El Contrato

CAPÍTULO 4: UN POQUITO MÁS CERCANOS

 

Ya a pasado algún tiempo que estoy trabajando con la señorita Lucía pues nos llevamos un poco mejor aunque su pésima actitud no ha cambiado mucho.
Hoy tenemos un evento de inauguración de una nueva sucursal, la empresa del padre de Lucía está enfocada en varios campos una de ellas son las concesionarias de autos.


Lucía se levantó desde muy temprano para llegar a la sucursal y ver qué todo esté en orden, ya que la prensa también estará en el evento.

Lucía está vestida con un vestido negro muy elegante, una vez que revisa todo se sienta.
Yo me siento a lado de ella y veo como está intranquila, mueve su pierna impacientemente.

Al ver eso me levanto y me acerco a la mesa y tomo una botella de agua la abro y le ofresco a Lucía.
Le digo señorita Lucía todo estará bien mientras le topo sus manos y le doy la botella de agua.
Ella me sonríe y me dice si esperemos.


Pasa unos minutos y comienza a darse paso el evento. El anfitrión da la bienvenida a los invitados y hace paso al discurso de Lucía.
Lucía se para frente a la tarima y dice es un honor que estén todos hoy presentes.
De pronto veo que las manos de Lucía comienzan a temblar y veo que está más pálida de lo que suele ser.
Me acerco y me coloco detrás de ella, de pronto veo que se comienza a tambalear y de un momento a otro se desmaya por suerte yo estaba detrás de ella y la recojo en mis brazos 


La prensa comienza a tomar fotos de ella como ráfaga, yo grito molesto ni se atrevan a publicar nada o haré que los despidan.

Tomo a Lucía en mis brazos y salgo corriendo del evento. La llevo a una clínica cercana para que la examinen.
Los médicos la revisan y me dicen que no me preocupe que su cuerpo estaba débil debido a la mala alimentación y que seguramente no había desayunado.


Lucía se despierta después de media hora y apenas despierta dice el evento.


-Yo le digo que no se preocupe que nuestra secretaria se había echo cargo del mismo y molesto le digo debería a ver comido algo, y siendo hoy un día importante aún más.


-Ella sonrojada me dice es que hoy iba estar la prensa, iba hacer el ojo de atención, debía de estar perfecta.
-Yo le digo y con el show que se armó debido a su desmayo va hacer peor no cree.


-Lucía coloca sus manos en la cara como si fuera a llorar y me dice soy un desastre, solo no quería que de nuevo me criticarán.


- Yo le digo no se preocupe señorita Lucía ya hablé con la seguridad de la sucursal para que hablen con la prensa y no publiquen nada sobre lo sucedido.Pero en agradecimiento a eso debe acompañarme a unos lugares.


-Lucía se me queda mirando confundida.
Yo le ayudo a levantarse y nos dirigimos al estacionamiento.

Una vez que estamos dentro del auto nos dirigimos hacia un restaurante muy conocido por su comida. Es un restaurante de comida rápida.
Lucía entra al restaurante y lo ve con desprecio.
Yo miro su cara y le digo ya se señorita Lucía que no es un restaurante de lujo como los que frecuenta ir pero la comida es sensacional.

Yo tomo el menú y observo todo, veo que en la parte posterior existe un reto de quién come 30 alitas de pollo en 5 minutos no paga nada.


Yo alzó la mano y llamo a la mesera. Le digo los dos queremos competir con el reto. La señorita dice el reto es individual. Yo le digo si lo se.La señorita dice ya listo, ya les traigo su orden.

Lucía me queda viendo con una cara de confusión. 


-Yo le digo que será divertido, ya se apostemos.
El que gane podrá pedir que el otro haga lo que sea cuando quiera.


-Lucía me queda viendo y con una voz picarona dice mmm lo que sea me interesa.


-Yo le digo todo menos lo que te imaginas.


-Ella se ríe y me dice ¿Qué me estoy imaginando?


-Yo le digo mmm no sé.
Justo llega la mesera y dice pondré el cronómetro.Listos marcas fuera.

Lucía comienza a devora las alitas como si no fuera comido en años.Yo lo me quedo atrás e intento igualar me con Lucía.

 

Después de unos minutos la mesera dice les queda un minuto y comienza la cuenta regresiva 59, 58, 57. Regreso a ver a Lucía y está devorando la última alita mientras veo mi plato y todavía quedan 4.

La mesera dice 22 y Lucía alza la mano y saca la lengua haciendo señal que había terminado.
La mesera dice tenemos una ganadora. Y le colocan una cinta y una corona.


Nos sacamos varias fotos y debido a que Lucía ganó no debemos de pagar la cuenta.
Salimos del restaurante y Lucía me dice me debes un deseo lo usaré cuando lo necesite y además dice parece que me trajiste aquí solo porque querías comer gratis mientras se ríe.

-Yo le digo me descubrió señorita Lucía en forma de broma.


-Lucía me dice ya no me digas señorita Lucía por favor dime Luci o Cia como sabía decirme mi mamá.


- Yo le digo listo señorita Cia debemos ir a otro lugar.

La llevo a un gimnacio  dónde solía ir cuando era joven.
Entramos y ella me dice ¿Qué hacemos aquí?



#19901 en Novela romántica

En el texto hay: manipulacion, amor obsesivo

Editado: 13.02.2022

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