El contexto del ser humano (reflexión bíblica)

IV El reinado del Hombre: Milenios de violencia.

Mi primer contacto con la historia fue por medio de canales de televisión cómo the history Channel y Discovery Channel. Amaba los documentales de civilizaciones antiguas y de arqueología. Hoy aún me encantan.

Hasta tal punto había llegado mi afición que devoraba libros enteros de historia romana y de la antigua Grecia; civilizaciones clásicas. Incluso, en cierta ocasión, hace ya bastante tiempo, el profesor de religión de mi colegio mencionó que poseía un libro para el aprendizaje del idioma latín, tanto me gustaba la historia de Roma que de inmediato llamó mi atención y, cuando se presentó esa oportunidad, pensé: ¿Porque no estudiar latín para saber cómo sonaba el idioma de los antiguos romanos? Y así me encamine en el estudio de una lengua milenaria por el mero afán de saber cómo sonaban los antiguos romanos.

Mi conexión con la historia siempre ha sido íntima y he investigado bastante sobre los milenios de historia escrita de diferentes partes del mundo y en todas ellas hay un común denominador: la violencia.

Sobrevivir en la antigüedad era difícil. Eso lo tengo muy en claro porque, aparte de la arqueología, también desarrolle una fascinación por las guerras de la antigüedad donde soldados luchaban cuerpo a cuerpo con sus armaduras brillantes, cascos de bronce, espadas y lanzas. Estudié bastantes batallas, desde la batalla de qadesh hasta las batallas del sigloXXI. Todo esto me llevó a mí a darme cuenta de que el ser humano se ha venido comportando de la misma manera durante milenios.

Cuán grande fue mi sorpresa cuando me enteré de batallas tan antiguas que no fueran escritas en ningún libro de historia. De eso solo eran testigos los huesos de las víctimas; vestigios de lo acontecido.

Más allá del relato bíblico de Caín y Abel, que describe al primer asesino, podemos darnos cuenta, sin necesidad de ceñir nos a la Biblia, que incluso ahora el ser humano se está matando. Y ¿Dónde está Dios que permite todo esto?

Cómo vimos en capítulos anteriores, escogimos un camino como especie y Dios, que nunca falta a sus promesas, nos ha dotado de libre albedrío, el cual aún poseemos.

Estimado lector, este mundo es resultado del hombre. Todo lo que hay con sus países, ejércitos, ciudades, sistemas de organización, ¡Todo! Es creación del ser humano. Necesitamos que entienda qué la maldad que hay en el planeta es producto del ser humano. De la misma manera en qué un niño roba dinero de sus padres, hasta los corruptos de los gobiernos que roban a los pueblos, todo ha sido decisión del ser humano.

¿Qué es acaso que Dios no piensa acabar con esta maldad? Y es aquí donde se complica. Acabar con la maldad implica acabar con el ser humano porque la maldad no existe por sí sola. ¿Entonces qué hará Dios? Pues hará precisamente eso. En el Apocalipsis se puede entender como el ser humano morirá; el Apocalipsis representa los últimos tiempos. Entonces, Dios ha estipulado en tiempo en el que va acabar con la maldad y consecuentemente acabará con la humanidad.

¿Pero es que acaso tú, mi querido lector, y yo no somos parte de la humanidad? La respuesta obvia es sí, somos. Siendo así, en el momento que Dios destruyere a la humanidad para acabar con la maldad, entonces nosotros seremos destruidos también. Y nuevamente La respuesta obvia es sí, seremos destruidos. Y no solo destruidos, sino que compartiremos el castigo de Lucifer, que se rebeló contra Dios queriendo hacerse pasar por Dios para recibir reconocimiento que no le correspondía, porque nuestros antepasados decidieron alejarse de Dios comiendo un fruto prohibido y heredaron a sus hijos las mentiras hasta que estas mismas mentiras llegaron a nosotros. ¿Qué culpa tengo yo de haber heredado una mentira? O tal vez estés pensando en la siguiente pregunta: "¿Qué culpa tengo yo de que Adán y Eva hayan decidido comerse el fruto que les fue mandado no comer?" La respuesta es Clara, tú no tienes ninguna responsabilidad en la decisión que ellos tomaron, pero como hijos heredamos su castigo. ¿No es acaso injusto? Por supuesto que no parece justo. El único problema está en qué la prueba del jardín del Edén No era únicamente para Adán y Eva, la prueba era para la humanidad, y tú y yo somos humanos.

¿Entonces que viene para nosotros? La triste respuesta es que Dios al habernos encontrado insuficientes y de la misma naturaleza traidora que Lucifer, seremos destruidos.

Injusto ¿No es verdad?

Es claro que Dios lo sabe, pero ¿Cuál es la diferencia entre tú y yo con Lucifer? El entonces lucero de la mañana, El querubín más hermoso, estuvo en el cielo con Dios; el lo vio de frente, en cambio, nosotros no. Esa es la diferencia y una de las razones por la que Dios ha puesto en marcha su plan de salvación.

Y es aquí donde la historia de la Biblia empieza a tomar un matiz particular, y les prometo que cuando se enteren de la justificación (truco, estratagema...) Que Dios utilizó para dar a la humanidad una oportunidad, les va a volar la cabeza cuándo por fin entiendan. 



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En el texto hay: dios

Editado: 16.02.2023

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