me pude negar... Así que vamos...— Empecé a marchar y me sigue

 

—¿No te da pena?

 

—No, si me diera pena, probablemente no sabrias de mi existencia. Además, las personas solo ven los errores en la gente y yo solo les muestro lo que quieren ver... En otras palabras, como es que lo conocen— Chasqueo mis dedos intentando acordarme— Manipulación...

 

—¿Manipulación?...—Rie— ¿Cómo sabré cuando me estás manipulando?

 

—Eso es lo divertido, no lo sabrás... O posiblemente sí, pero lo ignoraras...Sé algo que tú no...— Me mira especulante— Fuiste y eres uno de los mejores deportistas, pero no sigues entrenando en el colegio. Porque asistes a otra escuela de fútbol...

 

—¿Me estás siguiendo?— Se recarga en el umbral de la puerta

 

—Vamos a hacer un favor— Le digo a los chicos, ignorando la pregunta de Julian. No lo seguí, en internet se consiguen muchos datos si se sabe buscar

 

...

 

—Sube Amelia, vamos a improvisar un poco— Espeta la maestra haciendo un ademán con su mano

 

—No, me gusta ver...

 

—Sube, sube— Dice Manuel, Lauren, Felipe y Julian casi en coro

 

Termino accediendo y subo a la tarima del teatro— Ruptura amorosa— Añade de repente y me asusta— Dylan, colaboranos— El chico se acerca y nos dejan solos en ese gran espacio

 

Me pide que empiece, esto no es lo mio— No eres tú, soy yo. Pero sobre todo tú...

 

—¿Estás terminado conmigo?— Pregunta serio

 

—Pues ellos dijeron...— Añado mientras señalo a mi espalda

 

—No me puedes dejar— Me interrumpe con dominio, eso me ofende

 

—Tú y yo no tenemos una relación— Le aclaro, por si no sabe

 

—Si me ibas a terminar ¿Por qué aceptaste ser mi novia?

 

—No lo sé. Lastima, creo...— El auditorio estalla en risas

 

Es más alto que yo y al acercarse noto esa diferencia. Al parecer medir un metro sesenta y cinco no es suficiente— No te engañes, sé que aún me amas...

 

—¿Amor?— Pregunto confundida— ¿Sabes que es eso? Yo digo que es una enfermedad, que nubla el juicio... Impide que se piense correctamente...

 

—Tanto que decias que me amabas y me sales con estás— Se tapa la cara con las manos y oigo sollozos

 

—Es mentira, nunca tuvimos nada...— Aclaro nuevamente— ¿Es sabe que es mentira?— Le pregunto a la maestra sentada en la primera fila

 

—No te soltaré— Me abraza friamente, a pesar de ello, me molesta

 

—Sueltame... Que me sueltes— Y como no lo hace me tiro al suelo. 

 

—Deja de ser tan caprichosa...— Me ayuda a levantar y noto que es más frio y calculador

 

—Ok, suficiente...— Indica la maestra y él me toma por la muñeca y llegamos a la parte trasera del teatro

 

—Estoy aquí ¿Por qué...?— Le indico para que continue

 

—Le causas curiosidad a mi madre, mira...— Me da una targeta— Para que la llames, le interesas mucho. Eso es extraño, pues eres tan ordinaria como las demás

 

—Me ofendes— Llevo la palma de mi mano al pecho, super ofendida

 

—No me importa... No me importas y creo que... No, me caes mal...

 

—Me alegra que el sentimiento sea mutuo...— Sonrio, increiblemente me ha subido el ánimo. Nadie me ofende y se queda así— ¡Ahhh! ¡Una araña!— Que empiece lo divertido— Oh, es una tarantula, dicen que esas son super venenosas...— Se sacude y rio muchisimo, no tiene ninguna araña.

 

Se quita repentinamente la camisa y da vueltas dando pequeños saltos— ¿Todavía tengo la araña?— Mi sonrisa se ve truncada, por un pequeño tatuaje en su hombro. Lo detengo para poder verlo con más detenimiento y dice "Tredecim". En latín eso significa trece, con un tipo de letra que conozco muy bien— Oye, quedate quieta...— Quedo impactada— ¿Estás bien?— Me sacude para que entro en sí y es que siento que no puedo hablar.

 

Me quito el buso, para quedar solo con mi sostén. Ni se inmuta, me volteo y señalo mi hombro derecho, se acerca. Aparta mi cabello y siento como retrocede. Tatuaje en el mismo lugar, mismo tipo de letra, solo que el mio dice "Quis Minus", menos uno en latín. Una marca que nos identifica y sigue para siempre, el cual retocaban cada mes.

 

—¿Menos uno?— Abre los ojos y su mirada tiene cierto desconciento



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En el texto hay: diversion, locuras, raros

Editado: 21.06.2021

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