Ryan, Ronin y Romani ya estaban listos para su siguiente destino, la ciudad de Ritmorracura, donde sus habitantes tenían la habilidad de fabricar ondas de energía, sin mencionar su peculiar característica de lucir jóvenes. Ryan pudo confirmar ese dato al usar su hechizo de máscara, obteniendo ropas desgastada y con pegatinas de todo tipo, sin mencionar en lo que se convirtió su bastón: una guitarra.
—¿Es un chiste?
—Ni siquiera yo lo entiendo —comentó Romani—. La evolución de los Toelumas y sus poderes solía ser impredecible con este dominio. Hoy serían irreconocibles a comparación con lo que fueron en eras pasadas.
—Ya veo.
Lo que el hombre vio fue algo ajeno a los mundos de fantasía que había recorrido, pues aquella urbe era de aspecto moderno, con parpadeantes brillos de color morado, a la vez que los ciudadanos vestían, si bien de modo informal, con aspecto cautivador. Sin duda, era como si la ciudad estuviese poblada por jóvenes, hasta que el hombre vio que eso solo era su físico, pues en realidad solo eran adultos disfrutando la vida.
—¿Cuál es nuestro siguiente objetivo?
—Daren Sera —respondió Romani—. Estoy segura de que recordará con facilidad todo.
El trío recorrió las relucientes calles, donde había carteles promocionando a una chica con pelo rosado y maquillaje blanco. Varios grupos de personas se acercaban a tales imágenes, mientras una euforia los controlaba al mirar a la misteriosa figura.
—¿Quién es esa chica? —preguntó Ronin.
—No tengo idea, jamás había escuchado sobre ella.
—¿Bromean? ¡Es Darkraken! —gritó un chico de ropas grises.
—Alto ¿Tú eres...? —añadió Ryan al ver su apariencia.
—Su fan número uno. Mis padres me permitieron ir a su concierto esta tarde.
—Genial. Por cierto, ¿qué te parece si nos ayudas?
—¿A qué?
—Te llamas Daren, ¿no es así?
—Sí, ¿por qué?
—Es que estamos buscando un objeto valioso, y creemos que puedes ayudarnos. Solo necesito algo.
La dama escarlata puso su mano en la cabeza de Daren para devolverle sus memorias, obteniendo también la ubicación de la penúltima gema. No obstante, ni ella ni el grupo veían venir la euforia y actitud del chico a pesar de recibir su encomienda.
Tras descubrir que la gema se hallaba debajo del coliseo de Ritmorracura, el equipo procuró apresurarse e infiltrarse. De ese modo, la aparición de un Novo-Sombrío no pondría en riesgo a quienes acudieran al evento en cuestión, el concierto de Darkraken.
En el fondo del escenario, la luz carmesí del sello resplandeció. Sabiendo lo que debía hacer, Scarlett se aproximó para liberar a la penútima gema y su Toeluma: Ring, el ciempiés de anillos.
—¿Ahí está mi gema?
—Así es. Y ahora, ha llegado el momento de revelarte quién soy —respondió Ryan, transformándose en el Conde elegante.
—¡Fascinante!
Sin embargo, el momento se interrumpió cuando los personajes ascendieron a la plataforma del concierto. Cuando Darkraken y su banda se percataron de la presencia del grupo, decidieron dedicarles unas palabras.
—Damas y caballeros, hoy nos acompañan los héroes que han recorrido dominio tras dominio para reunificar a Gama.
—¿Gracias?
—No es nada, llegaron justo a tiempo... ¡Para la recta final!
Darkraken concluyó su discurso, sacando de su guitarra una gema que desprendió un humo negro, mismo que envolvió su cuerpo. Revelando ser otra Novo-Sombría, la chica tomó un aspecto de murciélago, atributo que su banda también adquirió.
El grupo tocó más fuerte, provocando que, tras bambalinas, varios cuervos y criaturas con aspecto de cabra emergieran, atacando a todo aquel que estuviera a su alrededor. Mientras tanto, el equipo se había escondido.
—No puede ser, ¿cómo pudimos adorar a ese monstruo?
—También era una Novo-Sombría —comentó Romani.
—Mi familia y yo le dimos todo, ¿y así nos agradeció?
—Todos cometemos errores, pero podemos enmendarlos —dijo Ryan.
—Pero me mintió, nos mintió a todos.
—Escucha —dijo Romani, descubriendo su rostro—. Si depositas tu confianza en personas cuyas intenciones desconoces, jamás estarás seguro, por eso que te pido que, esa fe que tenías en esa mujer, la deposites en ti mismo, ¿quedó claro?
—Entendido, Alteza —respondió el chico, secando sus lágrimas— ¿Qué hay que hacer?
—Tu deber será ayudar a salvar esta ciudad —dijo Ronin—, pero antes será necesario que hagas algo.—Daren Sera, te concedo los anillos encadenados de Ring, la gema de la emoción. Con estas cadenas, podrás brindar tu servicio a un bien mayor.
—Eso haré —concluyó el chico, colocándose los anillos— ¡Ring, poderosa gema de la emoción, concédeme tu energía!
Con esas palabras, Daren volvió a ser quien alguna vez debió ser: Furor morado. Su vestimenta gris tomó varias tonalidades púrpuras, color que también tomó su cabello, sin mencionar los pequeños dibujos que adornaron su ropa e incluso su rostro, y su arma era bastante peculiar, una guitarra dorada.
—¿Qué es lo que sigue?
—Miren y aprendan —respondió Daren, poniéndose de pie en el escenario para retar a Darkraken.
—Tú debes ser el amo del furor morado.
—Así es. He visto la verdad, y sé que jamás fuiste lo que este reino creyó, pero eso acaba aquí.
—Bien, aquí tienes otro golpe de realidad.
La mujer arrojó una bola de fuego para acabar con el trío, pero Daren tocó su guitarra para generar una barrera de pilares, simulando ser ondas musicales que protegieron al equipo. Enfurecidos, Darkraken y su grupo unieron fuerzas, mas el conde utilizó sus poderes para detenerlos, hasta que Daren fabricó una motocicleta con las ondas de su guitarra.
Editado: 12.10.2024