CASSIDY MOORE DÍAZ
Santa Cruz - Bolivia
Miraba la rosa negra entre mis manos, tres semanas habían pasado desde que llegue a mi bella ciudad, sentía como si todo lo que disfrute en Turquía con Hades fuese un sueño, pero recordar lo que hizo frente a mis hermanos y primo me hace saber que fue real, tanto como que mis hermanos querían alejar sus manos manos de mi cintura.
Lastimosamente no podían por que nadie sabía de nuestro parentesco, así que disfrute mucho sus caras de seriedad.
Guarde la rosa en una caja donde tenía varias fotos y recuerdos muy importantes para mí, acaricie la tapa de esta dejando salir un suspiro de mis labios, mis manos picaban por tomar la computadora portátil e investigar sobre el sobrenombre que me dio, pero prometí no hacerlo y que si algún día nos vemos cosa que dudo, el me diría el porqué.
Salí de la habitación con mi mochila recabada en mi brazo, llevaba quince minutos de retraso ¡No otra vez! me pregunto cuando será el día que despierte temprano y no de tantas vueltas para alistarme y desayunar ¿la respuesta?
No se.
Si alguien sabe, me avisa.
Llego a la Universidad y debo subir la tercer piso, el ascensor está lleno así que subo las escaleras de dos en dos teniendo cuidado de no caerme por que de seguro me hacen un meme.
Llego al aula con la respiración agitada, busco a Leah con la mirada y la encuentro conversando con Marcus alegremente de seguro hablan sobre la exposición de proyectos de microempresas que será dentro de una semana, desde que volvimos de Turquía él y yo arreglamos ese pequeño inconveniente que tuvimos allá, sus palabras aún las tenía grabadas en mi cabeza pero había decidido olvidar y darle una oportunidad.
El dolor de una pérdida no es tan fácil, su pequeña hermana se había robado un pedacito de mi corazón cada vez que la veía y ahora que ya no estaba me sentía mal por no haber cumplido su deseo, que fuese novia de Marcus y lo cuide mucho.
-Cassidy, ¿Nena en que tanto piensas? -la voz de mi amiga me hizo volver a tierra, pues desde que llegue mi mejor amiga decía que andaba más allá que aquí.
-En un delicioso helado de chocolate, con frutilla y galletas -sonreí y mordi mi labio inferior deseando de verdad un helado- Aish! Me dio hambre.
-Siempre la tienes Cass -murmuro Marcus divertido haciendo que estampe juguetona mi puño en su hombro.
-Por nada más, compras mi helado -tomo asiento en la silla detrás de la suya y bostezo cubriendo con una mano mi boca.
-Y para mi también, no te puedes negar es lo menos que puedes hacer cuando Cass y yo nos encargamos del proyecto final -lo acusó Leah pellizcando su mejilla haciendo que este gruña por lo bajo sin poder librarse de su castigo- No ves a la pobre Cass con sus ojeras, parece un zombie.
El asintió sin tener remedio, al tiempo que el Licenciado Camacho entraba al aula y comenzaba con su clase, nos esperaban dos horas de números, sólo esperaba salir viva y no dormirme.
Aunque una siesta no estaría nada mal.
¡Lo logre! ¡Por fin!
Me acosté en el césped de la facultad mirando al cielo gris, preparándose para una llovizna. Teníamos media hora de receso así que aprovecharía a despejar mi mente de tanto números.
-¿Pensando en el turco pompas sexys? -reí al escuchar el nuevo apodo que mi mejor amiga le dio a Hades.
-Algo así.
-Uff! Con semejante turco que te comiste, ni yo me olvidaría cuando me dio duro contra el muro, macizo contra el piso y lento contra el pavimento -dijo moviendo sus cejas pícara y volvió esa mirada a una seria- Tanto que te olvidaste de mi pedido.
-A mi no me regañes, se que prometí traerte un chocolate turco pero Hades me hechizo y lo olvide -me encojo de hombros con una sonrisa.
-No existen peros, podías haber raptado al piloto o un turco barbas sexys con ojitos que digan conmigo sólo tendrás noches de sexo y pasión -dijo tratando imitar una voz fuerte de hombre- Quiero un macho pecho peludo y tu no ayudas Cassidy.
Hago una mueca de asco a su última mención y río negando mientras la observo de costado.
-Aquí hay demasiados chicos guapos, por que no intentas con ese de allí -señalé a un castaño que fue nuestro compañero el semestre pasado y ella sólo mordió su labio sonriendo.
-Bueno... Lo intentaré pero si un día tienes que viajar a cualquier parte del mundo me traes un hombre con tableta de chocolate y buen paquete -sentenció, cubro mi rostro con ambas manos al escuchar sus últimas palabras, con ella nunca podré sacar de mi mente la noche que pase con Hades, sus comentarios sólo evocan cada caricia y palabra emitida por los labios de ese turco.
-Esta bien, pervertida -le saco la lengua y me levanto del césped ya que había comenzado una leve llovizna- Pero conste que no es mi obligación.
-Lo es, por que quiero probar el manjar extranjero -me giño un ojo al momento que entrelazada nuestros brazos y correr hasta estar a salvo de la lluvia.
Suspirar se estaba volviendo un hábito, hoy más que otros días el recuerdo de Hades estaba presente, sobre todo la lluvia, algo que al parecer no es de su agrado.
Editado: 09.09.2020