Narrador
Los guerreros imperiales estaban en la puerta de salida, sus caballos preparados y sus armas ansiosas de ser utilizadas. Los guerreros de Leonest eran especiales ya que la reina de hace 6 generaciones pensó que su ejército debía ser el más fuerte de todos los 6 reinos, el más temido... Así que esta busco a los maestros en toda arte de combate conocida, todo estilo con armas y entrenamiento físico.
Dividió a estos en 3 clases... Guerreros imperiales, guardias reales y protectores.
Las guerras serían problema de los más preparados y fuertes guerreros imperiales, la protección del castillo y la realeza seria asunto de la guardia real y el pueblo seria la responsabilidad de los protectores.
Cientos de imperiales fueron desplegados y sus caballos que hacían temblar la tierra avanzaron, grandes proezas estaban por crearsen, su paso era ligero e imparable... En poco tiempo estarían en las fronteras.
Lion
-tu padre nos castigará, lo sabes ¿no?-
Los árboles se agotaban, el camino daba paso a la nube de ceniza y humo que recubría la pradera.
Quill
-sí, pero no he entrenado tanto para quedarme en casa-
Apretaba las correas de mi caballo y halaba con más fuerza.
Lion
-tratan de protegerte-
La luna brillaba alumbrando nuestro camino, los agujeros en la nube de ceniza eran traspasados y creaban un paisaje único.
-eres muy importante para nuestra gente, no lo has entendido pero si mueres se acabó... No hay más como tú y eso te hace tan importante-
Quill
Sus palabras me hacen bajar la mirada.
-soy más que un legado, puedo con esto, hemos estado juntos por mucho tiempo Lion. Dijeron que un príncipe debía estar en el castillo pero aquí estas... Capaz de vencer a casi cualquiera.
Lion
-aun así no puedo ignorar mi destino-
Le miro.
-seré el futuro rey y tú el próximo comandante, deja de actuar como un niño-
Quill
Mi rostro se oculta tras sus palabras.
-supongo que tienen razón-
Alzo mi rostro firme y miro la luna aun visible.
-pero mi destino no me permitirá morir hasta cumplirlo-
Lion
Suspiro y sonrió.
-eres incorregible-
Dicho esto agito mi paso.
-entonces vallamos a matar algunos enemigos-
Tiraba más fuerte, algo emocionado empezaba a sentirme.
Quill
-¡ese es el Lion que conozco!-
Narrador
El ejército avanzaba en el pueblo, con Suice a la cabeza todo parecía en contra, los soldados restantes hacían barricadas en medio del pueblo entorpeciendo así el paso de estos a la base principal, cada soldados capturado era desmembrado y apuñalado por su propia arma en señal de que su pueblo lo dejo solo y así murió.
Un final triste...
Suice
-malditos, sus barricadas y bloqueos me tienen arto-
Decía al tener que retroceder y optar por otra ruta.
-tsk-
Apunto con mi arco al salir de la calle a un civil intentando escapar, suelto mi flecha y en ese momento mi sonrisa de sadismo es detenida por un soldado que interfiere con la flecha salvando así a aquel campesino.
-patético... Dar su vida por ese traidor-
Murmuraba y cargando la próxima flecha le atino a este.
-¡Clint!, ¿y el maldito camino?-
Miraba al guía enojado
Clint
-mi señor los exploradores están siendo atacados, es difícil marcar una ruta así-
Mi tono temeroso trataba de no hacerlo enojar más
Suice
-¡Mátenlos a todos!-
Gritaba y así mismo todos los soldados a mi alrededor corrieron.
Dalas
-entráremos, quiero 15 arqueros apuntando a todas las direcciones, soldados con escudos para resguardar de ataques enemigos y guerreros imperiales en el centro. Acabaremos con los que más podamos, romperemos sus filas y así le daremos tiempo a los demás... ¿Entendido?-
Soldados en general
-¡SI COMANDANTE!-
Dalas
-en marchar-
Tomo uno de los arcos y 10 flechas.
-es hora de atacar-
Las barricadas son abiertas y 34 hombres salimos, las calles no olían para nada bien y el fango no ayudaba.
Nos desplazábamos y los enemigos no se dieron a esperar, los arqueros apuntaban y disparaban hiriendo así a los que salían por las calles de imprevistos, los centrales acababan con su vida rápidamente y continuábamos avanzado en silencio.
Lenet
Haciendo de explorador me acerque a la pared de la calle próxima y asomándome veo un grupo de unos 15 soldados abriendo las puertas a la fuerza, regreso con los demás e informo.
-unos 15 de ellos están por esa calle-
Dalas
-bien... Arqueros cubran nuestro camino, Lenet y Varcot conmigo-
Nos acercamos a la pared y con todo listo nos disponemos a salir.
Narrador
Estos salen y los soldados enemigos los notan de inmediato, los arqueros corren y sin pensar disparan hiriendo así a varios.
Dalas
-¡Adelante!-
Corriendo suelto el arco y saco mi espada, con movimientos rápidos corto el cuello de los heridos mientras Lenet avanza y lanzando su espada la incrusta en la cabella de uno de ellos, me adelanto de inmediato y rebasándolo salto y choco espadas con uno de ellos, pateo su pierna izquierda haciendo que caiga en rodillas y girando corto su cabeza parcialmente salpicando así sangre por todos lados.