El comienzo de Ameli

Mitad a medias

Después de la cita con Andrew llegue a casa, al entrar a la habitación veo a Emma durmiendo en mi cama, me cambio de ropa y me acuesto al lado de ella. 
Al día siguiente pasamos una tarde de chicas, donde solo vimos películas y comimos un montón, el domingo lo pasamos con mi hermano hablando por video llamada con mi mamá y mi hermana. El día transcurrió tranquilo. No volví a recibir mensajes de EL. 

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Paso una semana de la cita con Andrew y nos llevábamos mejor, charlabamos todo el tiempo, comíamos juntos e incluso íbamos a buscar a Emma al jardín. Ellos se llevaban bien, hablaban en secreto y jugaban.

- Me agrada verlos bien, aunque no se muchas cosas de vos todavía. Dicen a mis espaldas, al darme vuelta veo a Salomé en la puerta de mi despacho.

-Gracias ¿creo? Somos amigos, nos llevamos bien, No era tan odioso. Le digo con una sonrisa ignorando lo otro que me dijo. 

- Ameli, se que no tengo porque decirte esto y me creas o no, pero mi hermano se está enamorando de vos y se que ama a tu hija como si fuera de él. Me dice 

- Entonces creo que me tendré que alejar. Digo cortante.

-¿Porque? ¿No sentis lo mismo que el? Yo creo que si, pero hay algo que no te deja avanzar Ameli. Me contesta Salome 

-Porque no puedo, Salome, simplemente No puedo. Le respondo tajante. 

-¿Porque? Somos amigas o yo te considero así.

- No vas a entenderlo. 

- Si me lo explicas tal vez lo entienda.
La miro y le indicó que tome asiento doy un largo suspiro y comienzo. 

-¿Alguna vez estuviste completamente rota? Yo si, estuve rota mental y emocionalmente, la luz que una vez fui alguien la apagó, la consumió y me dejó a oscuras.
No puedo querer a nadie, no porque no quiera si no porque tengo miedo, miedo a que me lastimen de la forma que lo hicieron, miedo a que me terminen de romper por completo. Eso es lo único que puedo decirte ahora Salome, cuando llegue el momento voy a contarte toda la verdad.

-Esta bien Ameli, solo voy a decirte que mi hermano te quiere de verdad y el no te haría ningún daño. Se levanta y se va del despacho. 
Me quedo un rato en la oficina y escucho que tocan la puerta. 

-Pase. Digo de forma distraída, la puerta se abre de un golpe 

-Asi que vos si podes estar viéndote con el Dr Andrew, pero yo no puedo estar en su piso, seguro es porque lo queré para vos sola, te haces la buena o correcta y sos una zorra! Yo lo vi primero y el me prefiere a mi! Me dice Oviedo casi a los gritos. 
La miro desde mi escritorio 

-Primeramente señorita Oviedo soy su superior y por lo tanto me debe respeto, segundo no la mando al piso del Doctor, porque se perfectamente que usted no va a ir a trabajar si no que se va a tirar encima de el o de cualquier otro médico, tenga un poquito de consideración ¿o quiere estar en boca de todos ellos?, yo estoy cuidando su reputación aunque no se lo merezca y tercero si esta tan segura de que la prefiere a usted que hace acá en mi oficina, haciendo planteos estupidos. Si tanto le molesta estar en el piso de maternidad, por favor hable con el doctor Andrew y que venga a pedir el pase de usted, para el piso de el. Sonrio irónica. 
Ella se queda boquiabierta y sale dando un portazo.
Suspiro y veo que me llega un mensaje al teléfono.

"En unos días nos estamos viendo mi amor, vas a pagar caro por irte asi"

Tiro el celular al piso y comienzo a llorar. 

 




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