Era un día fresco y nublado, un nuevo día había empezado.
Un niño corría por los blancos pasillos del hospital mientras escapaba de su madre. De pronto se paro al escuchar los llantos de lo que parecía ser una niña. Sin miedo y con valentía entró a la habitación. Y efectivamente era una linda niña pelirroja y mirada triste quien lloraba. El niño se acercó a ella y se sento a su lado haciendo que la pequeña levantara su mirada llena de lágrimas.
_ ¿Por qué lloras? - la niña se limpio sus lágrimas y lo miró con curiosidad - ¿Qué te ha pasado? - el niño señaló las vendas que la niña traía en sus brazos y en su frente.
_ Yo.. no lo se - habló - no puedo recordar nada - sus lágrimas caían por sus rosadas mejillas - solo se que he despertado aquí.
_ Tus papás ¿dónde están? - la niña empezó a llorar más al escuchar hablar sobre sus padres.
_ Me han dicho que han muerto - el chico sintió tristeza. La abrazo sin importarle que es una desconocida. - me han dejado sola y no puedo recordar quién soy.
_ Tranquila ¿si? De seguro alguien está allá afuera buscándote - la niña levantó la mirada y observo la sonrisa de su ahora amigo. - Soy Jackson pero tú puedes llamarme Jack
La niña sonrió y acepto la mano que el niño le daba. Una sonrisa se formó en los labios de la pequeña.
_ Es muy bonito, gracias - la niña recupero su sonrisa. Al verla sonreír Jackson sintió felicidad al ver que su ahora amiga había recuperado esa linda sonrisa.
_ Es un collar perteneciente a mi familia - colocó su brazo por alrededor de sus hombros y se acercó a su oído - según mi familia es un collar mágico que me ayudó a recuperarme. Si te lo pones sanaras rápido y tal vez recuerdes quien eres y que fue lo que sucedió.
_ Gracias Jack - la niña abrazo al pequeño y este acepto el pequeño abrazo - esperó poder recuperar mi memoria.
_ Jackson, Jackson - se escucho que una señora buscaba al pequeño en los pasillos. El niño se levantó y le dio un beso en la frente a la pequeña
_ ¿Dónde estabas hijo? - la señora tomó la mano de su pequeño y caminaban hacia la salida donde su papá los esperaba con una sonrisa.
_ Fui a despedirme de una amiga - la señora soltó una risita, no era la primera vez que el niño hacía amigos en un lugar público.
_ Volvamos a casa, tú abuela te ha preparado una rica merienda - al subirse al vehículo miró hacia las ventanas del hospital y vio que su amiga le decía adiós desde lejos. Sin duda un gran recuerdo que marcaría su niñez.
Tiempo después.
Jackson había regresado días después de su alta en el hospital para buscar a la niña que traía consigo el collar de su familia. Cuando su madre se enteró fue en busca de la niña para que le entregará el collar. Pero, la niña ya había sido dada de alta. La familia del niño estaba tranquila por que sabía que estaba en buenas manos.
Jackson creció con una buena educación, ahora era un muchacho de 18 años que se había graduado de la preparatoria y ahora iría a la mejor universidad de Light rings - Luz de anillos - su familia creció en el mundo de la moda y su fortuna incrementó al tener sus líneas de ropa y Spas pertenecientes a la familia White Black.
Hoy sería su primer día de clases en la universidad de sus sueños. Se encontraba sentado en una banca en la plaza central de la ciudad esperando a su mejor amigo, leía un libro - Poemas, de Emily Dickinson- para matar el tiempo.
A los lejos visualizo a una chica pelirroja que se encontraba leyendo el mismo libro. Dio un suspiro y soltó una risita. Esa chica lo había cautivado, no era la primera vez que la veía en esa plaza, siempre la había visto en lugares como éste pero nunca llegó a conocerla a fondo ni siquiera sabe su nombre.
Su concentración fue interrumpida al ver que una chica morena y alta corría hacia su amiga. Al abrazarla, de la mano derecha de la joven pelirroja cayó una pulcera dorada. Las jóvenes no se dieron cuenta y empezaron su camino.
_ ¡Hey Jack! - grito un joven alto mientras corría hacia su amigo - perdón por la tardanza, tenía que ir a dejar a mi hermana al instituto - suspiro.
_ No hay problema, nos vamos - el chico empezó a caminar pero al llegar a la pulsera se agacho y la tomó en su mano, observó que la pulcera traía un nombre grabado y sonrió. - Iris
_ ¿Dijiste algo? - Jack negó y ambos caminaron para llegar a su primer día de clases en la universidad, eso sí, tenía grabada en su rostro una sonrisa.