Capítulo 8

Alexander.

Estaba sentado en la mesa comenzando a cortar mi jugosa carne mientras esperaba ver la dichosa imagen de Celeste en el otro extremo de la mesa, Raquel me había avisado de que ella andaba en el baño así que mientras tanto esperaba había empezado a cortar la carne de mi plato esperando a que ella llegara para probar bocado. Pero nada de eso ocurrió, en vez de Celeste apareció Judith, mi mas leal empleada, corriendo hacia mí con desesperación y la respiración acelerada, aguarde a que se tranquilizara para que comenzara a hablar.

Al cabo de unos minutos su respiración se estaba normalizando así que me tome total atrevimiento a preguntar:

-¿Que ocurre Judith?-digo tranquilo terminando de cortar el último pedazo de carne que me faltaba.

-La... La señorita Celeste... A-acaba de escapar-dice entrecortado, al terminar de decir aquello llamó inmediatamente a Raquel para que explicara el por que del cual la habia dejado de vigilar.

-S-señor, le juro que yo no se c-como ocurrio esto, y-yo la estaba vigilando. Lo juro-dice tartamudeante y con un nerviosismo notorio en su voz.

Me acerco demasiado a esta incompetente agarrándola por el cuello de su camisa-esperemos y no haya logrado ir tan lejos, Raquel. Porque si lo hizo creeme cuando te digo que te mandare con Ricardo-digo entre dientes mientras mis ojos se oscurecen de la rabia-y sabes a la perfección quién es y a que me refiero, no?

Alzó una ceja esperando algún movimiento o palabra de su parte para darme a entender que había entendido a que me refería. Se que sabe a qué me refiero, pero quiero que ella lo afirme así sea con tierra y gusanos en la boca.

La incompetente de mi empleada traga grueso asintiendo lentamente, se notaba asustada y en shock, cosa que a mi no me inmuta ni me interesa.

-¡Largo las dos!-gritó-¡Y diganle a los guardias que la busquen!-exijo.

Me frotó el puente de la nariz aclamando poder llenarme de paciencia, pero es que ahora no encuentro ni un poquito de ello.

Busco las llaves de mi BMW y salgo de la mansión rápidamente para buscarla, no la secuestre para que una estúpida la descuidara y la dejara irse como si nada. No gaste dinera en esa mocosa para escaparse como si nada. Perra mal agradecida. ¿Cómo fue capaz? Le di las cosas en bandeja ¿y así es como me paga? Hubiera preferido que me diera una bofetada en vez de haberse escapado y amargarme el rato.

Era de esperarse después de todo, todas las mujeres son unas malagradecidas, te quitan todo y te dejan sin nada. La única mujer que conozco que no es así y que se que nunca me traicionaría ni traicionará se llama Andrea, Andrea Gomez Bateman.

Me subo a mi auto encendiendo este para comenzar con la búsqueda de la pelirubia, no pudo ir tan lejos a pie y mucho menos corriendo, con el tiempo que ha estado aquí solo camina unos pasos y ya podría decir que se canso de subir las escaleras todos los días, tardes y noches.

«Que suerte que no le puse la máquina para hacer ejercicio, estaría corriendo más rápido la muy desgraciada»

Semejante estrés me está dando la chica ojiazules, ya ni me acuerdo porque me la lleve. Ahora lo pienso, la quiero puro devolver. Pero no le daré el gusto en eso, ¡no le daré en el puto gusto nunca más!

(...)

Dos horas. Dos malditas horas buscando a la tarada de mierda que escapó. ¿Como lo hizo? Ni idea, pero lo sabré a las buenas o a las malas.

Esta vez estoy volviendo a casa por la parte del bosque para saber si se a ocultado por aquí o no. Es lo único que falta revisar ya que los guardias se aseguraron de forma inmediata que revisaran todos los autos que pasaban mientras que los demás registraban cada pequeño lugar de la zona.

Bajo del auto con la linterna en mi mano derecha, miro a donde estaban los 3 autos que están detrás del mío como una fila de autos negros.

 Mis guardias salen de los cadillac escalade 2021 negros  con linternas 19led portátiles del mismo color que las camiones, se esparcen por el pequeño y diminuto bosque mientras yo voy recto con mi walkie talkie pegado en la cintura junto con mi arma de electroshock.

El walkie talkie empieza a hacer sonidos distorsionados a medida que me voy adentrando más al bosque, mi linterna ya no tiene tanta potencia opacando la luz de esta.

Golpeó el aparato un par de veces provocando que este se prendiera y apagara unos segundos, al voltearme para volver a mi auto por mas pilas pillo una cabellera rubia en uno de los árboles cercanos.