Capítulo XII
EL INFIERNO RECIÉN ARRANCABA
No me enorgullece lo que hice. Stacy ¿o era Stella? es una chica bastante estúpida pero no me hizo nada malo nunca. No era Sabine y me desquité con su cuerpo cada vez que me lo recordaba. Le dejé moretones que con los días vi que se tornaban de un verde nauseabundo.
Evité a Sabine todo ese tiempo. Pasearme de la mano de una chica tan hueca como ¿Stacy? ¿Stella?, me dio hasta asco pero era ante todo un adolescente con ideas estúpidas y un hermano imbécil.
Mi padre tuvo que separarnos ese día en la cocina porque de no hacerlo, quizá, Calum hoy estuviese con algo más que unos moretones horribles y unas banditas en la ceja.
Sabine no entendía. De un día para el otro simplemente desaparecí de su vida, de los cigarrillos de las gradas, de las charlas entre clases.
Aunque no fuese con ella, aún iba a las gradas a fumar un cigarrillo y a observarla de lejos. Claro, ella nunca me veía. Ese día terminó por romper todo lo que se había construido con el paso del tiempo. Qué frágil que es todo.
Mi hermano la abrazaba como nunca vi que abrazara a nadie. Con una ternura indescriptible.
Apagué el cigarro en mi mano porque prefería mil veces más ese dolor que lo que sentía por dentro.
Me estaba esperando a la salida de la última clase del viernes. Como era clase de apoyo ya nadie quedaba en el instituto, solo unos pocos rezagados.
Intenté evitarla. Juro por todas las religiones que lo intenté.
–No sé qué es lo que sucede pero ¿puedes dejar de actuar como un niño de cinco años? –su pequeña mano tomó mi muñeca.
Hoy quiero volver el tiempo atrás. Preguntarle. Exigir explicaciones que no me correspondían. Pero ¿ya dije que ante todo soy un adolescente problemático?
Una risa desconocida para mí sale de lo más profundo de mi garganta. Sarcástica y afilada. Quería realmente hacerle daño. Y lo logré.
–El jueguito del suicidio… jugar con los chicos nuevos del instituto, ¿es todo parte de lo mismo? ¿Quieres saber algo, Sabine? Estás desesperada por llamar la atención, eres tan patética que ni tu padre quiere estar al lado tuyo y sabes qué más, el suicidio quizá sí sea tu mejor opción. Piénsalo. Hasta quizá pueda ayudarte con eso.
El infierno recién empezaba.
Gritos es lo que escucho. Tenía tanto alcohol en sangre que tuve que cachetearme tres veces para entender dónde estaba. Cuando lo logré hubiese preferido seguir como antes. Sabine estaba medio inconsciente aferrándose de los hombros de André y Fénix mientras Nissan y
¿Calum? repartía piñas a unos idiotas que no lograba distinguir. ¿Eran mis compañeros de equipo? Actué lo más rápido que mi cuerpo respondió. Separé a un idiota que quería golpear a mi hermano por la espalda.
–¡Qué le hiciste! –gritaban casi al unísono ¿A quién? Y en ese momento recuerdo el cuerpo de Sabine, pequeño y pálido, yéndose de la fiesta.
No sé quién es el que pone orden pero de un momento a otro me encuentro corriendo con Calum y Nissan hasta una camioneta.
El lugar al que llegamos resultó ser el hospital. Sabine había ingresado y nos encontrábamos los cinco esperando fuera. Para ese entonces la borrachera se había ido y ya era dueño de mis cinco sentidos.
Aproveché que Nissan se había ido por un café y mi hermano dormitaba para acercarme a Fénix y André.
–¿Qué sucedió?
Fénix me mira con cara de pena y André, con su mirada cansada, me regala una sonrisa torcida.
–No tienes ni idea de qué sucedió, ¿no? –niego con la cabeza varias veces.
–Ella fue a buscarte a la fiesta. No lo supimos hasta que Nissan nos preguntó por qué no le respondía los mensajes. A Fénix se le ocurrió pensar que estaba ahí. Ella quería realmente hablar contigo. Aclarar las cosas. No sabemos qué pasó pero ella quería entender. Entenderte. La cuestión es que fuimos a la casa esa y la buscamos por todos lados. La encontramos en uno de los cuartos con todo el equipo sacándole fotos. De ahí ya creo que sabes qué pasó.
El corazón amenazó con salirse de mi pecho y la respiración comenzó a hacerse pesada. Sabine, ¿qué pasó? ¿Fue mi culpa?
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Editado: 16.05.2021