El color de tu Recuerdo

Capitulo 6

ASHER

Cuando terminé la práctica de baloncesto, vi a Katy entrar con sus amigas. Como siempre, buscando llamar la atención, trajo donuts y cheesecake de fresa, asegurando que eran mis favoritos, aunque ya le había dicho que no. Pero nunca me hacía caso, porque, según ella, el de chinola le daba alergia.

—Amor, mi amor —saludó con un beso, dejando el pedido a un lado.

—Hola, Katy —respondí.

—¿Qué tal si vamos a mi casa hoy? Puedes cambiarte allí. Mis padres saldrán con los tuyos a una reunión y tendré la casa para mí sola —dijo con esa picardía que ya sabía lo que insinuaba.

—Claro que sí —acepté sin dudar. El sexo con Katy era bueno. Sabía lo que tenía que hacer, además de que tenía un cuerpo de muerte.

Salimos los dos en mi auto hacia su casa. El trayecto fue breve, pero se sintió más largo de lo normal. Katy hablaba sobre las cosas que sus amigas habían comprado, los chismes del colegio y los planes para las vacaciones de verano. Yo apenas respondía con monosílabos, más concentrado en la carretera y en mis propios pensamientos que en la conversación.

Apenas cruzamos la puerta de su casa, Katy me jaló hacia su habitación con una sonrisa traviesa. Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda mientras me besaba. Sabía exactamente lo que hacía y cómo lo hacía. No había emoción, solo deseo físico. Nos dejamos llevar por la rutina que habíamos repetido tantas veces antes.

—Ah, ah, ah, Asher... Sí, sí, continúa —gemía mi nombre mientras la tomaba por detrás y jalaba su cabello.

—Ahh, amor, me voy a venir... Asher... Asher...

—Ahhhh... —suspiré mientras soltaba mi semen dentro de ella.

Me salí rápido y tiré el condón en la basura mientras comenzaba a vestirme para salir. Nunca me quedaba a dormir y ella ya lo sabía y lo aceptaba.

—Quédate por esta vez —comentó, mirándome con ojos brillantes de esperanza.

—Ya sabes que no lo hago. Nunca lo hago. No sé por qué insistes en el mismo tema siempre —le dije, mientras me ponía la camisa.

—Ya lo sé. Igual, cuando nos casemos, viviremos juntos y podré dormir contigo todas las noches.

Me rei por dentro, porque aunque ella quizas tenia esta relacion como algo mutuo, no lo era. era mas por decision de mis padres que por mi.

—Sí. Claro. Algún día —comenté, desesperado por salir de ahí.

Ella suspiró, resignada, y se recostó sobre la cama mientras yo recogía mis cosas. Salí de su casa y arranqué el auto.

Mientras me dirigía a mi casa, de repente vi una figura caminando sola por la calle. Se me hacía conocida.

Oh no, era Aura.

Fruncí el ceño. ¿Por qué esta chica estaba sola a estas horas de la noche caminando? ¿Es que acaso no sabía lo que eran los autobuses? ¿Era estúpida o solo le gustaba caminar? La segunda opción me parecía una locura.

Frené el auto y bajé la ventanilla.

—¿Aura?




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