Cassidy Moore Díaz
Una semana ya había pasado desde que me enteré que tenía una beca para poder ir a todas las conferencias y el gran congreso.
Hoy, bueno no sólo hoy sino desde ayer que estoy acomodando mis maletas para poder viajar dentro de una par de horas, estaré pisando suelo turco.
Ya muero por estar allá.
《Morimos por estar allá y ver esos turcos guapos con barba.》
Concuerdo con mi querida conciencia.
Sonrio negando mientras acomodo los utensilios necesarios para toda mujer, como maquillaje, perfume, pasta dental, cepillos y por si acaso las toallas femeninas.
Ya que no recuerdo cuando viene Andrés.
-Hija Leah está en el living -miro hacia la puerta de mi cuarto y ahí está mi mamá-. Dice que si no bajas dentro de media hora ella tomará tu vuelo e irá a violar a los turcos, esto lo dijo cerca de mi para que tu abuelo no escuche.
Reímos juntas y cierro el bolso donde termine de poner las últimas cosas que iban a ser necesarias para el viaje de dos semanas. Bajo junto a mamá las escaleras y me la encuentro sentada en el sofá mirando mal a su pobre celular mientras teclea un mensaje.
- Si no te mando a llamar tu no llegas ¿eh? estas buscando que me vaya yo -dice moviendo sus cejas a lo que rio y el abuelo nos mira con represión-.
Me pregunto si mi mamá no hubiera intervenido mucho en las ideas del abuelo de seguro hoy sería militar o monja, de eso no me cabe duda.
-¡Llego por quien llorabas corazón! -me lanzó hacia ella y la abrazo-. Te voy extrañar, prometo traer un delicioso chocolate turco, que sea bien grande y duro.
-Uy! Por eso eres mi mejor amiga -corresponde a mi abrazo y besa mis mejillas-. También te voy a extrañar y si te olvidas de lo que quiero pateare tu jodido trasero a Turquía para que me traigas uno.
-Hernandez, tu lenguaje nefasto puedes dejarlo fuera de mi casa -habla mi abuelo molesto pasando por el living-. Y espero que te vaya muy bien en ese viaje Cassidy.
Asentimos ambas mirando a mi abuelo, nos levantamos del sofá y vamos hacia mi habitación para bajar las maletas, al estar allí arriba charlamos un poco y río de sus ocurrencias.
Bajamos las maletas hasta la entrada de la casa donde tenemos que esperar a Marcus el cual debió haber llegado hace unos 15 minutos pero hasta ahora no aparece y Leah está con ganas de asesinarlo.
-Cass, ya estoy cansada de esperar al imbécil así que voy a llamar a un taxi -asiento sin rechistar ya vamos un poco tarde y no quiero perder el vuelo-. Hola... no... gracias va a disculpar.
-Lo siento Cass... -llega el imbécil y trata de saludar con un beso pero lo evitó-.
-Solo vamos ya es tarde, Marcus -me levanto del suelo donde mi mejor amiga y yo estábamos sentadas y miro hacia el auto donde veo a la misma chica con la que él estuvo la semana pasada, suspiro y siento el abrazo de Leah.
-Tú tranquila, él nervioso y ella mejor calladita o le arrancó los rizos -rio negando y camino con ella hacia la parte trasera del auto mientras Marcus guarda mis maletas-.
Hace una media hora ya comenzamos a subir y acomodarnos en el avión, lloré a mares cuando me despedí de mi amada mejor amiga la cual me dijo que no olvidase su chocolate lleno de cuadritos turco y que se pueda lavar ropa. Reímos entre abrazos, ojos llorosos y casi unos mocos de por medio ante nuestra despedida.
-Hola, hay algún problema si me siento contigo -mi día no podía ser peor la tipa esa que estuvo con Marcus hace unos días quiere sentarse conmigo.
-Claro, no hay problema -sonrío sin mostrar los dientes, ella se sienta y me mira como si no supiera que hacer o decir-. ¿Sucede algo?
-No, bueno si -suelta un suspiro-. Desde que subiste al auto estas molesta y creo darme cuenta que es por mi primo.
Me quedo mirando a la ventana como lo hacia desde que ella se tomo asiento y giro el rostro lleno de confusión hacia ella.
-Yo... Uhmm, no sabía que era tu primo -sonrio nerviosa sientiendome estúpida por mi manera de actuar-. Disculpa mi forma de actuar.
-Descuida ya he pasado por esto y te entiendo.
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Treinta y ocho horas de vuelo, tres escalas de casi dos horas y mi nalgas creo que las pierdo de tanto estar sentada en uno de los asientos.
Me duele todo, muero de sueño y ya quiero llegar al menudo hotel donde nos vamos a hospedar de alguna manera se me hace familiar pero no se por que lo siento así.
Aquí son casi las diez de la mañana el cielo está despejado y no hace ni calor, ni frio el clima está de maravilla y el paisaje que se puede ver aquí es bellísimo, en Bolivia son como las cinco de la tarde y supongo que ya el clima debe estar mejor que la calor debe ser menos.
-Aqui tienen cada uno la llave de su habitación, la cual compartirán -habla Marcus mientras nos entregan a cada uno de los que vamos en un tipo de ..........-. Hoy a medio día tendré un almuerzo con los organizadores y en la noche será la cena de bienvenida a todos los que vinimos para las conferencias y el Congreso.
Todos asentimos y algunos dicen estar de acuerdo con ello, en mi caso yo sólo pienso dormir hasta cansarme o me levanté de hambre cosa que dudo por que el viaje hizo mella en mi con algunos cambios de horarios que hubo por las escalas.
Editado: 09.09.2020