Despierto y me encuentro en una habitación oscura, acostado en una suave cama y cubierto con una manta. Hay una lámpara en una mesa a la izquierda de mi cama, misma que enciendo, y entonces me doy cuenta de que la habitación está muy bien arreglada. De hecho, es casi idéntica a mi habitación en el palacio de Croma, lo que me hace pensar que en realidad acabo de despertar de un terrible sueño.
Vuelvo mi mirada hacia la derecha y veo una silla ocupada por una persona que identifico de inmediato.
—¡Oh, por fin has despertado! —proclama con gozo para entonces levantarse y acercarse hasta mi lecho.
—No dé un paso más —solicito; entonces se detiene y me observa con gesto seri0.
—De acuerdo —dice para después retroceder unos pasos—. Supongo que tienes muchas preguntas qué hacer y quieres respuestas, y ya puedo imaginar cuál es la primera que harás —habla con una voz que ha perdido toda esa calidez que le caracterizaba, y yo solo asiento con gesto duro.
Luego de decir esto, respira hondo y se prepara para hablar.
—Hickory —menciona, y le dedico una mirada llena de confusión—. Todo comenzó debido a ella —añade.
—¿Quién era ella? —averiguo todavía confundido.
Vuelve a respirar profundo, aunque ahora se ve que algo le perturba. Entonces mete su mano en el cuello de su prenda de vestir y extrae un collar fabricado de cuerdas. En este se encuentra un colgante con una pequeña pintura un tanto desgastada, misma que se pone a mirar con nostalgia.
—Ella era más que mi mejor amiga, era una persona a quien le tenía gran cariño. Era la niña Marrón más dulce y tierna que jamás haya existido —menciona nostálgico y un tanto compungido.
—¿La amaba? —pregunto, y me levanto de la cama.
—En ese momento no tenía la edad suficiente como para establecer una relación amorosa, pero así fue. El amor que nos teníamos, aunque era infantil, era puro e inocente; pero esa clase de amor no era bien visto por la sociedad de Croma.
—Y entonces, como no le permitieron ver a esa niña, ¿decidió volverse del lado de los asesinos, impíos y malhechores?
—Tu interpretación de mis motivos es bastante ingenua, Flint, y veo que tu visión de las cosas está por completo cegada por el odio y la desinformación. Lo que tanto tiempo te han enseñado en Croma, lo que repiten a los niños desde pequeños como un credo, es solo una vil mentira —habla lleno de resentimiento—. Si bien es cierto que un porcentaje de la población Marrón era proclive al delito y la violencia, no sucedía así con la vasta mayoría de ellos. De hecho, había tantos delincuentes de otro colores como de color Marrón, y siempre los ha habido. Sin embargo, eran sus características como raza lo que provocaba temor y preocupación en los ciudadanos de Croma, pues eran más fuertes que los Rojo, más inteligentes que los Azul y mejor organizados que los Amarillo.
»Movidos por el miedo a que ellos llegaran a ser numerosos, muy poderosos, y se levantaran en contra del gobierno de Croma, comenzaron a realizar una cacería de los ciudadanos Marrón que ellos consideraban peligrosos, a quienes encerraron y ejecutaron.
»La situación empeoró cuando comenzaron a atacar a inocentes —su voz ahora se torna ensombrecida y melancólica—. Hickory fue la primera de ellos. Fue asesinada por los soldados Rojo, y con su cuerpo ellos… —trata de explicar, pero se encuentra perturbado y lleno de indignación que no puede continuar. Entonces hace una pausa y prosigue con su narración—... No sintieron culpa o remordimiento alguno por sus acciones; después de todo, era una niña Marrón, para ellos no tenía valor alguno —cuenta. Sus ojos se muestran humedecidos por la tristeza y el enojo que recordar dichos eventos le provocan—. Hubo muchos reclamos ante las autoridades debido a las atrocidades cometidas en contra de una pobre e inocente niña; a pesar de ello, el gobierno no quiso responder. Al contrario, permitió y glorificó estos actos al grado de considerarlos el único remedio para acabar con la plaga Marrón, como ellos la conocían —habla ahora lleno de rabia, y luego se detiene para respirar un poco y calmarse—. Sin embargo, es curioso cómo funciona la ironía, pues ellos mismos provocaron lo que intentaban evitar.
»Hickory fue la chispa que inició un incendio, y éste se extendió por todo Croma. Todos los Marrón tomaron este y los siguientes asesinatos como una declaración de guerra, por lo que se levantaron en armas en contra del régimen de Croma y así fue que surgió la Gran Guerra Marrón.
»Después de la guerra, cuando los Marrón fueron derrotados y expulsados de Croma, los reyes y reinas Blanco y Negro promulgaron una ley que prohibía las mezclas con la finalidad de evitar que esto volviera a suceder, y con ello se inició una nueva cacería.
—No fueron ellos quienes la hicieron, sino los Gris al poder —corrijo.
—Lamento desilusionarte, pero no fue así. Han enseñado esa mentira para hacer ver más noble su muerte, pero la realidad es muy diferente a lo que te han dicho. Los Blanco y Negro presentaron la ley como un fruto de los Gris, y luego aseguraron que tomarían la responsabilidad de ello, pero en realidad la ley fue y siempre ha sido un producto del gobierno Blanco y Negro. Por el contrario, los Gris se opusieron a ella, pero sus votos no fueron suficientes para su anulación.