El Congreso

Capítulo 23


 

EGAN BLACK D'ALESSANDRO

-¡Auch! Ten más cuidado -alejo mi rostro por inercia al sentir otra vez el algodón con alcohol sobre la herida de mi labio.

Debí recordar que Cassidy se crió entre chicos "salvajes" literalmente y su abuelo fue militar. Tengo suficiente con haber visto sus ojos vidriosos por sus lágrimas retenidas, la llame una cualquiera cuando no es así, para que ahora Jason cure mi herida y me lastime a propósito.

Idiota.

-Eres un completo idiota, ¿que mierda le dijiste para que te deje así? -gruñe molesto y Fiore sonríe al escuchar lo que su papá dijo sin darse cuenta.

-Me debes un helado, papi -sonríe la pequeña con diversión mirando a su padre y este asiente suspirando.

-Dile a tu tío Caos que te lleve por el ¿Si?.

La pequeña asiente y sale de la cocina en busca de su tío dejándome a merced de su papá, mi querido primo que con sólo mirarme me pide una explicación.

-Seré breve, fui a casa de Hades y los vi besandose, además Cassidy traía ropa puesta de él.

-¿Y eso que?, Cassidy es adulta y sabe lo que hace.

-Eso lo sé pe... Espera ¿tu sabías que esos dos estaban juntos?

Asiente y se encoge de hombros mientras guarda las el botiquín de donde lo había sacado.

-Lo supe cuando los vi ayer juntos, Egan, ella es mi hermana, tu prima. Pero ya no podemos controlar su vida como antes, ella quería estar con Hades y así lo hizo -abre la heladera y saca una jarra con jugo de manzana- Además ella no te golpearia sólo por eso ¿que le dijiste?.

-Tuve que mentir, no podía decirle a Hades que es mi prima y nos conocemos por eso dije que casi la hago mía y que ella no podía escapar del pasado, refiriéndome a la relación de su madre con tu papá.

-¡Maldita sea! Es que eres... Debiste pensar bien antes de hablar, sabes que le dolió mucho saber que relación tuvieron mi papa y su mamá como también el por que nunca se contacto con ella para que tu vengas a decir eso.

-Lo siento ¿si? No sabía que más decir -murmuro derrotado, con mi cabeza trabajando a mil.

Mi querida prima no perdona tan fácilmente y si lo hace, tu no lo sabes, no sabes si ya es tiempo de hablarle o esperar a que ella lo haga para saber si sanaron las heridas. Me siento un idiota, bueno lo soy, podría haber inventado cualquier mentira pero tenía que decir esa estupidez, esa que me dejó con el labio herido y la mejilla hinchada.

-Deja de lamentar y piensa como vas a arreglar las cosas con mi pequeña hermana.

-Como digas y una cosa más -Lo miro serio y de frente- Cuando estes seguro quiero saber la información real de la investigación que pedí y no las mentiras que me entrego Simei hace unos días.

-Lo haré, después te todo si sabes usar la cabeza -murmura divertido y me entrega un vaso con juego de manzana- Primero tengo que controlar y saber el mejor momento para decirle a mi mamá la verdad, su salud está mucho peor.

-Jason, por el bien de todos es mejor arriesgarse ahora.

-Si me arriesgo puedo perderla una vez más a ella y la amo tanto como para dejarla ir otra vez -se frota el rostro cansado- Volver al trabajo de encubierto no es fácil.

-Encontrarás una manera de poder decir la verdad sin hacer daño.

-Eso espero como también que no se tarde cuando lo haga.

Salió de la cocina dejándome ahí, pensando que debería hacer para que Cassidy perdonará y olvidará lo que dije.

Las palabras hacen más daños que golpes, se quedan tan profugno que cuesta olvidar, te magcab mas que una cicatriz por que una palabra hace mucho en ti, ya sea de aliento, de amor, de desprecio o broma, sino mides tus palabras puedes hacer un daño irreparable y mucho más cuando esa persona forma gran parte de ti.

Siempre tuve ese problema decir cosas sin sentido cuando la situación es incómoda o estoy molesto, mamá siempre me regaña por eso, por decir tonteras y luego no saber como arreglar.

CASSIDY MOORE DÍAZ

Hades me tenía rodeada con sus brazos apoyada en su pecho mientras acariciaba mi cabello susurrando palabras dulces a mis oídos.

Las lagrimas dejaron se deslizarse por mi rostro, no quería mirar hacia arriba y que el viera mi cara hinchada por llorar.

...a veces el pasado nos sigue.

Eso fue suficiente para que golpeara su mejilla, deje pasar cuando comenzó a hablar por que se que cuando algo lo molesta dice cosas sin sentido pero esta vez sobrepasó todo, el había conocido a mi mamá y supo que ella estuvo con el señor D'Alessandro por placer, no imagino que ello le traería un problema, yo.

Nunca me vi como algo más, para ella. Somos diferentes, tiene el cabello negro y rizado, su piel es bronceada por el sol de la ciudad, sus ojos son color miel, es más pequeña de cuerpo menudo y con el volumen necesario para su estatura. Yo en cambio soy alta, de ojos oscuros, un cuerpo normal, ni gorda, ni flaca, cabello castaño con pequeñas ondas; somos opuestos. Siempre me sentí por demás en esa familia, mis abuelos no son muy afectuosos conmigo y hasta ahora tengo la duda, por qué siempre me ven mal.




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