SALOME
Por fin tenía cuñada y nada mejor que Ameli, aunque al principio me había enojado con ellos porque no me habían contado y me había enterado por medio de Oviedo que se encargó de contarle a medio hospital lo dolida que estaba.
Aunque mi hermano jamás le prometio amor ni a ella ni a ningún otra, para alma ellos eran novios y estaban por casarse.
Había pasado ya casi un mes que mi hermano y ame habían empezado a salir, ellos venían a casa con Emma o yo iba a la de ella o a la de mi hermano.
Nos llevábamos muy bien, incluso acompañaba a Andrew a buscar a Emma cuando ella no podía o la acompañaba a ella a buscarla.
Era jueves, estaba fresco le dije a Ameli que fuéramos a buscar a Emma en mi coche para que estuviera calentita y no tomara frio en la moto de ella, aunque sabia que amé la abrigaba como si fuera un oso panda con tanta ropa.
Ella aceptó y nos subimos al coche, empezamos a escuchar música y empezamos hablar de muchas cosas.
-Salome, tengo que decirte algo. Me dice seria
-¿Que paso cuñada?.
-Estoy enamorada de tu hermano y lo amo, pero tengo miedo, Emm se lleva bien con el y el con Emm pero hay muchas cosas que no saben el y vos. Me dice nerviosa
-Ame sea lo que sea, el no va a cambiar el amor que te tiene, es más esta noche el te tiene una sorpresa. Ella solo asiente
Mi hermano me habló hace dos días para contarme que quería pedirle matrimonio a Ameli y necesitaba mi ayuda para organizar todo ya que se lo iba a pedir esta noche, también me dijo que Emma ya lo sabía y que ella eligió el anillo junto a él.
Llegamos al jardín, estacione el auto y bajamos para ir a buscar a la pequeña. Íbamos bien hasta que Ameli se dio vuelta y quedó pálida, me abrazó de la nada.
-Salome, no preguntes ni te des vuelta, retira a Emma y váyanse a tu casa, por favor no preguntes y hace lo que te digo, salgan por la parte de atras.
Me dice al oído y me sonríe.
Sin rechistar hago lo que me dice, sin darme la vuelta sigo hasta la puerta de jardín, la retiro y nos subimos a mi coche.
AMELI
Después de bajar del auto no podía creer lo que venían mis ojos era EL, el padre de Emma. Me estaba mirando a lo lejos apoyado en un auto con una sonrisa que daba miedo.
Abrace a Salomé
-Salome, no preguntes ni te des vuelta, retira a Emma y váyanse a tu casa, por favor no preguntes y hace lo que te digo, salgan por la parte de atras. Le dije
Ella sin decir nada se fue para la puerta del jardín.
Me armé de valor y fui hasta donde el estaba.
-Hola amor mío, no pudiste escapar tan lejos. Donde vayas siempre te voy a encontrar. Me dice riéndose.
-¿Que es lo que haces acá, Fernando? déjame en paz de una vez. Le digo mirándolo a la cara.
- ¿Que hago acá? Sos mi mujer y por lo tanto tenes que estar conmigo. A demás yo también estoy mal por la muerte de nuestra hija. Me dice sin un poco de nostalgia.
-¿Tu mujer? Vos y yo estamos divorciados.
¿Estas mal por la muerte de mi bebé? Que cínico que sos Fernando, pasaste la mitad de la vida de Emma diciendo que no era tu hija y que la aceptabas solo por compasión, me das asco. Dejame en paz. Le digo en alto.
El me mira con furia y se acerca a mi, me acaricia la cara y yo me corro para atrás.
-No vuelvas a tocarme en tu vida. Le reprocho
-Por más que ya no seas mi esposa, siempre va hacer "hasta que la muerte nos separe" y yo vida mía, tengo mucho que vivir todavía. Me contesta con una sonrisa. Se sube al coche donde estaba apoyado, abre la ventanilla y me dice
"Nos volveremos a ver pronto amor, ya se donde está el hospital donde trabajas. En estos días paso a verte." Arranca el coche y se va.
Me quedo parada, sin saber que hacer miles de cosas vienen a mi cabeza, el no puede enterarse que Emma está viva. Le haría daño solo por lastimarme a mi.