El Contrato de las Almas Ⅱ

Sara y Raquel habían hablado por un buen rato, Raquel le contaba lo que le sucedió cuando Gula los atrapo, las prisiones bajo el hospital y todo lo sucedido hasta ahora al igual que el millar de ideas y suposiciones que tuvo antes y el millar de dudas que tenía ahora, en cambio Sara le contaba lo sucedido con Andrés, su imprudencia con el contrato de las almas, y sus sueños.

Ambas se quedaron charla por un buen tiempo hasta ponerse al día y marcar en sus mentes las preguntas que Sebastian debería responder, pero no era el único que debía dar explicaciones.

‒¿Qué hacías en el hospital con esos globos y ese bote de sangre?‒ atajo Sara al instante aprovecharía esta oportunidad para despejar todas las dudas y si era posible la mayoría de los eventos.

Sebastian se había sentado enfrente del sillón donde Sara y Raquel empezarían con el interrogarlo, no habría piedad ni escapatoria alguna.

‒¿Escuchaste sobre las habilidades que tenemos los ángeles?‒ Sebastian respiro hondo, la explicación sería verdadera, pero había un límite para todo en especial para la historia de Géminis –cuando tuviste tu accidente mi amigo al parecer provoco el accidente que tuviste, te encontró malherida a punto de morir así que el uso su habilidad en ti‒

‒Era lo de menos que podía hacer, si Sara moría te juro que no hubiera parado en buscar al culpable sabes bien lo que he descubierto hasta ahora– amenazo Raquel al recordar el estado con el que habían descrito el estado de Sara al entrar al hospital y el millar de vendas cuando pudo fue a visitarla.

‒No fue su intención, solo iba tras de…‒ se detuvo, ya que lo siguiente podría marcar un antes y un después ‒tras uno de los muchos trabajos que tenemos los ángeles, pero perdió y termino causando el accidente, por alguna extraña razón uso su habilidad en ti‒

‒Acaso estás diciendo que mi vida no es lo suficientemente importante‒ Sara sonaba molesta.

‒No es eso, Géminis tiene la habilidad de sanar cualquier tipo de herida, aunque esta sea mortal, pero su bendición también es su maldición, cada vez que lo hace él recibe el daño así que estaba arriesgando su vida por salvarte‒

El silencio surgió en el grupo.

‒¿Todas las habilidades tienen una maldición?‒ pregunto Raquel intrigada por el descubrimiento del entramado de ser un ángel.

‒Géminis es un caso especial su vida antes, durante y después son muy complicadas de explicar‒ Sebastian calmaba su voz al recordar la historia de su amigo.

‘Su vida’ pensó Sara recordando fragmentos de un sueño efímero tenía las imágenes en su cabeza, pero se esfumaban como un relámpago, mientras más se centraba en ellas, más difícil era de retenerlas, pero sabía que aquella historia que había soñado pertenecía a alguien, la cuestión era porque ella tenía esos recuerdos.

‒Géminis paso días en cama a causa las heridas de Sara y sanando a la vez, no puedo imaginar lo que tuvo que pasar‒ la voz de Sebastian tenía un toque de tristeza.

‒Pero es un ángel él no podía morir a pesar de recibir todas las heridas de Sara‒ Raquel sonaba confundía.

‒Como explique, aquello a lo que llaman muerte es mucho más complicado, pero para simplificar las cosas, los ángeles si podemos morir–

‒¿Entonces como sobrevivió? ¿Su habilidad es poderosa?‒ Sara quería una explicación sin mucho rodeo.

‒Las alas que se nos entregan actúan como una batería que potencia nuestra alma por eso somos capaces de volar y usar las runas sin sufrir daño alguno o cansarnos en el proceso, ser un ángel es muy diferente a la idea que tienen, por ejemplo, las alas también sirven como armas sus plumas son filosas tan resistentes que podrían parar un auto a toda velocidad como si se tratase de una mosca estampándose contra un parabrisas‒

‒Aún no me has dicho que hacías ese día en el hospital y por qué de ese frasco con sangre que aparentabas pasarlo como pintura‒ Sara reprendió.

‒Cuando descubrí que Géminis había usado su habilidad mi deber era buscar a la persona en la que uso, su habilidad puede ser un arma de doble filo tenía que cortar esa conexión, pero él es tan terco y un parlanchín que jamás me dice nada‒

‒Entonces ese frasco rojo y la imitación de mimo‒ Sara continuo.

‒Bueno lo de ser mimo era idea mía, jamás había entrado así a un hospital, aunque no era necesario por la percepción que te conté aquel día en la cafetería sobre el glamour del mundo oculto, hubiera entrado hecho mi trabajo y salido por las mismas, pero…‒

‒¿Pero?‒ se acomodó Raquel que había puesto atención palabra por palabra.

‒Me veía bien de mimo‒ sonrió Sebastian –el frasco contenía algo de la sangre de Géminis sé el tipo de runas que usa así que era sencillo borrarlas, pero a causa de los efectos curativos Daniel se obsesionó con tu recuperación, el arma de doble filo no solo significaba que Géminis podía haber muerto salvándote, sino que la persona a quien salvó podía meterse en problemas‒

Sara sintió un frío que le recorrió la espalda, al recordar la actitud del Doctor Daniel en su intento de abrirla de par en par.

‒Luego me seguiste por alguna extraña razón a la azotea, conociste a Géminis que se había curado lentamente es un obstinado que no sabe quedarse en cama‒ Sebastian suspiro.



#499 en Thriller
#230 en Misterio
#1111 en Fantasía
#681 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: misterio, ficcion, sobrenarutal

Editado: 05.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.