El comandante - La ascensión

Clímax

Lion

-mi madre no perdonara tu insolencia-

Digo tomando posición de defensa.

Siruth

-lamento decepcionarte-

Acercándome un poco a ambos cambio mi espada de mano.

-según las leyes ancestrales impuestas por Haleder, la reina imperial; el pueblo y reino valen más que cien reyes-

Me preparó para atacar.

-usted en este momento no es más que un posible peligro para los demás, volverán a casa custodiados y no habrá ningún problema-

Quill

Sus palabras lograban intimidarme pero mi espíritu era valiente.

-tú responderás a mí, no voy a sentirme intimidado-

Dicho esto tomo posición y con un plan ya formado me lanzo contra él, este se adelanta y ambas espadas chocan.

Siruth

-aún no-

Digo separandome y chocando estas nuevamente. Giro desestabilizando sus piernas y separo mi espada, bajando esta golpeó su pierna sacándolo de su eje y con un empujón le tumbo hacia adelante.

-es por tu bien-

Quill

-lo sé-

Levantándome giro a ver a Lion.

-gracias-

Dicho esto volteo hacia atrás, empiezo a correr saltado así sobre una mesa y de ahí a las afueras de la barricada.

Siruth

-maldición-

Miro a Lion, este intenta decir algo pero lo ignoro.

-llévenlo a la tienda-

Camino sin más a la barricada.

-espero no muera-

Narrador

Ahora fuera de la barrera solo le quedaba encontrar a su padre.

Dalas

Salto sobre él y sacando mi cuchillo con rapidez lo entierro en su garganta, me levanto rápido y sigo corriendo, los enemigos nos atacan y no paraban de llegar.

Lenet

-¡comandante!-

Llamando su atención lanzo su espada.

Dalas

Sonriendo la tomo y así mismo la lanzo clavándola en un soldado enemigo que salía de una de las casas.

-estos malditos no paran de llegar-

Sacando la espada de su cuerpo camino hacia adelante.

Lenet

-como en los viejos tiempos-

Dalas

-es cierto-

Suspiro sonriendo.

-ya estoy algo viejo-

Ambos reímos y continuamos, al girar la calle salto hacia atrás tomando a Lenet por la armadura y lo pego a la pared.

-los hallamos-

Digo susurrando.

-llama a los demás-

Este se retiras tras mi orden.

Narrador

La batalla real estaba por comenzar, con los 14 restantes forman una emboscada por aquella calle y se ocultan.

El ejército está a solo minutos, Quill en el campo y el comandante a poco de enfrentar al líder enemigo, esto estaba a poco de definirse.

Quill

Corría por aquellas calles con un arco que tome de un enemigo caído, trataba de encontrarlos pero no sabía que rastro seguir, toda la sangre parecía fresca. Continuó y saliendo de las calles  encuentro una totalmente limpia, extrañado camine apuntando a todas las direcciones en fracciones de segundo.

Llegaba casi al final, sin avisar sale un guerrero con escudo y espada, apunte y dispare pero este subió su escudo repeliendo así mi ataque.

-tsk-

Era mi única flecha, arroje el arco y saque la espada.

-bien-

Este se detiene a unos 3 metros de mí y suelta el escudó, tome posición de inmediato y sin esperar ataque.

Narrador

Ambas espadas chocaron pero el enemigo era más rápido, giro sobre este y pateo su espalda, Quill gira con rapidez y cubre el ataque directo de este, no era cualquier soldado... Sin esperar este arremete, tras varios movimientos suelta la espada tomándola así con la mano izquierda y girando este sobre si impacta sobre la armadura de Quill.

Quill

-¡AH!-

Un hilo de sangre bajaba por mi cuerpo, sentía su calor envolviéndome... Sin esperar por mas saco mi cuchillo del cinturón y lo entierro en su estómago, sus gemidos de dolor salen y sin más introduzco girando este haciendo que deje de reaccionar en poco y caiga al suelo.

Suspiraba de dolor y solté la parte superior de mi armadura, su ataque corto mi pecho, se veía poco profunda así que continúe.

Saliendo me detengo sorprendido, una pila de soldados del reino se encontraba allí, decapitados y desmembrados en su mayoría.

-maldito…-

Salían lágrimas de mis ojos ligadas a la ira, no podía esperar más así que continúe corriendo mientras estas caen con mi paso.

Dalas

Los enemigos cada vez se acercaban más, nuestros arcos apuntaban en su dirección y todos esperaban la señal.

Siruth

Angustiado sin saber que ocurría adentro concentremos todo para cerrar las fronteras, un pequeño temblor constante empezó a  sentirse.

-llegaron-

Narrador

La batalla entraba en su clímax, con el ejército a punto de llegar y el comandante a escasos momentos de atacar al capitán enemigo todo parecía estar a punto de definirse.

Quill

Corría por las calles intentando encontrarlo.

-¿dónde estás papá?-

Murmuraba, sin darme cuenta entre en un tapón y al notarlo me frustro, corro hacia la salida  y llegando a esta escuchó voces… de inmediato saco mi espada y apresuro el paso para saltar dispuesto a atravesar a quien estuviera allí, los gritos no se dieron a esperar.

-...-

Bajo mi espada al ver a una poblana mayor con un bebé en brazos y dos niños de la mano, suspiro y me acerco un poco más.

-tranquilos, soy amigo-

Digo tratando de calmarlos, la mirada de la mujer era devastadora.

Poblana Mayor

-silencio niños, tranquilos-

Digo con mi voz entre cortada.

-gracias a Dios no eres uno de esos soldados, hemos visto cosas horribles-

No puedo sostener la voz al recordar aquellas escenas y lo que tuvimos que hacer para escapar.



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En el texto hay: reinos, legado, aventura marvin

Editado: 23.07.2019

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