Capitulo 1

EL Club Friend Zone

Capítulo 1

No hay peor manera de autocastigarte que verte un maratón de películas románticas justo el día que se celebraba el amor, “san Valentín”, acostada en mi sillón personal de la sala de estudios de mi madre. Con mi boca llena de palomitas y frituras. Lloraba como loca al pasar la escena de “Endless love”. En donde el padre de la protagonista trata de separarlos.

¿Cómo tus padres pueden influir en tus decisiones respecto al amor?

—¡Estupidooo! — Reprendía a la tv tirando el vaso vacío de gaseosa.

—Danielle, acuéstate ya. Mira la hora que es. —Dice mi madre detrás de la puerta, en este momento quería que el vaso estuviera en el lugar donde estaba mi madre, en vez de la tv.

Sin embargo, apago la tv de mala gana, y apago las luces para que no sospechara de que estoy despierta.

Dejé el estudio hecho un desastre, mañana me tocaría limpiar toda la basura regada que era muy notorio a simple vista.

Me adentro bajo mis sabanas y enciendo mi laptop para revisar mis redes sociales.

El mejor mes, gracias amor por este día especial. #mipequeñocielo.

Celebrando el amor. #juntosomosmás.

Amo pasar momentos mágicos a tu lado. #viva el amor.

Cada vez que desplazaba mis dedos a la parte inferior de mi muro de Facebook, me encontraba con muchas publicaciones de amor y de estar en pareja.

Creo que me estoy autocastigando demasiado. No tengo novio desde que recuerdo, y no quisiera recordar la experiencia tan desagradable sobre el día que le declaré mis sentimientos a mi mejor amigo.

Siento que alguien está tirando pequeñas piedras a la ventana repetidas veces. A esta hora me da miedo averiguar quién estaba detrás de esa ventana.

—Danielle—Escucho susurros de alguien. Para ser específica, su voz me era muy familiar.

Me levanto cautelosamente con el bate de béisbol que me había regalado mi hermano en mi cumpleaños 16.

Debo admitir que mi mano estaba temblando, y es difícil mantener un bate que pesa más que mi brazo, agarrarlo como si tuvieras algún tipo de Parkinson me generaba calambres.

La persiana de mi ventana era algo pesada por el material del que estaba elaborado.

La adrenalina hizo que el miedo se esfumara. Jalo con fuerza y abalanzo mi bate a la persona que estaba detrás de ella.

—¿Albert?, —Albert es mi mejor amigo. Sí, ese que me mandó a zona de amigos donde es difícil y duramente salir.

—¡Oye!, cuidado con eso. Casi me arruinabas el peinado. —Dice mientras colocaba sus brazos en cruz en forma de defensa.

No me había dado cuenta que Albert estaba a punto de caerse porque literalmente estaba montado en una escalera de solo 1 metro y medio, y él media más de eso. Él era muy alto.

—¿Qué haces a esta hora aquí?, ¿No deberías estar celebrando con tu novia este día?

—Vine a recitarte, ¡oh amada Julieta!, amada mía. —Dice colocando su rostro con una expresión de inspiración y ternura, como un príncipe de película.

Verlo allí con la luna reflejada en su rostro me hizo recordar lo mucho que lo quería y lo amaba, pero sabía que era imposible que sucediera algo entre nosotros. No había ni un ápice de que pasara algo.

—¿Enserio? — No sé por qué pregunté lo que no es obvio, pero estar a solas con él mirándonos fijamente, activó mis sentidos de una manera extraña.

—Sí, ¡Oh Julieta querida!, “Conservar algo que me ayude recordarte sería admitir que te puedo olvidar”. —Esta frase pertenecía a la obra de Romeo y Julieta. Albert no es del tipo de chicos que le guste leer. De algo sí estoy segura. Lo buscó en Google.

Con el tono de delicadeza y la expresión de ternura en su gesto. Suspiro disimulando mi admiración por tal belleza que divisaban mis ojos.

—¿Qué significa, oh romeo tan dulces palabras que os recitar de tus labios?

Tras un silencio él ríe

—Significa que me prestes dinero. Su expresión pasó a ser de juguetón a preocupación. —Siendo especifico 50 dólares.

—¿Ah? — Me costó entender las palabras que salieron de su boca.