Descubro que, al ser víctima, puedo invocar esta venganza y que cualquier persona que actúe en mi contra, familia o seres queridos (por medio de amistades, iglesias o aquelarres), se une a una "unificación ancestral y actual" que viola el decreto de "no tocar". Esta unificación es eterna y está creada en el primer conjuro, antes de la llegada de los españoles.
Al seguir investigando, descubro que la deidad es el Principado de América y viene del oriente.
El activar la venganza está en mi conflicto, el de mandar a todos al mismo infierno por cada maltrato, injuria y vejación a nivel mundial, acoso; usar la máquina maldita y cada vez que lo hacían, le quitaban parte de ella, o entregársela a Cristo, que por medio de él soy una con el pueblo cristiano y con Israel. También incluye a las víctimas de esa gente por años, esta dentro de su decreto con dicha deidad y el mío con Cristo.