El comienzo de un narco

Cap 14 ⛓️ El juego comienza

El silencio dentro del coche era denso. Solo se escuchaba el motor y el golpeteo suave de la lluvia contra el parabrisas. Iba sentado junto a mi padre, sin atreverme a decir palabra. Él no me miraba, pero su ceño fruncido bastaba para entender que él seguía enojado. Pero yo, no podía parar de pensar en la caja negra, el traje y esa nota absurda sobre casarme en diez días.

—Compórtate. No quiero que hagas alguna tontería.

—Si, lo sé.

—Mas te vale.

El resto del trayecto, fue puro silencio.

Cuando el auto se detuvo frente a la enorme casa de los Bler, respiré hondo. El aire olía a tierra mojada y perfume caro. Las luces del interior bañaban el jardín con un tono dorado.

Chris nos esperaba en la entrada. Vestía elegante, con esa expresión seria que rara vez se le escapaba.

—Por aquí, por favor —dije con respeto, inclinando ligeramente la cabeza.

Bler apareció enseguida, con su imponente presencia y su voz grave que llenaba el salón.

—Saijin, ven conmigo un momento.

—Por supuesto —respondí con mi tono seco, casi diplomático.

Chris, me guío por un pasillo adornado con retratos antiguos hasta llegar a una sala más pequeña, donde había otro chico esperándonos.

Al escucharnos entrar, él se giró lentamente, y en cuanto lo vi, sentí cómo se me helaba la sangre.

—Sunghoo... —mormuré incrédulo.

—Así que ya se conocen —interviné mirándolos a ambos —. La verdad, que si llegué a pensarlo, pero descarté la idea, pero vaya, al final si que tenía razón.

—Sí, asi es, Haeseung y yo somos compañeros de clases. Pero no pensaba verlo aquí —respondí con natularidad, como si ya sabía que él vendría.

—Pues yo tampoco te esperaba encontrarme contigo Sunghoo —repliqué cruzando los brazos —. Y pensar que te vez muy tranquilo en el salón.

por un instante, mis pensamientos se desordenaron y recordé aquella lista de mi padre, donde habían nombres, edades, fotografías. jóvenes, como yo. Y entre ellos, destacaba uno que me había recordado a alguien que conocía... Park Sung.

—Ya lo vez Haeseung, nada es lo que parece —respondí con tranquilidad.

Mientras tanto, yo lo observaba con serenidad, aunque por dentro sabía perfectamente por qué estaba allí.

Nada era casualidad, todo ya estaba planeado. Mi padre ya me había explicado todo, paso a pasó, primero debía estar con ellos y ganarme su confianza. Y cuando sea el momento...

La verdad es que odió esa parte, pero no es como si tuviera elección, al final de todo, nada se consigue de manera justa... Nadie sospecha nada.

Chris solo nos observa, sin sospechar que entre Haeseung y yo, ya se había encendido una rivalidad: una conexión silenciosa y un peligro que ninguno de los dos terminaba de comprender.

—Sunghoo, tú tienes aquel sobre que estaba en una caja en tu habitación, ¿verdad? —rompi el silencio con una sonrisa leve.

—Sí —respondi directo y sin vacilar.

—Perfecto ¿Y tú hace, tienes aquella nota?

—Sí, aquí la tengo —contesté, cruzando una mirada rápida con el antes de entregársela.

—Muy bien, dénmelas.

Ambos asintieron y sin decir mucho, me las entregaron.

—De acuerdo —mormuré recibiendo ambas notas —.Les explico…Aquí Haeseung tiene 17 años, pero si no me equivoco, en tres días cumple los 18, ¿verdad, Hae?

—Así es —confirme con tranquilidad.

—¿Pero eso que tiene que ver? —pregunte sin entender.

Chris me lanzó una mirada que bastó para callarme, pero aún así siguió hablando con tono paciente.

—Antes de explicar todo, necesito que me digas brevemente, que decía tu nota.

—Dice que debo rodearme de más gente y de ser posible, que sean personas jóvenes, pero con empleos y por lógica, debo ser más cercano a Haeseung.

—¿Y qué dice la tuya Haeseung?

—Dice que busque a una persona en menos de diez días… y que me case con ella.

—¿Qué? ¿Te casarás? —lo mire incrédulo—. Mi padre no me había dicho de esto.

—Eso parece —respondí, bajando la mirada—. Según la nota, lo que no entienda me lo van a explicar.

—Exactamente —afirmé, apoyando mis manos en la mesa—. Ahora les explicaré todo. Espero y presten atención.

—Eso espero, porque la verdad, no estoy entendiendo nada.

—Guarda silencio, Sunghoo —repliqué Chris, sin levantar la voz pero dejando claro que no era una sugerencia.

—Pero... —intenté decir algo más, hasta que Haeseung, con una media sonrisa, me interrumpió.

—Sunghoo, creo que es mejor que guardes silencio, te aseguro que no quieres ver a Chris molesto.

—Haeseung… —levante una ceja.

—Perdón —me reí un poco, bajando la mirada.

—No tenías que decir eso.

—Sí, ya sé perdón.

Chris suspiro y luego cambio su expresión a una más sería.

—Escuchen, esto será un tipo "contrato" o "alianza" que nosotros debemos hacer, con personas de otro país, en esta ocasión, Turkia.

—¿Qué estás diciendo Chris? —pregunté asombrado, mirando a Haeseung.

—Como lo escuchas. Los tres trabajaremos juntos, y cada uno tendra un papel importante. Haeseung será el principal, ya que pronto cumplirá la mayoría de edad. Y nosotros lo protegeremos y lo guiaremos. Pero él debe cumplir su parte… y hacerlo bien.

Yo asentí, aunque por dentro sentía como mi estómago me ardía. Sabía perfectamente de que negocio estaba hablando Chris.

Mi padre me había dicho: “Acércate a él. Gánate su confianza. Y cuando llegue el momento, decide de qué lado estás.”

Miré a Haeseung de reojo, pero se veía tan tranquilo, ajeno a todo lo que pasaba a nuestro alrededor. Parecía que no tenía idea del papel que le habían asignado… ni del que me habían impuesto a mí.

Chris continuo hablando, pero ya no prestaba atención. Mis pensamientos se habían quedado atrapados en una sola pregunta. ¿Hasta donde estoy dispuesto a llegar, por las órdenes de mi padre?

________

Chris siguió explicando lo esencial: los días que teníamos, los pasos a seguir, la discreción que debíamos mantener. Yo solo asentía, intentando mantener la compostura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.