El Contrato

El contrato


 


Paris, Francia.

El llamado llego a las tres de la madrugada, William no se encontraba ciertamente durmiendo pero esta ocupado.

La sensual morena que se encontraba entre sus brazos lo abrazo con mas fuerza y gimió, indicándole que dejara sonar el maldito teléfono y continuara con lo que estaban haciendo pero Will estaba esperando un llamado en particular y podría ser ese, así que se sentó en la cama y tomo el teléfono, en tanto la morena lo acariciaba provocativamente, ronroneando en su oído y lamiendo el lóbulo de su oreja, hastiado de su insistencia Will se puso en pie y la miro con severidad.

La morena hizo un mohin y suspiro levantándose de la cama para meterse en el cuarto de baño, lo cual Will aprovecho para volver a sentarse y responder de manera correcta el teléfono.

― Señor Parrish... ¿Señor Parrish?

― Si señorita Clark, aquí estoy disculpe, estaba... algo dormido.

― Lo entiendo, lamento la hora, se que allí es tarde pero me temo que no tengo buenas noticias, su hermano Vincent acaba de fallecer, en vista de que es usted el único familiar...

Will, cerro los ojos un minuto y se acomodo el cabello con la mano libre, consciente de que la mujer del otro lado del teléfono continuaba hablando pero sin ser capaz de entender lo que decía, su mente se había puesto en blanco y lo único en lo que podía pensar era en el rostro de Vincent la ultima vez que lo vio y sus palabras de despedida en el aeropuerto dos años atrás.

"Se que no regresaras hermano, así que en verdad deseo que logres encontrar lo que buscas, llama de vez en cuando para saber que estas bien por favor, no olvides que eres lo único que tengo en el mundo."

Nunca lo hizo, no llamo ni aun cuando un año mas tarde le llego la tarjeta de invitación para su boda, Vincent había encontrado a alguien para compartir su vida, no llamo pocos meses después cuando supo que la esposa de su hermano había muerto en un accidente de auto, nunca llamo, y ahora el terrible presentimiento que tenia desde hacia varios días se había hecho realidad, Vincent ya no estaba en casa para esperar que el se decidiera a llamar, ya no tenia a nadie a quien hacerlo.

― Por lo tanto necesito que regrese a Boston porque no me dejan encargarme de nada y el señor Vincent no tiene a nadie mas ― escucho que la chica decía.

― Salgo para allá ahora mismo.

― Gracias señor Parrish, avíseme por favor a que hora llega su vuelo para ir por usted.

― No hace falta, solo dígame en que lugar se encuentra mi hermano y nos veremos allí.

― ¿Tiene para anotar?

Will anoto la dirección que la mujer le indicara y luego colgó quedándose con la mirada en la nada.

¿Vincent en verdad ya no estaba?

Al regresar a casa se encontraría con un cadáver en lugar de su hermano, ahora si se encontraba totalmente solo y ese sentimiento de pronto tomo una dimensión tan extensa en su mente que se sentía pequeño y vulnerable.

― ¿Ya podemos volver a lo nuestro?― pregunto la morena desde la puerta del baño.

William se puso en pie, tomo una bata y encendió la luz principal.

― Vete Anabet, tengo cosas que hacer.

― Pero Will...

― ¡Ahora! ― el tono imperativo de Will sobresalto a la morena, pero se repuso enseguida, camino hasta donde el estaba y lo abofeteo en el rostro con furia.

― ¡Cretino!

Will sonrió.

― Iré a darme un baño, espero ya no estés aquí cuando salga, gracias por todo.

Después de eso se metió en el cuarto de baño y cerro la puerta mientras escuchaba las maldiciones en francés de la morena sensual.

*

Boston, Estados Unidos.

Aisha miraba el papel que tenia en las manos como si este le pudiera dar las respuesta que estaba buscando.

¿Como era posible que su padre le hiciera eso?

¿Se había vuelto loco?

― Abogado, dígame que esto es una locura, que no me esta pidiendo que haga lo que mi padre deseaba.

― Señorita Maxwell, su padre fue muy especifico en su testamento y allí dicta claramente lo que debe hacer si quiere tomar posición de la empresa, de lo contrario lo hará el socio de su padre el señor Connor.

Aisha apretó con fuerza los papeles y negó con la cabeza, jamas permitiría que ese bastardo de Demian Connor tomara lo que le pertenecía.

― No eso jamas ― sentencio Aisha poniéndose en pie ― ¿pero como lograre casarme en menos de un mes?

― ¿No ha pensado en la posibilidad de contratar a alguien?

― ¿Contratar un esposo?

― Últimamente se ha puesto de moda en ciertos círculos sociales, el contraer matrimonio bajo contrato ― explico el abogado también poniéndose en pie para caminar hacia ella ― según el testamento de su padre, usted debe contraer matrimonio en menos de un mes, permanecer casada por un año y así poder tener acceso a la fortuna y a la presidencia de la empresa.

― ¿Y mientras pase ese año quien quedara a cargo de la empresa?

― Usted por supuesto, con la colaboración del señor Connor pero sera usted quien tendrá el control de la misma, al final de ese año, el señor Connor ya no podrá intervenir en sus decisiones.

― Entonces, usted me sugiere que contrate a un esposo por el tiempo de un año... pero ¿donde, como?

― Me tome la libertad de hacer una cita para usted, hay una agencia que trabaja bajo la mas protegida discreción, solo debe presentarse y escoger a quien tomara por esposo, yo me encargare de redactar el contrato, se casa en una ceremonia privada y listo.

― ¿Porque me ayuda tanto en esto señor Macgregory? ― quiso saber Aisha con curiosidad.

― Porque siempre fui muy amigo de su padre como ya lo sabe usted señorita Maxwell, he trabajado para el por lo que corresponde a toda una vida y conozco al buitre que es Demian Connor, creo que su padre cometió un grave error al dejar esta clausula en su testamento, no es justo para usted ni para la empresa, Connor solo hará que se hunda en el mas profundo abismo y eso no lo puedo permitir.



#326 en Detective
#454 en Thriller

En el texto hay: violencia, drama accion, amor dolor

Editado: 24.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.