El contador

Final de la prueba y el inicio de clases oficial.

Tras una semana muy intensa, todos lograron ascender al siguiente nivel. La táctica que les fueron mostrando, esto a partir del quinto día que lo comprendieron, les hizo sobrevivir hasta la última prueba que se celebraría el día de hoy.

Como si no fuese que estaba la duda al ser sólo los tres que estuvieron recibiendo clases en el área de práctica mientras los demás nunca se presentaron, les ponía siempre en desventaja con los otros grupos. Pero, de todos los grupos que había, al parecer todo se redujo a cinco grupos.

Siendo las ocho de la mañana, a cada grupo se le otorgo las últimas clases y comenzaron a pasar el resto del día en el área de práctica sin parar, únicamente tenían diez minutos para almorzar. La pelea entre lograr sobrevivir este día se volvía feroz con el pasar de las horas. El cansancio de la semana, al experimentar tal grado de dificultad que nunca habían tenido, era como si cruzasen un desierto en busca de un oasis.

Con sólo unos botes de agua pura, como única compañía y uso del tiempo para no llegar a la deshidratación, iban corriendo y cambiando de posiciones de tal manera que no llegaran a atorarse ni cometer errores graves que les hiciera descalificar en este punto. Al ser que se encontraban en el siguiente nivel, ya no se dedicaban a hacer lo de antes sino que también debían de salir a otros departamentos a entregar y traer otro tipo de información sin demora alguna.

Al finalizar el día, todos vieron el reloj que iba mostrando que sólo les quedaba tres minutos. Sin dejar de hacer sus deberes, en sus mentes comenzaron a contar – tres, dos, uno – hasta escuchar la alarma. Con este conteo, sólo se podían ver tres grupos de pie. Los encargados de ellos, en conjunto de sus maestros, los llevaron hasta el parque donde todo inicio. En esta ocasión, aunque para los demás pareciera algo nuevo ver donde se encontraban, el grupo de la clase de Eduardo era el mismo.

Al ser que los seis habían recibido su carnet en aquel lugar, no les parecía nada fuera de lo normal. Pero, al ver el rostro de los demás, entendieron que todos habían estado en diferentes lugares en su recepción. Sin embargo, había algo en particular al estar presentes todos y no ver en ningún momento a los otros tres compañeros con los que recibieron clases pero nunca se presentaron al área de práctica. Esto les hacía pensar que, aunque no se presentaran en el área de práctica, no los sacarían del programa y llegarían de igual forma hasta donde se encontraban sin haber sufrido demasiado.

El director se presentó ante todos y dijo – el día de hoy podemos ver a los nuevos estudiantes del centro SJ, por lo que no son cualquiera para haber terminado esta dura semana. A partir de hoy, quedan completamente admitidos y, como muchos podrán descubrir con el pasar del tiempo, lo que hicieron durante esta semana les será de gran ayuda. Sé que deben de estar exhaustos, por lo que no me alargare más y les diré que en sus habitaciones encontraran sus carnet s como estudiantes y – con voz un poco baja – quien dirá que alguna sorpresa – vuelve a hablar normalmente – por ello los dejaremos descansar por dos días antes de que demos inicio a las clases –.

Después de que todos los actos habían terminados, incluyendo una gran cena que tuvieron como bienvenida, Eduardo regreso a su habitación con el único afán de dormir tranquilamente. Lo que quería era dormir durante los dos días enteros sin escuchar o hacer lago. La luz que vio al escuchar estas palabras aun resonaba en su mente, al igual que sus dos compañeros. Como si nada de esto fuera imposible para el cansancio que domina en ellos, todos durmieron por un día entero sin despertarse.

Siendo el segundo día, cayendo de la cama, Eduardo se despertó de golpe. Levantándose un poco más aliviado ahora, recordó que no había visto el manual desde que comenzó la semana de "tortura", como lo denominaba en ese momento. Por lo que decidió sacarlo de su mochila. Pero, de pronto noto que había una luz roja saliendo de la gaveta del escritorio.

Acercándose, abrió con cuidado la gaveta. No podía ser despreocupado para ver una alerta como esa, sobre todo después de haber experimentado situaciones como esta durante la práctica que no dejaron buenos recuerdos. A pesar de que podía ir a llamar para que alguien se hiera cargo, no podía dejar pasar lo que podría ser una oportunidad de algo nuevo. Las oportunidades que se daban en el Centro SJ vienen de diferentes maneras, por lo que debía de estar preparado para cualquier problema que trajese si no fuera lo que tenía pensado.

Al ver en la gaveta, vio otro manual en conjunto con un carnet. En este manual explicaba todo lo que debía de hacer como estudiante y como poder resolver sus dudas. De igual manera, proporcionaba con una mapa actual del Centro SJ detallado, de tal manera que podía ir a cualquier lugar más rápidamente sin tener que preocuparse por perderse. Este contaba con una cierta cifra que decía – actualmente 0 de 0 – como si le proporcionaran algo. A Eduardo se le vino a la mente – Esto podría ser algo como un rango o una cierta guía de los avances que haces. Bueno, no es como si nos dieran algo por esto. Aunque podría ser también algún tipo de pago que debamos hacer – levanto los hombros en muestra de despreocupación – bueno, lo que sea lo sabré tarde o temprano –. Luego vio el carnet que venía en juego. Este carnet decía – aprobado para poder ver casos especiales y comenzar con todos los requisitos aceptados por la asociación de la OFME para sus estudiantes –.

Eduardo, juntándolo con los otros carnets, ahora contaba con tres de ellos. Cada uno decía algo diferente. En el caso del primero que recibió sólo decía – en estado de prueba – en el caso del segundo – estudiante del Centro SJ – y ahora este nuevo. Como el primero ya no les servía, podían tirarlo, incluso había un lugar donde se hacían entrega de los carnets que ya no usaban o eran destrozados. Este sitio era utilizado con la finalidad de que no se llegase a dejar abandonado como si nada estos documentos que contenían información e los estudiantes. Alzando su nuevo manual, que paso a quedar gravado en el su nombre, fue a ver el otro.



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En el texto hay: aventrua

Editado: 22.12.2020

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