No puedo salir de mi cama al no saber qué hacer, no puedo llamarle a Hannah porque sé que no contestará y todo fue por mi culpa, debí saber que cometía un error, debí saber cuándo parar, pero no lo hice. Me siento muy confundido y desmotivado, debería estar empacando ropa para el concurso de videojuegos, que es mañana, porque el autobús llega hoy a las 7 pm, pero en vez de hacer eso, no me separo del peluche de panda y de la cama con mi maleta totalmente vacía a dos horas del viaje. Trevor llega al dormitorio con una bufanda negra con líneas diagonales de color azul, creo que es de la línea Bytronic.
— Axel ¿Qué estás haciendo? Se supone que deberías estar empacando para ir al concurso —no puedo evitar lanzarle una mirada asesina, es como un golpe bajo para mí—. Eso no fue culpa tuya, fue de… ya sabes.
— Necesito tiempo para meditar. En una hora empaco.
Trevor me ignora y empieza a sacar ropa y toma mi maleta. En ese instante la tomo por el otro lado y la jalo, reclamándole que es mi maleta, pero con una gran fuerza me la arrebata
— Axel, como amigo debo decirte que trata de superarlo, además no rompieron, simplemente se están tomando tiempo para…
— Lo sé, no lo digas. Simplemente trato de...
La puerta se abre revelando a Connor con una chaqueta azul y con el logo de la academia y con un bolso deportivo del mismo color.
— Axel ¿Por qué no estás listo? el autobús sale en dos horas y necesito hacer una prueba para saber si estas apto para jugar, es para evitar accidentes. Por cierto, la directora aprobó la solicitud de chaquetas personalizadas —abre el bolso y saca otra chaqueta, pero un poco más pequeña por mi tamaño—. Esta es tu chaqueta.
A la hora de ver la parte de atrás veo el símbolo en mi hombro, muy brillante y rodeado de hilos plateados que simulan ser rayos. Es únicamente hermosa. Tiene una etiqueta de Hannah. Ella la hizo.
Querido Axel:
Solo quiero decirte que te amo y no dejare de hacerlo. A pesar del accidente sé que tu jamás me lastimarías. Después del concurso te esperaré.
Mucha suerte, sé que ganarás
Hannah
En ese instante una sonrisa aparece en mi rostro. Realmente me quiere y la chaqueta es una gran prueba, una muy hermosa. <hazlo por ella— me digo a mi mismo— tu eres más que esto, hazlo para ser feliz, has estado esperando esto>. Me quito mi playera de pijama y me pongo una camisa blanca con las palabras Volver al futuro y encima me coloco mi hermosa chaqueta. Empaco rápidamente mis cosas y en menos de 10 minutos ya estoy listo.
Después de el examen médico de Connor, que resulto una prueba de simples estiramientos de una hora, nos vamos caminando junto a los demás miembros del club a la estación de tren. Cuando llegamos veo que esta algo lleno debido a las cortas vacaciones. Entre las personas que están, veo al hombre al que le vomité los zapatos, me reconoce y frunce el ceño, definitivamente sigue algo enojado, tal vez eran sus zapatos favoritos
En vez de comprar los típicos boletos, tenemos que insertar la credencial que nos dan el primer día y luego te dan un papel con tu número de asiento, pero como en este caso vamos a un evento, nos asignan el vagón 6ª, que resulta ser penúltimo. Su apariencia no es como yo esperaba, es el vagón más lujoso y espacioso que he visto en mi vida, incluso el tren que usé para ir a Washington D.C. es pequeño a diferencia de este. Tiene 2 televisores y abajo una consola de cada tipo y entre ambos televisores hay unas grandes estanterías con montones de videojuegos, siendo cada estantería para cada consola. Lo que me alegra muchísimo es que ya no hay viajes más rápidos que yo y que terminen en mareos.
Durante el camino me dedico a “entrenar”, lo que en este caso significa jugar videojuegos todo el camino, o por lo menos hasta quedar dormido.
Volver a Racyn City es lo que necesitaba, al mirar por la ventana noto que estamos más cerca, no he visto la ciudad directamente en mucho tiempo, cuando Griffin me contactó el taxi solo fue por los bordes de la ciudad y no por el corazón de la ciudad, la zona cultural y comercial de la ciudad, donde todo lo interesante ocurre. Cuando me mude a la zona comercial y el centro de la ciudad todo eran calles enormes y tiendas con luces de neón, con enormes anuncios luminosos o los hologramas de comerciales. Es increíble ver como el paisaje es totalmente cálido, a pesar de que a esta hora ya es de noche; no es el paisaje de colores, pero muy frio de la ciudad, que se ven a lo lejos. Cuando el reloj marca las doce de la noche me voy a mi litera y me preparo para dormir.
La bocina del tren me despierta en la mañana, justo a tiempo para tomar mis cosas y salir del tren en la estación de la zona comercial. Es interesante ver todos los cambios en la renovada zona comercial, como nuevas tiendas que antes no estaban y lo más notable son los anuncios de RedCell sobre su rediseño con una nueva medicina revolucionaria, aunque nadie sabe es que será resultado de los experimentos con los de mi tipo y siendo yo la primera víctima, pero claro, como eso no lo hacen público nadie se está quejando. Evito pensar en eso todo el tiempo posible y camino hacia el hotel, que está al frente de la estación. en comparación del lujoso hotel de Washington, en este lugar, llamado “Rock´on Hotel”, las paredes son metálicas y entre las placas hay luces de neón que en pleno día no se notan del todo, y tiene un enorme letrero con el nombre del lugar y una guitarra, todo hecho de luces de neón y focos para simular estrellas o chispas. Al entrar a la recepción nos atiende una chica de cabello rosa con dos mechones negro, uno de cada lado, y varios tatuajes en su brazo entre los que me atrae mucho el del kraken devorando un barco. Nos da las llaves azules nos vamos a la habitación mientras caminamos por los pasillos metálicos.
Al final Connor y yo nos quedamos con la primera habitación, que tiene una temática de un submarino con las ventanas pintadas de azul para hacer el efecto de estar en las profundidades del mar. En vez de descansar como se supone que deberíamos hacer, nos dedicamos a instalar todas las computadoras y la impresora, lo cual no es muy fácil considerando la rara forma de la habitación y su mala iluminación. Cuando terminamos me tumbo en mi cama muy cansado y sin ganas de hacer algo más que comer.