CASSIDY MOORE DÍAZ
¡Ajo, comino y pimienta!
Estúpido Hades, es la vez número mil que utiliza una de sus tácticas perversas para ganarme en este juego de autos de carrera, sumando que soy pésima en esto de manejar el mando y conducir sin chocarme cada cinco segundos.
—Cass por favor, 5 carreras más y prometo que ganas está vez —comenta con un deje de diversión en su voz mientras me mira.
—Eso dijiste hace una hora.
—Que no.
—Que sí.
—Que no.
—Que sí.
—Que... ¡Adelante! —grita Hades al escuchar que tocan la puerta.
—Señor me voy a retirar a mi casa, quería saber si necesitaba algo más.
—No, gracias Zeinep, que tengas buenas noches. Dile a özderkan que te lleve a casa.
—Esta bien señor, buenas noches para ambos.
—Adiós Zeinep, ten un buen descanso y salidos a tus nietos —ella sonrie cerrando la puerta de la habitación dejándome con un Hades en modo infantil— Continuando... ¿por que no mejor jugamos a las peleas?
—Claro que si, pero debes saber que soy el puto amo en eso —dice con altaneria mientras se acerca a la consola para cambiar el juego, aprovecho su momento de distracción y le lanzó una almohada que da justo en su cabeza haciendo que choque contra el televisor.
—Ups! Fue sin querer, queriendo.
Se pone de pie y da dos grandes zancadas hasta quedar frente a mi, su aliento chocando contra mis labios hace que por instinto muerda mi labio inferior y los ojos de Hades que antes estaban en los mios ahora bajan a mis labios, espero que lo haga, que me bese ya estuvo demasiado con sus insinuaciones perversas, siento que debería ir al infierno por querer más que sólo sus labios sobre los míos.
Nos separa sólo unos milímetros de distancia, acorta ese espacio y besa mi mejilla, me cruzo de brazos haciendo un puchero lo cual divierte a Hades que no deja de reír mientras inicia el juego de la WWE.
—Esta me las pagas Özdemir. —mumuro y agarro el mando entre mis manos buscando a Roman Reigns de equipo The Shield, al encontrarlo la pelea comienza, respiro profundamente, los personajes de pelea se miran doy el primer golpe siempre me ha gustado que sea así, ayer jugué con mis hermanos dejándolos desplazados como siempre, en esto era la reina le demostraría a Hades que era un vasallo.
La pelea estaba reñida íbamos por la quinta ronda, la última está definía quien ganaría y esa sería yo.
—¿Últimas palabras? —preguntó sin dejar de dar golpes a mi personaje el cual se defendía devolviendo los golpes también.
—La reina soy yo —sonreí con diversión y justo en el momento que se distrajo le hice una llave a su personaje y gane.
Así pasamos la mayor parte de la noche entre juegos y algunos datos curiosos por parte de cada uno, hasta que tuvimos que ir a dormir. Eran casi las tres de la mañana Hades me había contado que desde que llegue su rutina de dormir temprano y levantarse temprano fue interrumpida, sumando que el clima no lo ayudaba ¿razón? El no entro en detalles, pero me di cuenta que cuando comenzó la lluvia se puso tenso y quiso ir a dormir.
—Cassidy no quiero sonar mal pidiéndo esto —suspiro y peino su cabello hacia atrás dejando ver los tatuajes que tenía en uno de sus brazos, pensé que era limpio de alguna marca pero veo que es igual que mis hermanos amantes de llenar su piel de tinta— Pero podrías dormir está noche conmigo.
—Yo... —lo mire a los ojos, se veía que era difícil para el está situación había dormido un par de veces con Marcus pero era ilógico compararlos— Esta bien, vamos.
Entrelazo nuestras manos y caminamos por una serie de pasillos hasta llegar a su habitación, era el triple de la que tenía en Bolivia con colores en tonos oscuros y el blanco que hacia que tuviera un toque cálido y pacífico. Mientras admiraba la habitación Hades acomodo la cama para los dos y dejo las lámparas encendidas, no había fotos o algo fuera de lo común era como si todo tuviera un balance.
Me acosté a su lado y me gire al lado contrario de donde el estaba no son antes decir "Buenas noches", lo escuche soltar un pequeña risa y apagar la lámpara.
—Cuando era pequeño mi papá y mamá tuvieron un accidente, ese día llovía mucho peleaban por mi culpa por haber llegado al mundo de una manera diferente a lo que mamá quería, a pesar de ello intentaba amarme pero ese día me dijo lo que su corazón sentía, lo indeseado que fui para ella —sentí los brazos de Hades apegarme a él y acariciar mi cintura— Ese día deje de ser un niño para convertirme en un hombre, por eso detesto la lluvia me trae malos recuerdos, aparte que me da ansiedad tengo pensamientos suicidas, llevo un tratamiento desde los nueve años pero eso no ayuda en nada, no como tenerte en mis brazos.
Mi corazón lo sentía apretujado, las lágrimas estaban retenidas Hades sin proponerselo cada vez se hacia un espacio en mi corazón, gire para poder verlo, tenía los ojos cerrados. Lleve una de mis manos hasta su mejilla y lo acaricie con suavidad, quería verlo sonreír como cuando estábamos jugando o que suelte un comentario perverso sobre las diminuta ropa interior que me regalo.
Editado: 09.09.2020