—Mi nombre es Camilo y ella es mi hermana Camila —dijo Noah cuando se acercó al hombre misterioso para no revelar sus verdaderos nombres.
—Mucho gusto a los dos. Mi nombre es Potifar, y perdonen a mi amiga Melodía. Ella parece ser mala, pero es un amor.
—¿Se refiere al dinosaurio? —preguntó incrédula Anyela.
—Aquí no los vemos como bestias, sino como amigos. Soy de la tribu de los Turquen y ustedes no son de por aquí —dijo seriamente.
Noah se percató de que sí era de donde decía, porque alrededor de su cuello traía un collar con un diente de dinosaurio. Entonces, para calmar al hombre misterioso, le dijo:
—Solo buscamos a una persona. En cuanto la encontremos, nos iremos. Sabemos que no les gustan las visitas, pero caímos aquí en su territorio porque resbalamos en un barranco. Ayúdenos a encontrar a esa persona que buscamos.
—¿Cómo se llama esa persona? —preguntó el hombre con cara de no creer lo que Noah decía.
—Bueno, él se parece a mí un poco. Antes de entrar aquí se llamaba Kevin; ahora no sé qué nombre nuevo tendrá —esto lo decía Noah porque las personas, al ingresar en las tribus, cambiaban sus nombres.
Potifar ya sabía de quién hablaba Noah; de hecho, reconoció a Noah cuando mencionó el nombre de Kevin. Potifar era un KAENU infiltrado por el mismo número siete en la tribu Turquen para vigilarla y dar reportes de todo a la Mesa de los Siete. A pesar de ser el Supremo Líder de los KAENU, Noah no sabía nada acerca de Potifar, ya que era uno de los KAENU que solo le rendía cuentas al MegaLíder (el número 7).
A él habían llegado las noticias de lo que Noah había hecho y con quién andaba. Fue advertido por Lucas, quien le dijo:
—Si encuentras a mi sobrino Noah en tu territorio, no dudes en matarlo a él y a la rebelde. Cuando termines con ellos, ve, captura a Kevin, mi otro sobrino, y haz lo mismo.
Después de recordar todo, Potifar les dijo:
—Vamos, los llevaré a los dos con José, quien está aquí cerca en el río cazando.
Anyela dudaba de la generosidad de Potifar. Noah también estaba algo incrédulo, así que los dos estaban alertas por si Potifar intentaba atacarlos.
Después de caminar unos cuantos minutos, Potifar le lanzó un agarrón a Anyela por detrás y, con un cuchillo en su cuello, amenazó a Noah diciendo:
—Sé quién eres, Supremo Líder. Yo también soy uno de los tuyos. Así que, si no quieres que ella muera, deja tu arma en el suelo.
—¿De qué hablas? ¡Suéltala! No soy quien crees.
—Ella es la Aurora, la rebelde, y tú te dejaste cegar por esta mujer para rebelarte contra tu tío. Me darán mucho por matarlos a los dos y luego a tu hermano. Más quiero tener el privilegio de matarte a ti primero.
Noah saca su arma y la pone en el suelo lentamente. En ese momento, Anyela aprovecha y forcejea con Potifar, pero él es más fuerte, lanzándola contra Noah y cayendo los dos al suelo. Potifar aprovecha y agarra el arma de Noah. Les apunta a los dos y les dice:
—Triste final para esta bella pareja. La que intentó sola vencer al gobierno de este nuevo mundo, y él, que iba a ser el jefe de todos. La mendiga y el príncipe, los dos ahora, sin embargo, son lo mismo: una escoria que se rebela y debe ser erradicada. —Carga el arma y se prepara para disparar; en ese momento, Anyela y Noah cierran los ojos, saben que han llegado a su fin.
Se escucha un golpe, abren sus ojos y ven el cuerpo de Potifar cayendo al suelo. Entonces, parado, aparece un hombre con una máscara y un trozo de madera en su mano, el cual utilizó para noquear a Potifar.
—¿Creen que lo haya matado? Aún tenemos muchas preguntas que hacerle.
Noah y Anyela están algo confundidos.
—¿Quién eres? —pregunta Noah.
El hombre se quita la máscara y le dice:
—¿Ya olvidaste mi voz, hermano? —sonrió, lo mira y le ayuda a levantarse.
Noah abraza a su hermano fuertemente y le dice:
—El abuelo está vivo… —cuando va a continuar, Kevin lo interrumpe.
—El abuelo murió, Noah. No me digas que crees los mismos cuentos de papá.
Noah saca de su bolsillo el reloj del pirata y le enseña el holograma de su abuelo caminando y sonriendo por una ciudad desconocida.
—El abuelo está en Jeshua y vengo a buscarte para ir juntos a traerlo de vuelta.
Kevin, emocionado por la información, levanta sus ojos al cielo, sonríe y, de la emoción, vuelve a abrazar a su hermano.
—Nuestro tío Lucas irá con nosotros… —La cara de Noah y Anyela cambian de semblante—. ¿Qué ocurre?
—Hermano, nuestro tío envió a este hombre a matarnos.
—Nuestro tío no es capaz de algo así —responde incrédulo Kevin.
—El tío que conocíamos desapareció gracias a la ambición y al poder.
Kevin se percata de que Anyela estaba allí, ya que no le había prestado mucha atención por la emoción de ver a su hermano.
—Me duele que me digas eso, pero ¿ella quién es? ¿Tu novia? —dice medio sonriendo con un poco de seriedad.
—No, no —dicen Noah y Anyela al unísono.
—Entonces, ¿qué hace aquí?
—Irá con nosotros al viaje. Estamos perdiendo el tiempo, avancemos hacia la base Pirámide. Allí nos está esperando otro amigo que nos acompañará en el viaje.
Todos se marchan por un camino que les señaló Kevin. En el camino, Kevin le hace muchas preguntas a Noah sobre su tío hasta que se convence del cambio que este había dado.