Para ellos el amor no tiene un color, tiene varios. Naranja, como tantos atardeceres que pasaron juntos. Azul, como los ojos de él, esos que ella no podía dejar de mirar. Rojo al igual que los labios de Sofía, para él eran la obra maestra más bella y completa que ha podido observar. Para ellos el amor era blanco, como las paredes de aquella tienda donde sus labios se unieron por primera vez. Era violeta, como aquella flor que él colocó en el pelo de ella, antes de decir, sonríe, y guardar ese instante en una fotografía. En ocasiones vieron el amor de un negro tan oscuro, que quisieron rendirse, como tantos jóvenes que dejan escapar este sentimiento por inseguridades y desconfianza.
Un profundo color que no sabían distinguir entre claro u oscuro, muchas veces aparecía, porque cuando se junta el amor y el deseo, ocurre el mejor de los momentos.
- Sofi, ¿para ti qué color tiene el amor? .- Ella lo miró y pensó en su pregunta.
- Cambia según los momentos.- Respondió.
- ¿Cómo es eso? .- Él alzó las cejas sin entender.
- Cuando te beso es rojo.- Sofía se acercó y dejo un dulce beso en los labios de él.- Cuando te acaricio alcanza un verde, me recuerda a la felicidad.- Ella acarició con sus delicados dedos la mejilla de él.- Pero a veces se mezclan y crean un mundo de colores que no sé explicar.