Es difícil hablar de este punto sin una prueba tangible y los agresores de tecnoacoso lo saben.
Más difícil es saber que tienes pruebas por acoso cibernético en las redes por personas que conoces, las grabas, te roban el celular y el alcance que tienen de contactos y el conocimiento de tecnología te hace imposible intentar por tus propios medios limpiar tu nombre, que es manchado una y otra vez por ellos, que piensan que mientras más te vejan, se transforman en superiores con un derecho legal sobre tu vida. Su propósito es el suicidio; su objetivo es recibir una suma de dinero de sus clientes.
Cuando queda al descubierto todo, se llenan de excusas, convirtiéndose en inocentes para todos.
Es ahí donde aprendí a entregar a Dios y como la viuda ante el juez injusto, recurrir a él.