El comienzo de un narco

Cap 9 ⛓️ Caída de novatos

—Chris cariño dime qué sucedió.

—Emm bueno, Haeseung y yo...

—Nosotros.

—Ha no te puedo mentir madre y tampoco es como que pueda, él y yo estábamos hablando, cerca de la cocina y entonces, unos tipos vestidos de negro y lentes oscuros llegaron y irrumpieron en la casa, tomándome del cuello.

—Como tomaron a Chris y se lo llevaron yo tuve tiempo de...

—Tiempo de escapar y dejaste sola a mi hijo, aunque bueno, no me sorprendería si fue a si, pues aún eres un simple novato el cuál no sirve para nada.

—Bler, no seas tan duro con Haeseung.

—Solo digo la verdad Blery, el aún no está preparado y seguramente prefirió escapar, antes de ayudar a Chris.

—¿Qué acaba de decir este hijo de perra? —Pense antes de hablar, Bler detente.

—Padre...

—Pero bueno dime, Haeseung, ¿Cómo se siente huir de tu primer ataqué? Dime ¿Qué se sintió ser un estorbo.

—Bler te he dicho que te detengas, no pienso dejar que le hables así a mí... Hijo.

—¿Porqué? No entiendo, solo digo lo que es verdad, ¿O no fue así? Cobarde...

—Te equivocas, padre, cuando esos tipos entraron, a mi me tomaron y no pude hacer nada más que estar asustado. Pero como Haeseung estaba algo alejado de mi, tuvo tiempo de pensar y conforme yo iba avanzando, el se deshacía de ellos, hasta que solamente quedaron los 3 últimos y ahí fue cuando yo por fin pude hacer algo. Yo solo pude deshacerme de uno y el se encargo de todos los demás... Entonces yo no hice nada.

—Vaya Chris, no sabía que te importará tanto el, como para defenderlo.

—Pues...

—y si supiera lo que sucedió antes —Tranquilo Chris, al final tu padre tiene razón, yo solo soy un novato y no se nada.

—¡No el no tiene razón!

—¡CHRIS!

—Es suficiente. Vamos a casa Haeseung.

—Si padre.

No dijimos nada más. Subimos al auto, donde Taeyeon ya nos esperaba para llevarnos de regreso. El camino se hizo pesado, casi asfixiante. Durante diez minutos viajamos en silencio, hasta que mi padre rompió el aire denso con una pregunta.

—Dime la verdad Haeseung. ¿Acaso tu hiciste todo eso? Respondeme.

—¿Pero porque pregunta todo eso? Si le digo que todo eso es en serio ¿Se enojara? O ¿Estará feliz? —Sí, padre... cuando esos tipos entraron, no sabía que hacer, admito que me escondí.

—¿Te escondiste? Bueno al menos no actúas te por impulso.

—Sí padre, luego de unos minutos, salí y fui con el último de ellos y lo golpeé hasta dejarlo en el suelo y así seguí hasta que finalmente solo quedaron tres y ahí fue dondé Chris finalmente actuó.

—Vaya... No pensé que tú y Chris se llevarán bien, pensé que se odiarían.

—Bueno la verdad, es que es muy fácil hablar con el y realmente es un chico muy agradable.

—Mira nada más. Nunca te había escuchado hablar así de alguien. —¿Será que a Haeseung le gust...? No eso no puede ser.

Después de eso, mi padre calló, y el resto del trayecto se hundió en silencio.

Al llegar a casa, me fui directo a mi habitación. Eran las tres con quince, así que decidí darme un baño antes de dormir.

El agua fría me cayó encima, despejándome un poco. Aun así, mi mente seguía inquieta. Tras 15 o 20 minutos, salí de la ducha y me vestí con ropa cómoda. Recordé el sobre que mi padre me había entregado por la tarde. Lo abrí y empecé a leer la lista interminable de nombres y datos. Lo repasé dos, tres veces, aunque resultaba aburrido. Lo dejé a un lado, intenté dormir... pero no podía. Volví a leerlo. Pasaron quince minutos más. Nada. Intenté relajarme de varias formas, pero tampoco funcionó.

Después de mucho tiempo, por fin logré dormir un poco, al rededor de las 4:30 de la mañana. El descanso fue breve, pero suficiente. Me desperté gracias a mi alarma a las 6:50 am. No quería levantarme, pero tampoco tenía opción. Me levanté y fui directo a ducharme. Y cuando estaba listo baje las escaleras.

Al bajar, mi padre me estaba esperando en la sala.

—¿Piensas salir tan temprano, hijo? Apenas son las 7:20. Dime ¿A dónde vas?

—Ire al colegio padre.

—¿Qué dijiste? Después de lo que sucedió en la casa de Bler, ¿piensas ir al colegio?

—Así es padre ¿No escuchaste bien? ¿Necesitas que te lo repita otra vez?

—No, solo ten en cuenta que no dormiste bien y tampoco has desayunado. Si te llega a pasar algo, yo no me are responsable.

—Si lo sé.

—Puedes irte.

Salí, subí al auto y manejé hacia la escuela. Diez minutos después llegué al colegio. Me estacioné y entré. Caminaba despacio por los pasillos, cuando de repente un mareo me golpeó. Fue extraño, pero no le di importancia. Al llegar al salón, me senté en mi lugar y revisé el celular mientras esperaba al profesor.

Unos minutos después llegó y las clases comenzaron.

Luego de unas largas horas, el sonido del timbre del descanso largo se escuchó. Todos mis compañeros comenzaron a salir, haciendo mucho ruido. Me levanté despacio, aún con la cabeza pesada y los ojos ardiendo de cansancio.

—Solo un poco de comida y estaré mejor

Me repetí, aunque sabía que estaba mintiéndome.

El pasillo estaba abarrotado; estudiantes corriendo, riendo, empujándose sin cuidado. Yo avancé con pasos lentos, intentando mantener el equilibrio mientras el mareo regresaba con más fuerza que antes. El aire parecía más denso, las voces se mezclaban en un zumbido que me perforaba los oídos.

A mitad de camino hacia la cafetería, sentí cómo el suelo se movía bajo mis pies. Me apoyé en la pared, tratando de recuperar el aliento. Un par de estudiantes pasaron sin siquiera mirarme, como si fuera invisible. Di tres pasos más… y entonces, todo se volvió negro.

—¿Estás bien?

Cuando abrí los ojos, no estaba en el suelo frío como esperaba, sino en unos brazos cálidos que me sostenían. La voz dulce de una chica me llamó por mi nombre, casi susurrando.

—Haeseung ¿Qué tienes?

Pestañeé tratando de enfocar a aquella chica. Ella era Jiyu, la misma chica que conocí en el café. Su rostro estaba inclinado hacía mi y sus ojos buscaban los míos.




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