Dia Zero (2)

-???: Sera mejor de que no te entretengas demasiado...

Detrás de mi, escucho el sonido del recargar de una pistola, seguido de una voz que me hablaba fría y seriamente.
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Este tipo me había escuchado, y mas encima, me apunta  con su arma.

Pero, por alguna razón, no tengo miedo.

Lo único que siento es aquel cosquilleo que sentía en ambos brazos anteriormente.

Pero este era diferente, lo digo porque de un momento a otro, dicho cosquilleo comenzaba a recorrer mi pecho hasta mis pies.

Era como una especie de ansiedad o un tipo de emoción, como si te sintieras impaciente por algo que tu quieres que ocurra en este mismo momento.

Ciento.... que debo de hacer algo.

No lo se, no tengo las palabras para describirlo muy bien.

...

Esto no era terror, ni siquiera estaba nervioso.

En una situación como esta, cualquier persona común comenzaría a temblar del terror al ser apuntada con un arma; rezaría o rogaría por su vida.

En cambio...

Yo no ciento nada de eso...

¿Porque?
¿Acaso hay algo malo en mi?

No tengo la mas mínima idea...

Pero algo de todo esto, me dio un poco de curiosidad...
Esa voz amenazadora, a pesar de aparentar ser un poco mas seria o dura, se escuchaba como si este sujeto cambiara a ese tono para parecer fuerte .

Aparte de eso, me mantenía calmado, con la cabeza fría ante esto.

-???: Veo que encontraste lo que busco.-decía el un poco calmado.

-Con que, fuiste tu el que escribió esa nota ¿eh?.-le conteste mientras bajaba del auto sin hacer ningún movimiento brusco.

Lentamente me voltee hacia el para poder verle de frente...

Mi agresor, resulto ser una persona de almenos unos veinte años de edad; cabello oscuro y un poco largo, piel clara y un par de ojos de un tono marrón. Su vestimenta consistía en una camisa de color blanca por dentro, y por encima, una sudadera un poco maltratada de color negra, pantalón de mezclilla de un tono negro mas oscuro como el mio.

-???: Escúchame amigo, por ahora no te debería de importar el dueño de esa carta.- respondió.

Pero antes de que este pudiera contestarme, es interrumpido por un aullido que se logra escuchar a una distancia a la nuestra.

Ambos volteamos de golpe para averiguar lo que hacia ese ruido, y lo que vimos nos dejo un poco nerviosos.

...

Faltaban unas cuantas horas para que el cielo se tornara completamente de noche.

Y justo ahora, yo y este chico estábamos en una situación no muy conmovedora.

Un aullido se escuchaba no muy cerca de nuestra posicion...
Y al voltear, encima de uno de esos autos, había un perro.

-???: Mierda, te han seguido- este me decía en voz baja.

-¿Y de que te preocupas? Solo es un perro, tu tienes un arma.-le conteste de manera confiada.

Eramos dos contra solo un perro, no creia que eso fuera tanto peligro.

-???: Idiota. ¿ Acaso crees que es el unico? Todos saben de que esas cosas siempre van en grupos.

-¿Y que? Tenemos armas, no sera un problema si nos enfrentamos a unos cuantos cachorros.

Mientras seguíamos hablando, varios perros alertados por el aullido comenzaban a correr hacia nosotros.

Era una jauría de esos animales que corrían furiosos hacia nosotros.

-???: Haz lo que quieras, yo no me dejare matar por esas cosas.

Y dicho eso, el había comenzado a correr, y yo sin mas remedio, me dedique a seguirle.

Justo ahora estábamos metidos en una carrera de vida o muerte.

Corríamos todo lo que podíamos, esquivamos algunos autos, saltábamos por encima de estos para no retrasarnos, corríamos los mas rápido que podíamos.

Mas sin embargo, aquellos animales eran mas rápidos; corrían, saltaban por los cofres y techos de estos autos para darse ventaja. Y poco a poco comenzaban a alcanzarnos.

Mientras corría, podía escuchar varios ladridos feroces de uno de esos perros que me estaban siguiendo por detrás.

En una maniobra, este animal da un salto hacia la parte de arriba de un coche, luego, este se abalanza encima mio desde mi espalda derribandome al suelo.

Al estar en el suelo, podía ver al animal de frente.
Era un perro claro, pero este era diferente.

Este, le hacían falta varios pedazos de piel como si esta fuera desgarrada dejando al descubierto algunas partes de sus huesos, pupilas completamente blancas.